Regional, Nicoya

“Por nuestra voluntad” capítulo 1: La llegada a Guanacaste de Gil el conquistador

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De pie sobre la arena de Playa Garza, con la mirada al oeste, contemplando el atardecer, puedo imaginar en el lejano horizonte —azul abajo, rosado arriba— al hábil navegador Andrés Niño piloteando su flotilla de cuatro carabelas, en dirección al norte hacia Nicaragua.

Asentados en Bahía Panamá, algunos días antes, había enviado en el ferry a su amigo y patrón, Gil González, junto con el séquito de soldados, a la Bahía de San Vicente en Caldera, a pocos kilómetros hacia el sur de donde se encuentra ubicado hoy el hotel Fiesta, para que iniciara una expedición hacia el norte.

Foto de Playa Garza 2012, 490 años más tarde del paso de Gil González por la bahía nosareña. Foto por Adam Dietrich

Estos conquistadores fueron patrocinados por el poderoso y malvado Pedro Arias Dávila (conocido como “Pedrarias”), que gracias a las conexiones políticas que su esposa tenía con la Reina Isabel, había logrado reunir servidores incondicionales, provenientes de su ciudad natal Ávila, España, para explorar la costa norte del Archipiélago de las Perlas en Panamá, en busca de un pasaje acuático que uniera el Atlántico con el Pacífico.

Los nombres de los lugares que conocemos en la costa pacífica no existían cuando González organizó ese viaje en 1522, pero él nombró la tierra como Costa Rica por el botín de oro y jade que tomó de los jefes chorotegas mientras atravesaba Guanacaste buscando el mítico pasaje que conectara los dos grandes océanos.


Ciudades y poblados del reino de Nicoya según la expedición de Gil González Ávila en 1522.

La líder etno-historiadora de Costa Rica, Eugenia Ibarra, aseguró que cuando estos europeos atravesaron Guanacaste, encontraron “un exuberante ambiente tropical habitado por una creciente civilización de aborígenes organizada en grupos y tribus, con un estilo de vida caracterizado predominantemente por la actividad agrícola”.(1)

De hecho, González encontró una elaborada y compleja cultura nativa en la Península de Nicoya. Los jefes eran llamados caciques por los invasores españoles y cada uno estaba engalanado con medallones detallados de oro y rodeados por objetos espirituales de oro. No se encontró oro autóctono en el Reino de Nicoya, se cree que el oro era minado en Puntarenas y usado como regalos en las relaciones sociales entre los caciques vecinos. Ibarra especula que los jefes obsequiaron oro a los invasores para sellar “un acuerdo político que permitiría conducir intercambios en una atmósfera pacífica.” (2)

González salió de Caldera con cien hombres y 4 caballos, dirigiéndose a la villa de Nicoa y la costa pacífica. Semanas después las expediciones terrestres de Gil llegaron a las orillas del Lago Nicaragua. Los nativos les habían hablado de un pasaje al Atlántico, pero al no encontrar ninguno regresaron a Caldera y luego a su puerto en la Bahía Panamá, donde declararon haber “conquistado” Costa Rica. (3)

Gil González

Cualquiera que sea la diplomacia civil imaginada por el cacique Nicoa, los chicos Ávila, González y Niño, declararon en el registro financiero español que 6.063 personas vivían en la villa del jefe al momento de su visita. González reportó que estos habitantes habían sido convertidos a la fe Católica antes de matar al cacique Nicoa, además de esclavizar una gran cantidad de locales para exportación. (4)

Lea más de la serie “Por nuestra voluntad”:

Capítulo 1: La llegada a Guanacaste de Gil el conquistador

Capítulo 2: Civilizando a los conquistadores

Capítulo 3: El Tesoro Púrpura

Capítulo 4: Paso entre los océanos

Capítulo 5: Tierra de oportunidad

Capítulo 6: Nicaragua y Costa Rica

Capítulo 7: Celebrando Guanacaste

Capítulo 8: El ferrocarril de Costa Rica

Capítulo 9: El paraíso de las hamburguesas

                                       

Referencias bibliográficas

1) Ibarra, http://www.costaricaoutdoors.com/articles/history/guancastes-history.html

2) Ibarra, E., Gold in the Everyday Lives of Indigenous Peoples of Sixteenth-Century Southern Central America,” in Gold and Power in Ancient Costa Rica, Panama, and Colombia, Jeffrey Quilter and John W. Hoopes, Editors, Washington, D.C.: Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Harvard University (2003) Washington, D.C., p. 398.

3) Guardia, R. F. , H. W. Van Dyke, History of the Discovery and Conquest of Costa Rica, Thomas Y. Crowell Company, 1913. Radell, D.R., “Exploration and Commerce on Lake Nicaragua and the Río San Juan-1524-1800,” Journal of Interamerican Studies and World Affairs, Vol. 12, No. 1 (Jan., 1970), pp. 107-125. See also, Pastor, R., “Exploración, Descubrimiento y Conquista, 1502-1537, ” Historia mínima de Centroamérica (2011). 

4) Guardia, R. F. , H. W. Van Dyke, History of the Discovery and Conquest of Costa Rica, Thomas Y. Crowell Company, 1913. Radell, D.R., “Exploration and Commerce on Lake Nicaragua and the Río San Juan-1524-1800,” Journal of Interamerican Studies and World Affairs, Vol. 12, No. 1 (Jan., 1970), pp. 107-125. See also, Pastor, R., “Exploración, Descubrimiento y Conquista, 1502-1537, ” Historia mínima de Centroamérica (2011). 

 


Alvin ha sido investigador y consultor en turismo sostenible y desarrollo comunitario para USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y el Banco Mundial en varios países de América Latina, Oriente Medio y África. Además, ha publicado más de seis libros sobre temas culturales como investigador senior de la Universidad George Washington. Alvin vivió en Nosara y visita Guanacaste regularmente, así fue que decidió ahondar en la historia de Guanacaste para comprenderla de la mejor manera posible: incorporando las variables del pasado a los análisis del futuro, para comprender a esta tierra que lo recibió con los brazos abiertos. Alvin fue sistematizando toda la información tomada de libros y entrevistas con varios especialistas, y conversando con guanacastecos conocedores de la historia local para finalmente producir una serie de entregas tituladas “Por nuestra voluntad”.

Los capítulos de la serie Por nuestra voluntad son opinión del autor y no necesariamente reflejan la posición editorial de este medio. Si desea escribir un artículo de opinión, puede escribir al correo [email protected]

 

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