Santa Cruz

Santa Cruz arranca proyecto de compostaje comunal en Barrio Corobicí

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80 familias vecinas de barrio Corobicí en Santa Cruz tienen ahora la oportunidad de darle un mejor fin a sus residuos orgánicos, con el proyecto piloto de compostaje comunal que la Municipalidad de Santa Cruz lanzó el 4 de setiembre. 

En el compostaje, la materia orgánica usualmente residuos de comida se degradan de forma natural en presencia de oxígeno. Una vez terminado el proceso, se convierte en abono orgánico. 

En el barrio CorobicÍ, los vecinos cuentan con 10 composteras donde pueden llevar sus residuos orgánicos tres veces a la semana, en un horario asignado por sectores. Las composteras están colocadas estratégicamente a menos de 100 metros de distancia entre una y otra, de manera que las familias tengan garantía de que no deben caminar mucho para entregarlos. 

Ahí, funcionarios municipales que también se dedican a asear los caños y aceras evalúan y reciben los residuos para depositar los que contribuyan a que la calidad del compostaje sea la mejor. 

Tanto la comunidad como el personal municipal recibieron capacitaciones para aprender a seleccionar, almacenar y depositar los residuos. El departamento ambiental también puso a prueba durante cuatro meses una compostera que les dio indicios del tipo de residuos y la mejor forma para disponerlos. 

[La compostera de prueba] la empezamos a probar con los residuos orgánicos de la feria de Santa Cruz, pero después nos pasamos a residuos de una verdulería, porque los de la feria no eran de calidad”, relata la educadora ambiental del Departamento de Gestión Ambiental, Katia Gómez. 

Por eso, los funcionarios municipales evalúan los residuos orgánicos de los vecinos antes de depositarlos en las composteras, por ejemplo, no pueden recibir los que estén en estado avanzado de descomposición ni fisiológicos, tampoco restos de carnes o aceites. “Al final, el compostaje será para la misma comunidad, ya sea para una huerta comunitaria o jardines”, explica Gómez. 

Para la vecina y vicepresidenta de la Asociación de Desarrollo del barrio, Hellen Camacho, los beneficios del proyecto se ven en la casa y en el impacto sobre el ambiente. “Nos estamos adaptando a sacar el tiempo que requiere y separar, pero eso ha venido a mejorar esa parte de que la basura ya no tenga líquidos”, ejemplifica. 

“Nos culturizamos a reducir el nivel de basura que desechamos, a reutilizar el producto orgánico y, además, lo más importante es que se aporta al medio ambiente de una manera significativa porque este tipo de desechos producen gases que afectan esa capa de ozono y hace que se dé el cambio climático más grave”, agrega. 

El gobierno local evaluará el proyecto en enero para tomar decisiones de cómo mejorarlo, cuáles fueron las buenas y oportunidades de mejora, si se continúa, se retira o se lleva a otra comunidad.

La asociación de desarrollo también visitará las casas del barrio esta misma semana para recordarle a los vecinos los horarios de recolección de los residuos orgánicos y los procesos que deben seguir. Camacho dice que incluso podrían sondear cuántas familias están participando del proyecto. 

Yo lo que veo es que aún falta costumbre, pero yo digo que repasando con ellos se va formando la iniciativa”, cree la vecina. 

La decisión de que barrio Corobicí fuera el primero en este proyecto surgió porque en ese mismo lugar ejecutaron el plan piloto de reciclaje en el 2009. Actualmente, la muni utiliza la misma ruta de recolección de residuos ordinarios para la recolección de reciclaje, solo que con diferentes periodicidades. Ambas logran una cobertura del 95% del cantón, asegura Gómez. 

Por menos emisiones

El proyecto de compostaje nació luego de los resultados del último inventario de gases de efecto invernadero, que realizó el gobierno local en el 2018. En el estudio identificaron que las principales fuentes de emisiones son la ganadería, el transporte y los residuos. 

“Hicimos una propuesta de acciones de mitigación. Con respecto a la ganadería y el transporte es un poco más complicado porque no están en manos de la municipalidad, pero lo de los residuos está más a nuestro alcance”, explica la funcionaria. “Ahí nace la idea del plan piloto de compostaje comunitario”. 

Según Gómez, el gobierno local y el departamento ambiental están elaborando un reglamento para prohibir a las comunidades depositar los residuos orgánicos en los desechos ordinarios. “Pero somos muy conscientes de que no podemos prohibir algo sin dar la capacitación, por eso pretendemos dar todas las herramientas para que los hogares sepan cómo procesarlos”, explica. 

Un plan nacional

Los funcionarios municipales a cargo de la recolección de ambos residuos, los ordinarios y los valorizables es decir, el reciclaje los llevan al Parque Tecnológico Ambiental (PTA), donde además de los residuos del cantón, también reciben los de Hojancha, Nandayure, La Cruz, Nicoya y Carrillo. 

El PTA fue inaugurado en diciembre del 2020, con una inversión de 264,5 millones del Instituto Nacional de Desarrollo (Inder) y el gobierno local. Es parte del Plan de Acción para la Gestión Integral de Residuos que lanzó el Gobierno Central en marzo de este año, el cual también agrupa el Plan Nacional de Compostaje 2020-2050. Ambos son parte del Plan Nacional de Descarbonización. 

Ahí funcionarios municipales y colaboradores del cantón hacen la gestión separada de residuos. El gobierno local planea habilitar también un vivero forestal, un mariposario, un centro de compostaje y senderos, comentó Gómez. 

El principal beneficio de hacer esta recolección diferenciada es ambiental, pero también se benefician las comunidades”, dice Gómez. “El PTA brinda desarrollo social y económico a las comunidades con empleos a cinco personas de Cacao y cinco de Bernabela”, añade. 

En Costa Rica, más de la mitad de los residuos son de origen orgánico, según el cálculo del Gobierno en su Plan Nacional de Compostaje. ¿Querés conocer más sobre cómo crear una compostera? Leé esta guía elaborada por la Universidad Nacional. 

 

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