No hay vecindario, comercio o medio de comunicación que no hable sobre el auge del dengue, zika y chikungunya en Nicoya. ¿Pero realmente todos los nicoyanos dimensionan la gravedad del problema?
Con la intención de poder contestar esa pregunta, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), realizó un estudio en el 2013, en donde se entrevistaron a 800 personas de un segmento de población económicamente vulnerable de Nicoya.
La investigación buscaba identificar las razones sociales y de conducta que influyen en la propagación de las epidemias entre hombres y mujeres.
El estudio concluye que para aquellas familias que viven en pobreza extrema, con problemas como el alcoholismo, drogadicción y violencia intrafamiliar, la epidemia del dengue viene a ser un problema más entre otros peores. “Imagínense una mula cargando una tonelada, y luego añadirle un kilo”, así lo compara el investigador Benicio Gutiérrez.
“Si una madre de familia tiene que decidir entre comprar la leche o el pan de sus hijos, o comprar un repelente contra el zancudo trasmisor del dengue o el cedazo para barrera de protección de puertas y ventanas, es obvio que va a preferir alimentar a sus hijos. Esa es la realidad que viven muchas familias en Nicoya”, dijo Gutiérrez.
De acuerdo a la encuesta, 56% de los entrevistados dijo nunca usar repelentes, solo 12% lo utiliza siempre y 22% solo cuando realizan algún paseo o en el trabajo, el restante 10% solo de vez en cuando. El 4.5% mostró tener barreras protectoras en puertas y ventanas, un 10% solo en las puertas principales y 85.5% dijo no usar del todo.
Según Gutiérrez, quienes experimentan el estrés de la pobreza difícilmente estaría en capacidad de tomar acciones para resolver otros problemas que para ellos son menores.
Además, aunque exista conocimiento del problema, no siempre se actúa. 71.5% de los entrevistados dijo haber hecho alguna acción para eliminar criaderos, el 25% ninguna acción y el 3.5% dijo que eso es competencia de las instituciones, municipalidad y Ministerio de Salud.
Por otra parte, llama la atención que del total de mujeres entrevistadas, el 64% aseguró haber sido diagnosticadas alguna vez con dengue en los últimos cinco años. Del total de varones entrevistados solo el 43% fueron diagnosticados alguna vez en ese mismo periodo, lo que indica, no que las mujeres sean más propensas para adquirir la enfermedad, sino que muchos varones no asisten a consulta médica y prefieren soportar las dolencias en casa.
Los resultados del estudio fueron presentados el pasado 18 de marzo 2016 en el salón de reuniones de Coopenae en Nicoya, donde estuvieron presentes representantes de diversas instituciones, entre ellos Abner Angulo, director del Hospital Anexión, Liseth Brenes, vicerrectora de investigación de la UNED, Marco Jiménez, alcalde, y Tannia Tanchez, especialista en epidemiología del hospital de Nicoya.
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