La Municipalidad de Bagaces se dio cuenta hace apenas tres meses de que el terreno donde está la famosa catarata Llanos del Cortés, uno de los principales atractivos turísticos del cantón, no es propiedad municipal, sino de una sociedad que se la está vendiendo en unos ¢800 millones.
Según consta en las actas de varias sesiones, el concejo municipal ha manifestado que la compra de este terreno es imprescindible para la construcción del complejo Eco-Turístico Catarata Llanos del Cortés, un proyecto de la municipalidad con un costo de ¢500 millones que pretende atraer más visitantes y conseguir fondos para la comunidad.
La Voz Chequea corroboró en el Registro Nacional que la finca donde se ubica la catarata le pertenece a la Asociación Pecuaria Burro Blanco Sociedad Anónima. Un hombre de apellido Stewart es su representante en la negociación ante el municipio, según oficios y actas del concejo.
La municipalidad es dueña de los terrenos colindantes con el río, pero la caída, la poza escondida y el playón están del lado privado. Así lo reveló un informe topográfico presentado en las sesiones del 15 y 17 de enero del concejo municipal.
Los ríos son territorios de uso público y las personas pueden disfrutarlos sin ningún tipo de restricción, de acuerdo con la Ley de Aguas. Sin embargo, nadie puede entrar en propiedad privada para usarlos, a menos que tenga permiso de la persona propietaria.
El dueño actual siempre ha permitido el acceso a las cataratas mediante su finca (que es la entrada que actualmente utilizan los turistas y vecinos para llegar a la catarata), pero está en la facultad de negarlo en cualquier momento. En ese caso, la municipalidad, los vecinos y los turistas únicamente podrían ingresar a la catarata a través del cauce del río.
Es decir, si cualquier futuro dueño prohíbe el acceso a sus tierras, obligaría a las personas visitantes a exponerse a la corriente. Si no, tendrían que transitar ilegalmente sobre terrenos privados para llegar a las cataratas.
Aunque la municipalidad construya el complejo turístico sobre terrenos que sí le pertenecen, el atractivo principal de la oferta podría quedar limitado o ser explotado por alguien más con un acceso mucho más directo.
El regidor José Alfredo Jiménez expresó que esto genera suficiente inseguridad como para no desarrollar el proyecto. “Si esa compra se cae y el día de mañana el dueño no deja pasar, quedamos con las manos vacías”, afirmó Jiménez.
El alcalde William Quijano difiere de esta opinión y piensa que el proyecto tiene que hacerse aunque la municipalidad no compre esos terrenos. Quijano opina que el acceso a través de los terrenos que sí tiene la muni es suficiente, porque ningún propietario puede evitar que las personas lleguen a las cataratas a través del río.
Además considera que como institución tienen que estar abiertos a la competencia. “Vamos a tener que buscar la forma de brindar mejores servicios y hacer el proyecto sostenible en el tiempo”, agregó el jerarca.
Un punto de quiebre para Bagaces
La alcaldía y el concejo municipal indicaron que la institución recaudó ¢200 millones en 11 meses (febrero-diciembre 2018) sólo por el derecho de entrada a las cataratas. Estas ganancias financiarán la construcción del complejo turístico.
Unas 80.000 personas visitan Llanos del Cortés cada año, según estimaciones de la municipalidad, un promedio de 220 personas diarias. A pesar de que actualmente pueden ingresar a la catarata un máximo de 300 personas simultáneamente y de que no hay ningún atractivo adicional.
La propiedad que la municipalidad quiere comprar abarca 60 hectáreas y el precio de venta es de $21.000 (¢12,6 millones) por hectárea. Esta oferta fue expuesta por el regidor Edgardo Aragón en octubre del 2018, según consta en actas del concejo.
A partir de esta propuesta, se elaboró un estudio topográfico que determinó que la propiedad donde está la catarata no es municipal. Desde entonces, Aragón ha sido el responsable de mediar el diálogo entre la municipalidad y Stewart.
El pasado 28 de febrero en la sesión municipal, el regidor manifestó que el propietario ha demostrado un especial interés en que la municipalidad administre las cataratas y que las ganancias queden para la comunidad.
La Voz Chequea consultó mediante correo electrónico a Stewart sobre el proceso de compra, el precio de venta y su interés en vender el terreno a la municipalidad; pero al cierre de esta edición no había dado respuesta.
Aragón opina que la municipalidad se ha dado cuenta muy tarde del potencial del proyecto y del peligro de que caiga en manos privadas.
Para el administrador actual de las cataratas, Rosbin Rojas, la importancia de adquirir los terrenos va más allá del factor económico, pues entran en juego la seguridad de las personas visitantes y la conservación ambiental.
“Es tener la capacidad de cuidar la parte superior de la caída del agua, que no se ensucie, que no se agote. Si llega otra persona y lo agarra, probablemente pueda actuar sin ninguna conciencia ambiental”, agregó.
*Nota de la editora: Este artículo fue modificado el sábado 4 de abril luego de que la persona mencionada como representante en la negociación con la municipalidad, en la versión original de esta nota, aclarara que las propiedades no le pertenecen a él, sino a una sociedad de la cual su hermano es presidente y él es tesorero, y que él nunca ha hecho negociaciones con el municipio. Su versión contradice la versión de los regidores del concejo, que consta en actas.
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