COVID-19

Playas del Coco resucita el trueque como manera de pago en medio de la pandemia

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Playas del Coco, en Carrillo de Guanacaste, resucitó el método más antiguo de pago de la humanidad: el trueque. Los pobladores de esa comunidad apostaron por reducir el uso del dinero y aprovechar sus habilidades para hacerle frente a la pandemia por el covid-19.

La idea surge de Marie DeFlandre, una francesa que vive en Playas del Coco desde hace dos años. Ella trabajaba en un hotel y, al igual que varios de sus allegados, se quedó sin trabajo por el cierre de estos lugares y de tiendas ligadas al sector turístico en la costa. 

Según la encuesta de empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para el IV trimestre de 2019 la segunda mayor fuente de empleo en Guanacaste eran los hoteles y restaurantes, un sector que empleaba a 23.179 personas.

Debido a la crisis del COVID-19, 140 hoteles de la provincia han tenido que cerrar, dejando pérdidas económicas de $300 millones y afectando a unos 2.000 empleados, según informó la Cámara de Turismo de Guanacaste (Caturgua). 

De acuerdo con DeFlandre, la iniciativa consiste en poder usar el trueque o intercambiar servicios o productos como manera de pago, evitando así el uso del dinero por la falta de ingresos. 

La gente no tiene dinero, pero sí tiene tiempo y habilidades. También hay otras personas que están encontrando sus talentos en diferentes ámbitos y que pueden intercambiarlo”, comentó DeFlandre.

Una por otra

En Playas del Coco la dinámica es aún rudimentaria. En una lista virtual, DeFlandre anota el nombre de cada persona participante del trueque, con su número de teléfono y sus redes sociales. Al lado, anota los respectivos productos o servicios ofrecidos para el trueque.

La lista por ahora es de 15 personas costarricenses y extranjeras que residen en la zona y ofrecen desde clases de ejercicios funcionales, hasta platillos de comida y repostería. Ella espera que la gente continúe apuntándose. 

La dinámica es la siguiente: para poder hacer el trueque basta con entrar en contacto con los enlistados y llegar a un acuerdo entre ambas partes. Solo pueden participar las personas que están en la lista.

Unas clases de yoga puede equivaler a dos platos de almuerzo, por ejemplo. Los intercambios son sellados con la confianza entre los dos lados”, continúa DeFlandre.

La italiana Elisa D’ambrosio también es vecina de Playas del Coco y cuenta que antes de la pandemia tenía dos empleos: laboraba como entrenadora personal de clases de funcionales por las mañanas y, por las noches, en un restaurante local. Sin embargo, su rutina de trabajo se vio afectada por las nuevas medidas de Salud. 

Gracias a la iniciativa de su amiga pudo mantener su trabajo como instructora personal a cambio de  comida u otros servicios . 

Yo ofrezco clases de funcionales y lo he podido intercambiar por mantequilla de maní, platos de comida y por clases de yoga. Por semana tengo cerca de dos intercambios”, explicó D’ambrosio.

DeFlandre, comentó que en Francia, su país natal, la dinámica del trueque está mucho más arraigada y existen hasta plataformas digitales que permiten agilizar los procesos. Una de ellas se llama Pwiic, una startup que permite encontrar vecinos próximos con la disponibilidad de intercambiar sus servicios. 

En este año, ante la crisis del COVID-19, esa plataforma alcanzó los 75.000 miembros, dijo su cofundadora Nathalie Devriese en una transmisión vía Facebook

Más a la lista 

Si usted está interesado en formar parte de los enlistados para el trueque, deberá pasar por una valoración de confianza y seguridad previo a la inclusión a la lista de catálogo. 

Marie DeFlandre es la responsable de valorar si la persona interesada es de confianza y si sus productos cumplen con medidas de higiene, o si los servicios se pueden brindar de manera virtual. 

Para ser incluido a la lista puede entrar en contacto con ella en su pagina oficial de Instagram.

Los servicios como ejercicios físicos o clases de yoga se brindan por medio de  transmisiones en vivo, usando redes sociales como WhatsApp o la plataforma Zoom, por ejemplo. 

En el caso de los alimentos, DeFlandre afirma que existe una fuerte atención en las medidas de higiene.

“Para todo lo que no es virtual, cada persona tiene que respetar las normas de seguridad e higiene. Yo dejo los platos en la puerta de las personas, también uso guantes, así que no tenemos contacto físico”, explicó.

Juanda Baires, salvadoreño y también vecino de Playas del Coco, opina que se debe pensar en una expansión de los trueques, siempre que los servicios y productos sean de confianza. 

“Creo que es una idea muy buena, mucho más en estos tiempos. También pienso que se pueden aplicar en otras comunidades, siempre y cuando se brinden servicios o productos de confianza”, comentó Baires.

La idea es seguir con los trueques aún después de la crisis. Hasta el momento, DeFlandre asegura que hay gente de Liberia que la ha contactado para empezar a hacer trueques en ese cantón. 

La mayor parte de la oferta está en el Coco. He tenido interés de un par de personas de Liberia, pero la gente tiene que estar de acuerdo para ver si es seguro y si se puede dar el trueque desde allá”, concluyó.

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