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De La Cruz a San Juan del Sur: el proyecto binacional que impulsan autoridades cruceñas y nicaragüenses

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¿Te imaginás cruzar de La Cruz a las playas de San Juan del Sur, en Nicaragua, en unos 30 minutos? Ese es uno de los proyectos en mente del alcalde cruceño, Luis Alonso Alán, y de otras autoridades locales y nicaragüenses, incluida la ministra de Turismo de Nicaragua, Anasha Campbell.

El pasado jueves 22 de abril, el alcalde de La Cruz, el ministro de Turismo, Gustavo Segura y su homóloga de Nicaragua sostuvieron una reunión para promover los pueblos fronterizos como un atractivo para el turismo nacional, binacional y europeo.

Visitaron Conventillos como parte de la agenda, un punto fronterizo a siete kilómetros del centro de La Cruz por una carretera sin asfaltar, desde donde se aprecian las playas vírgenes de la costa cruceña. Después de Conventillos a tan solo 10 kilómetros tras cruzar la frontera el primer pueblo de San Juan del Sur es El Ostional. 

Es justamente en Conventillos donde la alcaldía cruceña quiere motivar la apertura de un puesto migratorio, principalmente por dos razones: uno, el potencial turístico de La Cruz, que ofrece turismo rural, playas vírgenes, avistamiento de aves, especies marinas y petroglifos, así como buceo, snorkeling, kitesurfing

Y dos, que el puesto migratorio de Peñas Blancas tiene un enfoque mayormente comercial. Es una frontera poco amigable con el turismo pues es usual coincidir con largas filas de camiones y con poca oferta comercial. 

Visto como un proyecto binacional, hay una tercera razón: San Juan del Sur es uno de los destinos de Nicaragua más visitados por el turismo internacional y la apertura de un nuevo puesto fronterizo está entre las prioridades de las autoridades locales y nacionales de ese país. 

“Estamos trabajando, en el caso de Nicaragua, en coordinación con los ministerios de Transporte, con la Dirección General de Migración y Extranjería y las alcaldías municipales para lograr habilitar el puesto fronterizo en El Naranjo [como se llama al sector fronterizo en Nicaragua]”, le dijo la ministra Campbell al medio regional La Cruz TV

Pero, ¿qué tan posible es para Costa Rica habilitar un puesto migratorio ahí, como las autoridades sueñan? 

En el proyecto se cruzan el entusiasmo de las autoridades nicaragüenses, del alcalde cruceño —que quiere hacerlo realidad antes de que acabe su gobierno en 2024— y con las posibilidades de otras autoridades nacionales de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

Una iniciativa estancada

El proyecto ya tiene, al menos, un paso adelantado: desde el 2010, Costa Rica creó por decreto el puesto migratorio de Conventillos por el aumento del flujo migratorio por esa zona y, entonces, por la necesidad de tener «mecanismos logísticos y jurídicos para ejercer un control migratorio más efectivo y eficaz”. Desde entonces, Conventillos es un punto de ingreso y egreso irregular de personas. 

Aunque está creado en el papel, el proyecto nunca avanzó al punto de habilitar un paso para el turismo. En este momento solo hay una delegación policial.

Incluso hoy, la habilitación oficial del puesto no es prioridad de la DGME, según una respuesta de la oficina de prensa de esa institución ante una consulta de La Voz. “Prevalece una situación financiera a nivel nacional que exige un ejercicio muy preciso de priorización para abordar solamente aquellas acciones estratégicas que no puedan postergarse”, dijeron. 

También precisaron que el Consejo Nacional de Puestos Fronterizos “ha enfocado los recursos a la modernización de Peñas Blancas, Paso Canoas, Sabalito y Las Tablillas”. 

Dos semanas antes del encuentro del jueves, La Voz también consultó al ICT si dentro de sus proyectos estaba promover la habilitación del puesto. 

La oficina de prensa respondió que “todas las acciones que faciliten el tránsito expedito de los turistas en la región son bienvenidos y la inversión en infraestructura fronteriza es una acción en esa línea, no obstante desde el ICT no se tienen proyectos para el impulso de construcción o apertura de puestos fronterizos”. 

Tras el encuentro, el ministro de Turismo dijo que hay interés en mejorar el paso migratorio de turistas. “Nos gustaría habilitar nuevas oportunidades de paso migratorio de los turistas por pasos mucho más atractivos para ellos”, mencionó.

La ministra de Turismo de Nicaragua, Anasha Campbell, y su homólogo de Costa Rica, Gustavo Segura, en la zona de Conventillos, en el mojón 20. A ambos países los separa una cerca de alambre de púas y un portón. Foto: ICT.

