Las municipalidades de Liberia, Carrillo, Nicoya y Hojancha dejarán de enviar la basura de sus cantones al relleno sanitario de Santa Cruz. A partir del 2024, la llevarán a una planta que convertirá los residuos en electricidad.
Con ese cambio, los gobiernos locales reducirán los gastos por la recolección de basura, lo que se traducirá también en una disminución de la tarifa que las y los vecinos pagan por ese servicio. Así lo prevén funcionarios de los departamentos de gestión ambiental de los cuatro gobiernos locales.
La planta gasificadora es un proyecto de Coopeguanacaste, que busca generar electricidad a través de la gasificación de esos desechos no valorizables.
Actualmente las cuatro munis los envían al relleno sanitario municipal de Santa Cruz, ubicado en el Parque Tecnológico Ambiental (PTA). Cada muni paga ₡9.736,55 por tonelada para la disposición final de los desechos. Además, usualmente contratan a otra empresa que los recolecta y lleva hasta el relleno sanitario.
Con este convenio, las municipalidades se encargarán de llevar los desechos hasta la planta gasificadora, que se ubicará en Belén de Carrillo. La cooperativa no cobrará la disposición final de los residuos.
Un ahorro para todos
En el 2021, Liberia, Carrillo, Nicoya y Hojancha produjeron 50.470 toneladas de basura. Si la planta estuviera funcionando hoy, las munis se ahorrarían un total de ₡750 millones que actualmente invierten en los pagos del relleno de Santa Cruz y de las empresas recolectoras.
Como las toneladas de desechos que cada cantón genera aumenta anualmente, el ahorro será mayor en el 2024, cuando se planea que empiece a funcionar la planta.
Ese ahorro impactará a las comunidades con mejoras en la gestión de residuos sólidos a definir por cada municipalidad, según dijeron a La Voz los representantes de los gobiernos locales. Según ellos, una de las probabilidades es que se vea reflejado en la tarifa que paga el usuario por el servicio, aunque también podrían mejorar en otros aspectos como la ampliación de las rutas de recolección.
El gestor ambiental de Carrillo, Henry Abarca también mencionó que se podrían comprar más unidades recolectoras, aumentar las campañas de reciclaje y mejorar la educación ambiental.
¿Qué hace una planta gasificadora?
Una planta gasificadora es una forma de tratamiento final de los residuos sólidos. El proceso que aplicará la cooperativa tiene como uno de sus productos la generación de energía eléctrica.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) reglamentó cómo deben operar las plantas de coincineración de residuos sólidos en el 2015. Hay distintas formas de coincineración, como la incineración de los residuos, la gasificación o la pirólisis.
La diferencia entre las metodologías radica en la tecnología que se utiliza y en la temperatura a la que se queman los desechos. Cada una genera gases en diferentes cantidades. Por ejemplo, la incineración produce mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que la pirólisis.
Para este caso, Coopeguanacaste utilizará un híbrido entre gasificación y pirólisis. Los desechos se queman en temperaturas de entre 1.000°C y 1.400°C y, por medio de un proceso térmico, los desechos se transforman en electricidad.
Como resultado del proceso se generan algunos gases contaminantes como dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), dihidrógeno (H2), metano (CH4), vapor de agua (H20) y material particulado (cenizas). La cooperativa deberá controlar la cantidad de partículas que emita a la atmósfera y cumplir con los límites establecidos en el reglamento de funcionamiento de plantas de coincineración.
El proyecto de la planta gasificadora de desechos no valorizables necesita como mínimo 150 toneladas de residuos para poder funcionar, pero Coopeguanacaste piensa ampliar su capacidad a un máximo de 240 toneladas diarias, lo que le permitiría incluir más municipalidades de la provincia. Según la encargada de prensa Marisol Arias, esta planta generaría 169.000 toneladas de CO2 menos al año, en comparación con un relleno sanitario regular.
¿Que significa que utilice desechos no valorizables? Los desechos no valorizables son los desechos orgánicos y los que ya no pueden reutilizarse o reciclarse. Aunque el proyecto está ideado para desechos no valorizables, ni las municipalidades ni la empresa garantizan que no llegará otro tipo de materiales, como reciclaje.
Según explicó el gestor ambiental de la Municipalidad de Nicoya Jorge Isaac Esquivel la separación es responsabilidad del ciudadano, por ser la “fuente” que produce los desechos, según la Ley para la Gestión Integral de los Residuos.
La gestora ambiental de la Muni de Hojancha Andrea Leiva explicó que “lo que entra en el camión no sale. O sea, si ya entró en el camión y viene revuelto, porque desde la fuente no lo separaron, así va a quedar allá.”
El proyecto ya cuenta con los permisos de la Secretaría Técnica Ambiental (Setena) aprobados. El gerente de generación y proyectos de Coopeguanacaste Erick Herra explicó a La Voz que el proyecto se encuentra en una etapa de validación de tecnología que usará, con el fin de saber si existen implementos más eficientes.
¿Es esta una buena opción ambiental?
Las municipalidades y Coopeguanacaste creen que este proyecto aportará una solución a la problemática de gestión de residuos sólidos en la provincia.
Esta propuesta sí tiene algunas ventajas ambientales por encima de un botadero. Por ejemplo, la cooperativa estima que esta planta producirá 169.000 toneladas menos de CO2 al año. Además, el proceso tiene subproductos como la producción de energía eléctrica e incluso una ceniza que puede ser utilizada para la construcción de aceras, calles o agregados para terraplenes.
Sin embargo, este tipo de procesos, al igual que los rellenos sanitarios, están en último lugar según la jerarquización para la gestión integral de residuos. Esta jerarquización es el orden en el que se deben tratar los residuos para una buena gestión ambiental.
Según esto, en primer lugar se debe evitar la generación de residuos, posteriormente reducir su generación, reutilizar los residuos generados, luego reciclarlos y luego darles un correcto tratamiento antes de la disposición final en rellenos sanitarios o en este tipo de plantas.
Según Esquivel, otro tratamiento de los residuos es el “enfoque basura cero”. Esta es una opción diferente a los rellenos sanitarios y a las plantas de coincineración. Consiste en que los usuarios reduzcan, reutilicen y reciclen sus propios residuos, además de que generen su compost con los desechos orgánicos.
Esquivel piensa que es necesaria una mayor educación ambiental en la población para poder adoptar este enfoque.
Por una cuestión cultural yo veo este enfoque difícil por lo menos de corto a mediano plazo. La cultura actual no va en esa línea. Tal vez en la próxima generación económicamente activa ya tenga otros principios y otros valores ambientales”, mencionó.
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