En el cuarto hay un parlante con reggaetón y un teléfono a todo volumen con cumbia que musicaliza las conversaciones dispersas. En la mesa larga y emplasticada, varias personas destripan jícaros a cucharadas. Para unos es más fácil que para otros, pero al final de esta semana deben tener 30 frutos secos, tallados y pintados en forma de faroles para cumplir con el primer contrato que han firmado como asociación.
Estamos en el salón de la Asociación Nicoyana de Personas con Discapacidad (Asoniped), que busca que las personas como ellos se integren a la sociedad y logren, de una u otra forma, ser independientes. Este primer contrato lo hicieron con una institución del Estado (Senara) y esperan encontrar otros similares.
Mientras tanto, sus mamás, tías y hermanas suelen ser las cuidadoras que están del otro lado, envolviendo tamales a toda máquina para venderlos y recaudar fondos para la asociación.
Aquí vienen todos los días de lunes a viernes y no importa si están en clases de música, hidroterapia, o manualidades, hay algo que no cambia en el panorama: un rostro femenino cuidándolos de cerca.
Según la Encuesta sobre la Discapacidad del 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 70% de las personas que brindan asistencia a esta población son mujeres. En Asoniped muchas carecen de recursos y otras pasan recorriendo largos trayectos para llevarlos a citas médicas o clases.
Esta tarea, que ya de por sí es difícil, se complica aún más, pues según la misma encuesta, el 90% de estas personas no recibe ningún pago por ello.
Las limitaciones no las detienen porque ellas dicen que han visto cómo los talleres les han devuelto la vitalidad a quienes asisten, les da un motivo para salir de sus casas y sentirse acompañados.
Detrás del salón crece una pequeña milpa, pipianes y otros vegetales que ellos mismos han plantado. Adentro, en una bodega, hay decenas de artesanías hechas con material reciclado de talleres anteriores.
Alrededor de las mesas de trabajo, atravesadas en el corredor, están quienes luchan por vivir una vida más digna e independiente. Bien cerca suyo, hay mujeres fuertes observando, asegurándose de que puedan construir ese futuro.
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