Empuje binacional local

En Nicaragua, el impulso para el turismo binacional avanza con mayor rapidez, según declaraciones de la ministra de Turismo y del alcalde cruceño: están construyendo la carretera costanera sur, invirtiendo en mejoras a la ruta que lleva a ese sector de frontera y ya han construido tres puentes. 

“El gobierno del comandante Daniel y la compañera Rosario tienen esa voluntad política para avanzar en las mejoras que requiere El Naranjo [el sector fronterizo en tierra nicaragüense por el sector de San Juan del Sur] (…) pero es un proceso que requiere esa reciprocidad de los hermanos de Costa Rica a fin de que sea funcional”, dijo Campbell a La Cruz TV

Desde el inicio de su administración, Alán ha tenido reuniones con la alcaldesa del municipio San Juan del Sur, Mayra Solís. Este, justamente, ha sido uno de los temas en sus agendas. 

Las zonas transfronterizas están obligadas a trabajar de forma conjunta para desarrollarse. Nada hace un lado con desarrollarse si del otro lado no ocurre nada”, reconoció Alán.

La interdependencia socioeconómica y el potencial turístico en la zona transfronteriza de Costa Rica y Nicaragua está documentada en un proyecto de investigación en la sede Chorotega de la Universidad Nacional, que apunta a una “gran oportunidad para el desarrollo y mejoramiento de las condiciones sociales y económicas en sitios fronterizos entre Nicaragua y Costa Rica”. 

“De acuerdo a las características de las localidades o pueblos cercanos a las zonas fronterizas de Nicaragua y Costa Rica, existe la posibilidad de establecer una línea de turismo rural, que potencialice el desarrollo de los recursos turísticos locales y a su vez promueva a que el flujo turístico de la zona y aumente su estadía en estos sitios”, citan también. 

Ese potencial, cree Alán, es la percepción que las autoridades se llevaron tras el encuentro, que para él es el resultado de un esfuerzo meses de gestión “en procura de entusiasmar y motivar a autoridades de ambos países en lo que creemos nosotros se puede convertir en un proyecto país”, dijo a La Voz.

“Las zonas fronterizas están muy deprimidas en desarrollo social y económico, y estamos pensando, más que nunca, en la reactivación y necesidades del cantón y del desarrollo de Guanacaste”, agregó.

La Cruz tiene una oferta turística muy diversa, aunque poco explorada: turismo rural comunitario, avistamiento de aves y especies marinas, snorkeling, buceo, surf, kitesurfing. Al otro lado de la frontera, en Nicaragua, se encuentra uno de los epicentros del turismo internacional: San Juan del Sur. Foto: ICT

Los siguientes pasos

Tras la reunión, dijo Alán, las autoridades locales y del país continuarán definiendo la ruta de trabajo, las necesidades de infraestructura vial y empezar a considerar los terrenos requeridos. Por el momento, del lado tico la ruta está habilitada, así como la disponibilidad de servicio eléctrico. Restaría asegurar el recurso hídrico. 

Dentro de un par de meses vamos a volver a convocar a las autoridades, probablemente del lado de Nicaragua para ver cómo avanzamos en recursos humanos e infraestructura”, dijo Alán a La Voz. 

Migración, por su parte, dijo a este medio que para proceder con la habilitación de un puesto de control migratorio —que no necesariamente implica que se adecúe para el cruce de turismo, pero que puede verse como un paso previo a ello— necesitarían “dotación de suficientes recursos financieros tanto para la compra de lote, construcción, habilitación y sostenibilidad del inmueble” y otra serie de recursos: 

12 plazas para la contratación de oficiales para la Policía Profesional de Migración, recursos presupuestarios para sufragar los costos de las plazas requeridas, garantizar la conectividad, equipo tecnológico (informático y periférico, inclusive el biométrico), dotación de los implementos y requerimientos policiales al nuevo personal, agua, electricidad, telefonía, telecomunicaciones y municipales, compra de una buseta y un pick up para el ejercicio del control migratorio, recursos presupuestarios ordinarios para pagos de mantenimiento de edificios.

Alán no pierde la esperanza de concluir el proyecto antes de que acabe su actual administración. “Al ritmo que vamos, hay suficiente tiempo para concluirlo. El problema para mí es que vienen elecciones nacionales. En un año estaríamos cambiando autoridades y estos meses van a ser de trabajo muy intenso para dejar compromisos que se deban cumplir”, dijo. 

 

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