Regional

Vecinos de Villareal de Santa Cruz logran conseguir los seis días de fiestas

Desde hace 23 años que el pueblo de Villareal de Santa Cruz realiza seis días de fiestas populares en el mes de marzo; sin embargo, el pasado martes 1 de diciembre el Concejo Municipal de Santa Cruz solo dio permisos para cuatro días de celebraciones.

 

Tras el corte días, la Asociación de Desarrollo de Villareal se presentó este martes 8 de diciembre ante los regidores, para pedir que se respetaran los seis días de fiestas.

 

«Nuestro pueblo es un pueblo de tradición y las fiestas son tradiciones. Los ingresos de esas fiestas no son solo para la Asociación, son para el comité de deportes, cementerios, la escuela, el colegio y creemos que si nos quitan días podrían afectar las ganancias», dijo José Ronald Santana, vicepresidente de la Asociación.

 

Por su parte, la regidora Imara Rodríguez alegó que las fiestas típicas nacionales de Santa Cruz tienen seis días y nadie alega nada.

 

«Con todo respeto, aquí la Municipalidad no le da nada a estos pueblos, pero les quitan un día de fiestas. Las fiestas nacionales son como de seis días y nadie se opone. Por qué a los pueblitos les van a quitar días, si ellos piden esos días es porque económicamente les van bien», comentó Rodríguez.

 

Otro en alzar la voz fue el regidor Martín Vallejos, quien denunció que para la realización de fiestas la Municipalidad de Santa Cruz, las tarifas de los permisos municipales del cantón son más elevados que los de otros municipios como el de Liberia o Nicoya.

 

Los vecinos solicitaron permisos para poder realizar los festejos del 16 al 21 de marzo, comenzando con el tradicional Baile del Polvo, famoso por realizarse dentro de la arena del redondel. 

 

«Estas fiestas también son un beneficio para el cantón. Son muchos años y hay gente que solo viene para estas fiestas. En Tamarindo ni cabe gente en los hoteles y llegan hasta europeos», señaló Santana.

 

Ante las peticiones de los vecinos, Roger Sánchez, presidente del Concejo Municipal, aceptó hacer una modificación al permiso y además alegó que nunca hubo mala voluntad.

 

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