Unos migran al Área Metropolitana y otros continúan en la provincia para hacerse camino en su sueño profesional. Con sacrificios y empeño sacan la faena universitaria, donde al cabo de algunos años muestran total orgullo por su graduación, pero cientos de guanacastecos hoy están desempleados o laboran en otro oficio, que quizás nunca pensaron realizar.
A ellos les sobran argumentos para justificar su zozobra, pero los más comunes son que hay pocas empresas privadas, las plazas saturadas en las instituciones públicas, o el poco y hasta a veces nulo clientelismo. Como alternativa final, toca ser emprendedor, pero el pago de alquileres, equipos y otros les dejan salarios bajos, en comparación a lo que podrían estar lucrando colegas capitalinos.
Según un estudio realizado por la Cámara de Industrias de Costa Rica presentado en agosto anterior en el Foro de Emprendimientos Sostenibles organizado por el Consejo Consultivo Nacional de Responsabilidad Social, el 35% de las empresas en el país están buscando técnicos, 21% a recién salidos de secundaria y apenas un 16% profesionales universitarios.
Katherine Gutiérrez salió del Liceo de Nicoya en el 2002, se marchó a San José a estudiar periodismo y tras lograr su cometido, tuvo algunas oportunidades laborales hasta que regresó a Nicoya. Hoy en día es asistente en la Alcaldía, “pero aquella pasión de reportear, investigar y analizar está siempre en la sangre, esas ansias de llegar a reportear no desaparece, sin embargo las oportunidades en Guanacaste están muy reducidas, y por ahora me desempeño en este cargo, que no tiene nada que ver con el periodismo”, expresó.
Katherine subraya que ahora “tocar puertas” es extremadamente difícil, no como antaño. “No hay mucho empleo, las plazas de gobierno en esta profesión están congeladas, y en lo privado todo está reducido. No hay opción laboral”, ella cuenta.
¿Experiencia de dónde?
Por su parte, Johan Ajoy se graduó de arquitecto en una prestigiosa universidad josefina hace ya tres años, “y hasta el momento no he podido conseguir trabajo en empresas privadas porque como requisito piden 5 años de experiencia, y ¿cómo las va a lograr uno si no dan oportunidades para empezar?”, pregunta.
Johan ha optado por poner su propia oficina de diseño en su casa de habitación, “pero es algo regular, no me va ni bien ni mal. Eso depende mucho de la facilidades de préstamos de los bancos a los clientes. Al mismo tiempo, trabajo en la finca de mi familia por las pocas oportunidades”, citó.
Por otro lado, Eduardo Sanchún ya concluyó su bachillerato en Administración de Empresas y está próximo a concluir su licenciatura, pero en este tiempo solo ha optado por un trabajo temporal como archivador, un Ad Honorem en la Municipalidad y servicio al cliente en una farmacia.
“Ahora contratan muy poco personal, se dan muchas ‘argollas’, o dicen que uno está sobre calificado para los puestos que hay. Ahora requieren más técnicos que cursan por un año, que un profesional que cursa toda una carrera. Otros piden experiencia, pero ni te dan el chance de entrar, así cuesta”, relató Sanchún.
Trabajo, pero sin estudios…
La situación actual pone a pensar a miles de colegiales, que dudan en ir a la universidad, primero por el alto costo que eso representa, y segundo por la corriente que se ha generado, la de creer que se consigue un trabajo sin necesidad de capacitarse académicamente.
Según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), actualmente el 50% de los trabajadores en Guanacaste no concluyeron la secundaria, por lo que a pesar de tener un trabajo, no tienen empleos de calidad.
El ministro de esa cartera, Olman Segura, ha señalado que “la mitad de los guanacastecos poseen un nivel educativo igual o inferior a octavo año de secundaria, de ellos el 76,4% son hombres y el 23,6% son mujeres, lo que les dificulta conseguir ese empleo de calidad que buscan”.
Las tradicionales labores del sabanero siguen siendo importantes en la población adulta, según Segura, pero el turismo y la construcción le ganan terreno en los últimos tiempos, y ante la escasa oportunidad, suele aceptarse.
Finalmente, para la socióloga Paula Ruiz Guevara, “por ser una provincia donde sus ingresos provienen principalmente del turismo, sus empleos van a ser de subsistencia. Esto quiere decir que probablemente las personas para mejores empleos en esos hoteles son de la Gran Área Metropolitana, que sí obtuvieron un título. Eso va a generar que la pobreza se siga dando en la zona”.
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