Medio Ambiente

Cañón del río Liberia: explorar las entrañas de Guanacaste

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Sentarme en una piedra a dejar que el viento me pegue en la cara nunca tuvo tanto sentido como en este momento: frente a mí se precipita una pared de rocas gigantes y afiladas que cae sobre un río y unos parches de bosque. A mí alrededor se esparce una cobertura blanca que, si se viera desde lejos, podría parecer nieve, pero en realidad es “cascajo”, el material blancuzco que usó Liberia para construir sus calles hace años y recibir su nombre de Ciudad Blanca.

Hace millones de años, esta grieta se abrió en el corazón de Liberia y le regaló una fuente de agua, un bosque de galería y un paisaje nada común que ahora el Área de Conservación Guanacaste (ACG) espera convertir en parte de un corredor biológico: el cañón sobre el río Liberia.

Sobre este “cascajo” desprovisto de minerales —que en realidad es una mezcla entre piedra pómez, cuarzo y otra materia volcánica—, crece también alguna vegetación enana, espinosa, con hojas duras y troncos muy torcidos.

Cañón del río Liberia - César Arroyo

Si hubiese que compararla con algo semejante en la provincia, no podríamos hacerlo, aunque quienes estamos acá coincidimos en que se parece un poco al páramo de las zonas altas del Valle Central, como el cerro de la Muerte o el Chirripó. Son comunes los árboles de nance y los robles encino, que son los más pequeños de su especie.

Tal vez no se nota a simple vista, pero esta porción de vida que está bajo nuestros pies y a nuestro alrededor funciona como una zona de amortiguamiento entre el Parque Nacional Rincón de la Vieja y la ciudad de Liberia. Según el plan de la ACG, funciona también como un corredor biológico que, unido a otras zonas, conecta al Rincón de la Vieja con la reserva Lomas de Barbudal y el Parque Nacional Palo Verde.

En el parche verde que sobrevive allí, aferrado a una tierra expuesta a la contaminación del Río Liberia, a vientos fuertes y a incendios forestales, están las entrañas boscosas de Guanacaste: “Es un ejemplo de la génesis de los bosques que originalmente estuvieron en nuestra provincia”, dice el jefe de la Dirección de Manejo de Recursos Forestales y Vida Silvestre de la ACG, Francisco Ramírez.

Ahí abajo, cerca del bosque, pueden encontrarse pavas, tepezcuintles, venados y hasta felinos. Acá arriba, los árboles sirven de refugio contra el viento para varias especies de aves.

¿Quiere pedalear fuerte?

Este es un sitio de observación en el que uno podría quedarse horas solo mirando el paisaje, sintiéndose pequeñito pero eterno. Sin embargo, algunos deportistas también utilizan el camino que nos trajo hasta aquí como sitio de entrenamiento.

El sector es conocido como las Morocochas, que incluyen parte del cañón del Río Colorado, parte del cañón del Río Liberia y el río El Salto. Hasta acá se puede llegar por Moracia (por el vertedero) o por el sector Pailas del Rincón de la Vieja, si quiere ver un paisaje mucho más rico. Si usted llega al centro de Liberia y le pregunta a cualquier persona cómo llegar a las Morochas, es muy posible que lo logre ubicar.

Algunos ciclistas muy entrenados podrían llegar hasta acá a puro pedal. Otros, como nosotros, pedaleamos un poco y anduvimos otro rato en carro para poder aguantar la jornada. Cualquiera de ambas tiene una buena recompensa.

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