Regional, Nosara

Pobladores de Los Ángeles caminan hasta cuatro horas al día para buscar agua potable

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Desde hace dos años que los pozos artesanales y las nacientes de agua que abastecen de agua a los pobladores de Los Ángeles de Nosara se secan en el mes de marzo y en los meses fuertes del verano. Este año no es la excepción.

Los Ángeles es un pueblo pequeño, ubicado en la parte alta del distrito a la par de Zaragoza,  en el que viven quince familias, quienes utilizan agua de nacientes y pozos artesanales pequeños.

”Tengo un pozo pequeñito, pero ya está con poco agua. Ese pozo para a mediados de marzo ya va a estar completamente seco y será hasta que llegue el invierno”, comentó Ademar Castillo, vecino.

Según explicó Castillo, durante los meses de escasez deben traer agua cargada desde una quebrada del río Garza. “Es muy complicado porque hay que traer agua con pichingas al hombro. Uno se lleva dos horas ida y vuelta caminando. A veces tenemos que ir hasta dos veces al día”, dijo Castillo.

Por su parte María del Carmen Jiménez, cocinera de la escuela de Los Ángeles, explicó que aunque la institución cuenta con un tanque,  durante los meses fuertes del verano el recurso no alcanza para suministrar la necesidades de los niños.

“En marzo son gotitas lo que salen, es demasiado poquita el agua. El año pasado la gente del ADIN nos traía agua todas las semanas, pero yo en mi casa, me iba a lavar en el río”, explicó Jiménez.

De acuerdo con el presidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Nosara (ADIN), Marcos Ávila, en el 2014 se intentó crear una ASADA para Los Ángeles; no obstante, el proyecto no fue aceptado por Acueductos y Alcantarillados (AyA).

Ávila aseguró que el AyA argumentó que no habían suficientes familias para crear una ASADA, razón por la que negó la propuesta.

Ante la necesidad de los vecinos, Ávila explicó que la ADIN está en trámites con una propiedad privada que cuenta con un pozo grande, que podría abastecer a toda la comunidad de Los Ángeles; sin embargo, el proyecto tendría un costo de unos ¢12 millones en la compra de la bomba y las tuberías para los vecinos.

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