Enrique Quirós

Henry Guzmán

Yo lloré el día en que me dijeron que no podía trabajar más. La verdad es que sí me dolió tamaño poco. Cuando me dijeron esto se me vino el mundo encima. Pero gracias a Dios ahí está uno levantándose. Ya hice amistades. Es que al principio uno cree que esto solo le está pasando a uno, uno se encierra, y cuando llegué aquí (al CAIS de Cañas) habían ocho personas y entre todos nos llevamos bien, entonces prácticamente olvidamos lo que estaba pasando. Ya lo vemos tan normal. Tengo una familiar que me quiere ayudar con un transplante, pero yo le dije al doctor que mejor esperaba a un transplante cadavérico, porque no quiero hacer pasar a la familia por los exámenes que uno tiene que estar pasando. Yo les dije que mejor se quedaran tranquilos. Yo en este momento le doy gracias a Dios que soy solo, no tengo doña, no tengo hijos, sino, qué hubiera pasado si hubiera tenido una familia.