Regional, Derechos Humanos

Sejo Díaz: el cura de Guanacaste que habla sin tapujos sobre diversidad sexual

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¿Qué tienen en común una mujer atea que protesta contra el machismo y un sacerdote de la Iglesia Católica? Si en la ecuación entra el padre José “Sejo” Díaz, cura párroco de El Capulín de Liberia, la respuesta es que ambos creen en un Estado laico [un estado sin religión] y en respetar la diversidad.

Mientras la Conferencia Episcopal etiquetó de inmoral el cambio de nombre por identidad de género, aprobado recientemente por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), el Padre Sejo usa su página de Facebook para decir que conocer las historias de las personas sexualmente diversas le ha permitido “descubrir la validez de sus luchas reivindicativas”.

Y eso motivó a Nadiezda, la mujer atea, a comentarle que personas como él la hacen tener esperanza en un futuro lleno de respeto.

¿Por qué un sacerdote piensa tan diferente a las opiniones oficiales de la Iglesia? ¿por qué cree en romper el vínculo histórico y legal que exime a la Iglesia de pagar impuestos y recibir millones de colones de parte del Estado? Él le atribuye su pensamiento a la criticidad que aprendió en la Universidad de Costa Rica (UCR), donde estudió siete años Psicología, y a los valores, como el bien común, que le enseñaron en el Seminario.

Hace ocho meses, Sejo llegó con un mensaje de inclusividad a Guanacaste, en donde todavía se habla con timidez sobre la diversidad sexual.

Luego de una campaña política en que la religión y los derechos de las parejas del mismo sexo fueron protagonistas, La Voz de Guanacaste se sentó a hablar con el Padre Sejo sobre su apoyo a la comunidad Lgbti y sobre los cambios que él prevé para la Iglesia Católica.

A continuación un extracto de la entrevista, ligeramente editada por razones de espacio y de precisión.

¿Usted se considera un padre progresista?

En la iglesia hay gente conservadora y liberal. Si me tengo que identificar con algún sector, sí, sería con un sector más abierto al cambio.

¿Eso le ha costado?

Sí. Durante los 25 años de Juan Pablo II y los seis años de Benedicto XVI, los conservadores tuvieron como referente a papas que los respaldaban y por eso están más empoderados. Hoy, el Papa Francisco es mucho más abierto al cambio y hay sectores conservadores que les cuesta entender eso. La gente va y, por ejemplo, me acusa ante el obispo por cosas que digo como que las mujeres podrían ser curas.

¿No cree que es difícil de entender para los laicos ver dos discursos bastante diferentes en la iglesia?

Sí. Pero es difícil en todos los sistemas sociales, como en una familia en la que el papá es más permisivo y la mamá más restrictiva, o al revés. En muchas cosas, la iglesia todavía no sabe cuál es su opinión respecto a un tema y todavía no sabe qué es lo que Dios quiere de algunas cosas.

¿Y cómo lo van a ir sabiendo?

Con el tiempo. La iglesia tiene que ir evolucionando y Dios nos va guiando ¿Cómo lo hace? No tengo la menor idea. Lo que sé es que hoy 2.000 años después de la venida de Jesús estamos mucho mejor. La iglesia está muy verde todavía en el tema de diversidad sexual. Dentro de 50 años va a ser muy diferente a la de ahora en estos temas.

¿Eso espera usted?

Sí. Por ejemplo, hay unos obispos en Alemania que están proponiendo un rito de bendición para parejas diversas. Estamos pasando de decir que van todos para el quinto de los infiernos o de hacer un alboroto porque le quitan la F y la M a la cédula, a que haya obispos en la iglesia que están proponiendo ese rito. No es un sacramento, pero sí un rito para que puedan ir a vivir juntos con la bendición de Dios.

¿Podrá llegar a ser algún día un sacramento para las parejas homosexuales?

No. Bueno, no sé. Te digo que no desde mi limitada historia, cultura y visión. Pero no sé dónde nos va a llevar Dios.

¿Y por qué cree que no?

Yo pienso que no porque parte de los fines esenciales del matrimonio es la procreación y las parejas sexualmente diversas… (frena la idea) pero igual, como una pareja estéril no está abierta a la procreación y también se pueden casar…(vuelve a frenar la idea). Te digo que no de pura entrada porque soy de la generación X, hay cosas en las que no soy ni millenial ni de las nuevas generaciones, entonces aun me cuestan.

¿Usted cree que la Iglesia debería meterse en los temas políticos del país?

Sí claro. En un tema como el aborto tiene que meterse, porque desde nuestra concepción, en el momento en que el óvulo se une con el espermatozoide hay una vida humana y el evangelio nos manda a defender a los más débiles.

¿Un estado laico no se parecería al cielo, entonces?

El Estado no debería ser confesional, pero que nadie se imagine que eso significa que la iglesia se va a quedar metida en la sacristía y que la fe es algo que pertenece a la esfera de lo privado. La iglesia se va a meter en lo que tenga que ver con defender a los más pobres, a los que más sufren.

¿Sus posiciones han influido en la asistencia de la gente a la misa?

Sí. Aquí en Liberia no sé porque tengo algunos meses. Tal vez el momento más significativo fue el Tratado de Libre Comercio (TLC) porque es el momento en que más he notado que la gente se sale de misa (por el apoyo al No que el Padre manifestaba).

¿Hay algún reto como sacerdote de estar aquí?

Sí. Yo vengo a tres cosas a Guanacaste: La parroquia, la del Capulín, ha tenido ocho curas en diez años, entonces vengo a darle estabilidad a la comunidad durante unos cinco o diez años. Lo segundo es que desde hace como un año he venido trabajando un proyecto de formación de diáconos [servidores religiosos en general]. Y el tercer reto, es un proyecto de acompañamiento de la iglesia a las universidades.

¿Acompañarlos en qué sentido?

La idea no es que los futuros profesionales pasen rezando todo el día sino que, a la hora de ejercer su profesión, piensen en el bien común. Por ejemplo, la economía está manejada por un sistema capitalista feroz. ¿Esa es la única economía posible en este mundo? No. Alguien tiene que atreverse a hacer las cosas lo más parecido al evangelio.

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