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Pub Black Sheep: En contra de toda lógica, ¿Por qué me vine a vivir a Nosara?

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(Artículo publicado en La Voz de Nosara en Febrero del 2008) – Debe haber cientos sino miles de razones por las que tantos estadounidenses y europeos se vienen a vivir a la región de Nosara. A menudo he pensado que esas razones nos darían la materia prima para muchos cuentos y libros. Mis razones para venirme aquí son un poco enigmáticas, ya que no practico surf, natación, pesca, ni cualquier otra actividad al aire libre. De hecho, mis sentimientos hacia el ejercicio corresponden mucho a los de el músico/actor Oscar Oscar Levant (1906-1972) cuando dijo:» Mi idea del ejercicio  es tropezar y caer en coma». No soy una persona a la que le guste el Sol. Vivo por la sombra. Mi temperatura favorita cuando vivía en Estados Unidos era de 76 grados Fahrenheit (26 grados centígrados). ¿Así que por qué querría el tonto de mí, persuadir a su pobre esposa, a renunciar a todo en Boston, empacar, y mudarse permanentemente a Nosara?

De vuelta en los 90’s Helena y yo hacíamos bastantes viajes. Siempre que no estábamos seguros de donde ir, Costa Rica siempre fue nuestro segundo plan. Durante uno de esos viajes, en el 2000, conocimos a una pareja en San José que había comprado una propiedad unos años antes en un lugar llamado Nosara. Ellos estaban en el proceso de la gran mudanza y se sentían en el paraíso. Archivé en mi memoria el nombre del lugar, hice algunas investigaciones, y decidimos visitar Nosara en nuestro próximo viaje.

Poco después esto ocurrió el segundo gran impulso para nuestra decisión de mudarnos: la elección presidencial de 2000 en Estados Unidos, después de la cual empecé a pensar seriamente nuestra salida del país. Entonces para cuando finalmente llegamos a Nosara era ya el año 2002 y estábamos considerando la compra de alguna propiedad. Por alguna razón a última hora cambié nuestro alojamiento de un hotel a otro: el Hotel de John Fraser, hotel Playas Nosara. Estaba ahí de pie en la rotonda (esta debe ser una de las mejores vistas en el área,) y tuve una epifanía. Rodeado por esa hermosa vista, me di cuenta de repente por qué me quería mudar a Nosara: Aquí estaba la posibilidad de hacer mi sueño de toda la vida realidad mas que en cualquier otro lugar del mundo: construir un bar tipo pub europeo con una base semi-comercial.

Mi pasión por los bares y la cultura de bar data desde hace 25 años. En ese entonces estaba saliendo con una chica alemana que se llamaba Trudi, a quien conocí en una bar en Cambridge, MA. Trudi fue la responsable de mi primer viaje a Europa que cubrió partes de Inglaterra, Bélgica, Alemania y los países bajos. Ahí fue el momento en el que mi entusiasmo por los Pubs empezó, ya sea si bebía una pinta de cerveza Ale en un bar en Londres, o si tomaba una vaso de Kolsh en Colonia. Trudi fue también quien me inicio en la costumbre de coleccionar porta-vasos de cerveza europeos (los salvamanteles). No fue hasta una década después que mi interés en los bares escaló a otro nivel.

Helena y yo compramos una casa en Somerville (cercano a Cambridge MA).

La casa era tan grande que decidimos finalmente hacerla una pensión. Sin embargo, la razón primordial para comprar la casa fue que si le dábamos algunos acabados al sótano este podría ser un bar. Este cuarto llegó a ser finalmente un Pub europeo y tenia unas puertas que daban al patio, que a su vez también te podían llevar al garaje que llegó a ser finalmente la Casa inglesa de la Cerveza. La idea detrás de tener dos bares era poder ir “de bar en bar” sin tener que salir de la propiedad. Esto nos permitió tener algunas cuantas fiestas, a consecuencia de que conocía a ciertos miembros de la policía de Somerville. Al mismo tiempo, también me involucre en un grupo de cerveza Ale que hacía una Festival Cervecero todos los años. Me puse al corriente de las cervecerías y gente entusiasta de todas partes en Europa y los Estados Unidos así como los grupos locales. Nuestras fiestas llegaron a ser reconocidas en toda el área porque teníamos cerveza cruda o de barril que no estaba disponible en ningún otro lado. Después de un rato, comencé a sentir que era tiempo de mover este pasatiempo a otro nivel, aunque no estaba seguro de en que se convertía. Presentí que esto no sería posible en el área de Boston.

