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Publirreportaje: Bonos de vivienda, una solución al empleo y a la reactivación económica

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Todos los días Flor Coto se asoma por la ventana de la casa que alquila con su familia, desde ahí ve el terreno que en pocos meses albergarán 191 casas de bien social, una es para ella y dos para sus hijas.

“Yo ya le dije a las chiquillas; si ahorita vienen y me dicen ‘acá están las llaves de la casa’ yo empaco y jalo de una vez. Es un sueño para uno tener casa y dejar de rodar”, dice Coto, quien vive con su esposo, tres hijas y cuatro nietos.

El  lote está ubicado en Bagaces, ahí la constructora Park Slope Development desarrolla el proyecto Las Palmas, financiado por los bonos de vivienda del Banco Hipotecario de Vivienda (Banhvi).

“Acá en la comunidad hay muchas personas sin empleo y cuando el proyecto empezó, tuvieron la oportunidad de trabajar ahí como ayudantes de construcción”, cuenta Coto.

Solamente durante el 2019, el Banhvi construyó 496.244 metros cuadrados (m²) de vivienda social financiados a través del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda.

El informe ‘Contribución económica del sector construcción e impacto del exceso de trámites’, publicado por la Cámara Costarricense de Construcción (CCC), estima que cada metro cuadrado de construcción aporta 0,08 empleos directos e indirectos.

Teniendo en cuenta que cada vivienda de interés social tiene un promedio de 42 m², el Banhvi calcula que en el 2019 los bonos generaron un aproximado de 39.700 empleos.

Los bonos de vivienda no solo generan empleo, sino que también contribuyen al desarrollo de las comunidades, según el vicepresidente de la asociación FinanVivienda, José Umaña.

“La construcción en general, y la de vivienda social en particular, contribuyen a la generación de empleo directo e indirecto y aportan, no solo a la economía nacional, sino también a la economía de las comunidades”, comentó Umaña

Los datos utilizados corresponden a los subsidios destinados únicamente a la construcción en lote propio y compra de lote y construcción. Quedan por fuera las otras modalidades de financiamiento del Banhvi como la compra de viviendas ya existentes y las reparaciones.

El encadenamiento detrás de cada casa

“Los bonos son una solución para el país: no es solo una familia que va a tener casa propia y antes no tenía, sino también un encadenamiento económico a raíz de los proyectos de vivienda que genera mucho empleo”, comentó la vocera del Banhvi, Marianela Morales.

El informe de la CCC coincide al señalar que el sector construcción es una de las actividades económicas que más inciden en la producción de otros sectores.

Los desarrollos de la constructora Somabacu en Talamanca son muestra del encadenamiento al que se refieren la CCC y Morales. Actualmente la empresa ejecuta dos proyectos en el cantón que en total brindan 113 soluciones de vivienda.

Para poder construir cada una de esas viviendas la empresa debe contratar los boteros que pasan la madera por el Río Telire, los camiones que transportan los materiales, los chapulines que montan la madera en los botes, las bodegas en donde guardan el material, entre otros servicios relacionados.

El Banhvi se creó hace 34 años y desde entonces es una institución que impulsa el empleo en todo el territorio nacional.

“Los proyectos pueden durar de tres a seis meses, dependiendo de la cantidad de viviendas, y se genera mucho trabajo en la comunidad. Es una economía muy dinámica que nace a raíz de un bien social”, comentó el encargado de compras de Somabacu, Pablo Hidalgo.

Además, la Asociación de Desarrollo Bribri Talamanca (ADITIBRI) compra la madera utilizada a los vecinos de las comunidades para proveer de material a la constructora, según cuenta la vocal de la asociación, Yonoris Espinez.

“Al trabajar de esta manera [como proveedores] vemos que no solo se benefician a las familias que tienen su casa propia, sino a la comunidad”, comentó.

El encadenamiento que se genera alrededor de la actividad de la construcción no solo se da durante la obra; “también hay que tomar en cuenta el empleo generado en la etapa previa o posterior”, señaló el presidente de la CCC, Esteban Acón.

“Previo a la construcción hay estudios de suelos, consultorías […] y una vez que se hace un asentamiento humano nace una necesidad de que haya pulpería cerca, centros de desarrollo, comercios y todo eso genera empleo”, dijo Acón.

Un instrumento para reactivar la economía

La productividad del sector construcción es un reflejo de la economía del país: el dinamismo baja previo y durante una crisis, pero es de las primeras en recuperarse al reactivarse la economía, según el informe de la CCC.

Esto se hizo evidente para el país tras el impacto de la pandemia del COVID-19. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señala una reducción de 1.346 567 m²  de construcción entre el 2019 y el 2020, mientras que la CCC calcula que este año se perdieron más de 40.000 empleos en el sector.

Es por esto que las iniciativas del Banhvi cobran ahora más relevancia que nunca. Para Acón, presidente de la CCC, son un apoyo importante para la construcción y también generan estabilidad en el empleo del sector.

Pese a la crisis, en del 2019 a octubre del 2020, el Banhvi aprobó 36 proyectos que aportan 512 soluciones de vivienda y 29 más están en trámite para ser aprobados.

“Siempre hay un proyecto de vivienda desarrollándose. Son una maquinita fija que lleva más de 30 años funcionando […] Y donde hay un proyecto, hay reactivación económica”, explicó Morales.

Umaña de FinanVivienda coincide con la vocera del Banhvi.

“Los bonos de vivienda, a parte de contribuir a solucionar el problema habitacional de las personas, son una inversión, no un gasto, de recursos públicos que contribuye significativamente a la reactivación”, dijo Umaña.

 

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