
El Área de Conservación Tempisque (ACT) identificó nueve terrenos que invaden el manglar del río Lagarto en el sector de Cangrejal de Sámara. El ecosistema está completamente enterrado por rellenos que datan desde la década de 1980.
Cinco de los terrenos son propiedades privadas y cuatro son predios de Zona Marítimo Terrestre (ZMT) administrados por la Municipalidad de Nicoya; dos de ellos están actualmente concesionados y otros dos no tienen concesión.
Cada uno invade en mayor o menor medida el ecosistema. Por eso, el ACT deberá emprender diferentes procesos para recuperar el manglar en favor del Estado y garantizar su restauración.
¿Qué corresponde en cada caso? Para entenderlo y contártelo, hablamos con el subdirector del ACT, Mauricio Méndez, y con la encargada de ZMT de la Muni de Nicoya, Erika Matarrita.
Propiedades privadas son más complejas
De las cinco propiedades privadas, hay dos que abarcan mayor terreno sobre el manglar y están a nombre de Corporación Hotelera de Sámara Sociedad Anónima (0109521) y Bancol Sociedad Anónima (0091356).
El ACT enviará una consulta a la asesoría jurídica del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) para esclarecer qué les permite hacer la ley, pues según el subdirector del ACT, Mauricio Méndez, la ley forestal y la ley de conservación de vida silvestre les autoriza ingresar a fincas privadas a ejecutar la ley, pero no tienen certeza si es válido también en este caso, en el que el proceso inició por un recurso de amparo ante la Sala Constitucional.
“Este es un caso particular y no estamos seguros si esto lo avala (…) [preguntaremos] si la potestad que da la ley forestal de entrar a fincas privadas para aplicar la ley es suficiente para hacer estudios de suelo [en el área del manglar] y determinar la condición del suelo que está bajo el relleno”, explicó a La Voz el jerarca.
Incluso la consulta podría ser que si se determina que es un manglar, se puede empezar a eliminar material”, añadió.
Otro de los caminos posibles es que los propietarios –sobre todo en los casos en que sus fincas invaden en pequeñas áreas al manglar– modifiquen los planos y presenten las actualizaciones ante el Registro Nacional. Estos son los casos de las fincas 0178600 a nombre de Sámara Es Pura Vida Sociedad, la 0229388 a nombre de Palmavera Sociedad Anónima y la 01322788 a nombre de Arash Incorporated Sociedad Anónima.
Sin embargo, legalmente los manglares deben tener una zona restringida de 150 metros. “Eso hace que el problema sea mucho más grande”, admite Meléndez.
El jerarca aclaró que el ACT no ha conversado directamente con ningún propietario, pues el caso implica un análisis judicial. El caso llegó a la la Sala Constitucional luego de que un vecino de la comunidad junto al abogado ambientalista Álvaro Sagot presentaran un recurso de amparo, cuando la Secretaría Técnica Ambiental dio la viabilidad a Vistas de Sámara, un complejo de 300 habitaciones que se iba a construir sobre el manglar.
El ACT debe brindar en julio un informe a la Sala Constitucional con todas las acciones ejecutadas y planificadas.

Vista aérea del sector de Cangrejal de Sámara, donde está enterrado el manglar del río Lagarto. La segregación y numeración en el mapa indica las fincas identificadas que invaden el ecosistema.Foto: Sinac
¿Y los terrenos públicos?
Son cuatro las propiedades públicas que invaden el manglar de Sámara: dos son predios que tenían concesión en ZMT por parte de la Muni de Nicoya (la 0001558 y la 0002222) y dos más están sin ningún concesión (P000372 y P000544).
Un paso clave en la recuperación del ecosistema la emprendió la Municipalidad de Nicoya, que anuló la concesión 1558-Z-000, de uno de los predios sobre el manglar y parte de donde se pretendía construir el complejo Vistas de Sámara.
El predio había sido concesionado a la Corporación Hotelera Sámara Sociedad Anónima [la misma que adueña una propiedad privada] en noviembre de 1989, y estaba en trámite de renovación. La Corporación Hotelera Sámara había incluso solicitado un aumento del plano concesionado.
El otro predio está concesionado a Álvarez Jiménez de Pass Sociedad Anónima y, según la coordinadora de ZMT del gobierno local “[su renovación] está en estudio porque se puede excluir el área [que invade el manglar] para que cumpla con lo que corresponde”.
Matarrita confirmó que los planos P000372 y P000544 tienen solicitudes de concesión, dos en el primer caso y una en el segundo, pero la muni también deberá modificar el área a concesionar porque invaden en alguna medida el manglar.
La encargada del departamento de Zona Marítimo Terrestre de la Muni de Nicoya, Erika Matarrita, aseguró que “cada uno [de los predios] se valorará individualmente conforme las circunstancias particulares, pero siempre respetuosos y garantizando un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.

El relleno está tan compacto que sobre una de las fincas se levanta el tablado de las fiestas de la comunidad.Foto: César Arroyo Castro
Recuperación viene lenta
Una vez que el ACT esclarezca cuándo y cómo puede acceder a las fincas, deberá iniciar por realizar los estudios de suelo para determinar cuánto relleno existe y cuál sería el proceso de eliminación del material que obstruye el ecosistema, según explica Mauricio Méndez, subdirector del ACT. Incluso deben planificar muy bien dónde depositarán el material que remuevan.
“Lo que sabemos hasta ahora es que, a través de un sobrevuelo que hizo el topógrafo, se estima que el relleno es considerable. Sin embargo, esto solo es una aproximación. [Debemos] entrar a hacer estudios de suelo, para determinar qué hay de relleno. Uno pensaría que hay una gradiente de más profundidad a menor profundidad”, señala Méndez.
El subdirector también destaca que el proceso de restauración podría llevar décadas, y que el hecho de que esté completamente destruido dificulta saber cuáles eran las especies que habían ahí para reintroducirlas y agilizar la recuperación.
No es como ir a sembrar palitos en una finca o potrero, el manglar tiene su detalle porque el flujo del agua es el que modela el lugar. No podemos tener idea de cómo fue el flujo de agua”, explica Méndez.
Por eso, el gran primer paso será remover el material y estimular también que el área reviva sus condiciones naturales, garantizando el flujo natural de la lluvia y de las mareas altas.
El sub jerarca enfatiza que el proceso de remoción de material no comenzará este año, por los procesos legales del caso.
José Pablo Román colaboró con el reporteo de esta información.
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