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Reservorios de agua de lluvia en Hojancha destacan en la cumbre de cambio climático, en Marruecos

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Un proyecto de reservorios de agua de lluvia en Monte Romo de Hojancha, Guanacaste, destaca como uno de los ejemplos a seguir a nivel global para adaptarse al cambio climático.

El Fondo de Adaptación, un organismo de Naciones Unidas (ONU) para financiar programas a nivel mundial, lo expone así en la 22da cumbre climática (o COP22), una de las conferencias más importantes del mundo para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias, que se lleva a cabo desde el 8 de noviembre en Marrakech, Marruecos.

Esta familia de la comunidad de Monte Romo utiliza el agua en su finca para satisfacer algunas de sus necesidades hídricas. El proyecto fue escogido para la exhibición permanente que tiene el Fondo en uno de los grandes salones de este evento mundial, en el que se encuentra La Voz de Guanacaste.

Esta cumbre climática reúne a 195 países para llegar a un acuerdo sobre cómo reducir los impactos del calentamiento global y cómo adaptarse a los que ya están sucediendo, como las inundaciones y las sequías.

El proyecto

Los reservorios consisten en almacenamientos de agua de lluvia que se pueden utilizar durante la temporada seca para el riego en las producciones agrícolas.

El de Monte Romo es parte del programa “Fortalecimiento de capacidades y contribución al sector campesino en los cantones de Hojancha, Nicoya y Nandayure para la aplicación de tecnologías de adaptación y mitigación frente al cambio climático”, que incluye a otras 60 fincas.

La estrategia de esta familia es una de las más recomendadas no solo por Costa Rica sino por otros países, principalmente de África, que luchan contra la desertificación o la falta general del recurso hídrico. En tiempos de crisis, la creatividad sale a relucir.

Durante la cumbre, los representantes de diferentes organizaciones del mundo han clamado por encontrar casos como este en los niveles comunales y locales para replicarlos en países similares y, sobre todo, para que los fondos se destinen a proyectos que nazcan en las comunidades y no desde las esferas políticas.

¿Quién paga por esto?

Este es uno de los puntos álgidos de las negociaciones en esta cumbre, pues los países deben terminar de definir de dónde y hacia dónde se dirigirán los recursos económicos tanto para adaptarse a la nueva realidad del clima como para prevenir otras consecuencias.

Sin embargo, durante uno de los eventos de la tarde de este jueves, el Fondo de Adaptación anunció que ya aseguró la meta de $80 millones que se propusieron recaudar para este año, lo que les permitirá continuar con los programas en Costa Rica y el resto de países vulnerables.

“El fondo se dedica a trabajar con productores pequeños. La vulnerabilidad no es solo climática. Si sos pequeño con poca capacidad de adaptación, tenés menos posibilidades de encontrar financiamiento para adaptarte”, dijo la directora de la organización que maneja los fondos para Costa Rica, Fundecooperación, Marianella Feoli.

En este momento, Fundecooperación ya gestiona $10 millones repartidos en 20 diferentes proyectos que trabajan con Asadas y pequeños productores agropecuarios.

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