Cuando buscamos una propiedad en Nosara, pensábamos en construir el pub dentro de la propiedad. Después de ver diferentes propiedades en Pelada y Guiones  finalmente nos decidimos por una finca propiedad de de John Fraser, en una montaña cruzando el Río Nosara. Durante un tiempo, consideré seriamente tener un bar en el centro de Nosara. Sin embargo después de mudarme aquí, finalmente volví a la idea de tenerlo en nuestro terreno, en nuestro hogar y para manejarlo como un club de socios gratuito. Diseñé el exterior del edificio a modo de un bar rustico con la mitad hecho en madera. El bar tendría dos espacios, el primero que sería un espacio inglés completo con una barra inglesa. El segundo espacio sería el “espacio Europeo Continental» con mesas al estilo alemán y adornado con objetos de países como Alemania, Bélgica y la República Checa. En cuanto al nombre del bar, Black Sheep («Oveja Negra») apeló a mí por dos motivos: por la singularidad del lugar en el área, y porque también tocaba mi historia personal y de familia. Me sorprendió mucho al ver cuantos de nosotros también nos encontramos identificados con el nombre.

Desde el inicio mi mercado fue el norteamericano y la comunidad europea en el área. Al principio, la mayor parte de las personas que frecuentaron la barra, gracias a Gunter (alemán retirado en el área), fueron de habla alemana. Después, cuando se fue corriendo la voz, comenzamos gradualmente a tener cada vez mas norteamericanos que frecuentaban el lugar. En los primeros meses parecía que la mayoría de nuestros clientes estaban entre los 35 años de edad y la hora de cerrar usual era a las 10 p.m.

Yo siempre había esperado más diversidad en edades así como personalidades. Sin embargo una noche, después de que todo había terminado y cuando nuestro bartender ya se había ido, empezaron a llegar un carro detrás del otro al parqueo. De esos carros se bajaron Mat y Joellen del ex bar «Blew Dogs», seguidos por mas jóvenes surferos del Proyecto Americano y nuestros queridos clientes “regulares”. Aparte de este grupo de jóvenes gringos, nos dimos cuenta de que también había un grupo de jóvenes ticos de San José,  que eran de los más entusiasmados, pero también los mejor portados. 

Era el mejor grupo de fiesta que haya visto jamás.

Advertimos tales acontecimientos en la víspera de Año Nuevo, nuestra primera fiesta de Aniversario, y el día de San Patricio, en estos tres días llegaban muchas, pero muchas personas. Desde el principio, yo me había preguntado si un bar europeo “pegaría” en la Nosara tropical, pero después del primero de estos acontecimientos, cuando no pude ver la barra debido a la muchedumbre sedienta en el espacio inglés, comencé a darme cuenta de que mi sueño se realizaba. Un año después en nuestro segunda fiesta de Año Nuevo, con más de 200 personas, con una larga fila formada fuera del bar, chicas en zapatos de tacón y a la ultima moda -que parecerían ser mas apropiados para el Hotel Harmony-, con toda la variedad de personas, con fuegos artificiales cayendo en cascada de repente sobre el bar, con voces de diferentes idiomas y acentos timbrando en mis oídos, sacudí mi cabeza, cerré mis ojos, y pensé «Pero esto era sólo un pasatiempo— ¿que fue lo que falló»?

A pesar de que reciben a pequeños grupos de personas que hacen reservas (8928-5752), el Black Sheep está a la venta. Joe y Helena decidieron que es hora de vivir en San Ramón, para disfrutar de un clima más fresco. La pregunta de si van a construir otro pub en su nuevo lugar está sin responder, pero tengan por seguro que, donde sea que Joe y Helena armen su nuevo hogar, siempre tendrán una buena cerveza-probablemente de las mejores en Costa Rica- para compartir con los amigos. 

 

 

 

 

 

 

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