Derechos Humanos

Guanacaste levanta con timidez su propia bandera gay

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Cuando Liberia, Nicoya y Carrillo se declararon cantones libres de discriminación sexual, hace más de seis meses, la declaratoria parecía más bien una utopía.

A finales del mes de marzo, Nandayure se sumó a la lista, pero ¿qué significan estas declaratorias?, ¿tienen ya un impacto en la provincia?, ¿se han establecido políticas concretas para eliminar la discriminación por orientación sexual?

La respuesta es poco satisfactoria: aunque llenas de buenas intenciones, las declaratorias de los tres primeros cantones se han quedado en el papel.

La Voz de Guanacaste conversó con los tres regidores que presentaron las mociones el año pasado y todos coinciden en que, hasta el momento no se han reflejado en la práctica, pues se deben incluir adaptaciones en los presupuestos municipales para destinar fondos a las campañas o actividades de este tipo.

Liberia fue el primero en tomar la iniciativa en Guanacaste, en setiembre del 2016. La regidora Andrea Gutiérrez aseguró que el Comité de la Persona Joven de Liberia está trabajando en cine foros para mediados de año, los cuales buscan sensibilizar a los jóvenes con la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales).

Sin embargo, no detalló ninguna actividad ya realizada en favor de los derechos de estas personas.

Un primer paso

Los regidores William Allen de Nicoya y Carlos Chanto de Carrillo también confirmaron que en sus cantones la propuesta no ha tenido ningún impacto, pero ambos planean presentar una moción para incluir un rubro destinado a campañas de sensibilización en el presupuesto del 2018.

Chanto opinó que las declaratorias de libre discriminación son solo un paso desde los gobiernos locales, pero que los grupos de activistas y los movimientos de derechos humanos deben darle seguimiento.

“Me encantaría que movimientos lésbicos y gays tomaran la bandera en Guanacaste y que no sea solo un asunto de proposición política”, dijo el regidor.

El asesor del Frente por los Derechos Igualitarios, Janekeith Durán, considera que las declaratorias que se han tomado en Guanacaste y, en un total de 38 cantones de Costa Rica, son un paso importante para que desde ahí se desagreguen políticas municipales que beneficien a la comunidad LGBTI.

Según explicó Durán, la Municipalidad de Desamparados creó una política municipal después de la declaratoria para sensibilizar a los empleados en cuanto al trato de clientes y compañeros de trabajo con orientaciones sexuales diferentes a las suyas.

“Es una voluntad política para que el respectivo cantón luche contra la discriminación de las personas con diferente orientación sexual”, señaló el activista.

Si los regidores Chanto y Allen esperan a que los movimientos se hagan cargo de los cambios, tendrán que esperar sentados: en la provincia no hay ninguna organización ni movimiento que se enfoque en defender los derechos de esta población.

Para el presidente del Movimiento Diversidad Costa Rica, Geovanny Delgado, ese es el principal reto que tiene el activismo del país: descentralizar las estrategias del Gran Área Metropolitana.

Aunque en Guanacaste no hay grupos regionales como los hay en Puntarenas y San Carlos, los activistas creen que las luchas como la de legalizar el matrimonio igualitario que se trabaja desde el Valle Central favorecen a la población LGBTI de todo el país.

El miedo a sacar la bandera

Por más cosmopolitas que sean las costas en Guanacaste, los guanacastecos homosexuales y lesbianas no tienen ni un solo lugar de reunión catalogado abiertamente como gay.

Sin embargo, en la provincia hay tres hoteles que se declararon “inclusivos” al afiliarse a la Cámara de Comercio Diversa de Costa Rica.

Así lo confirmó a La Voz de Guanacaste el presidente de la Cámara, Julio César Calvo.

El concepto de “inclusivo” no define a un sitio como “gay friendly”, pero su personal ha pasado por una serie de talleres de sensibilización para no discriminar a ningún cliente homosexual y tratarlo como cualquier otro.

También trabajan a nivel interno para no discriminar a ningún colaborador de la empresa por su orientación sexual.

Estos hoteles son el Buena Vista Lodge (Rincón de la Vieja), el Hotel Manglos (Playa Hermosa) y el JW Marriott Guanacaste (Hacienda Pinilla).

Para Calvo, hay muchos sitios en Guanacaste como Tamarindo, Playas del Coco o Liberia que tienen todas las características para ser sitios turísticos gays, los empresarios desconocen sus beneficios.

“Muchos creen que por poner la bandera gay van a convertir a su negocio en un centro de orgías”, dijo el presidente de la Cámara.

También opina que su actitud se debe al desconocimiento de los beneficios económicos que genera la comunidad LGBTI.

Muchas parejas del mismo sexo son catalogados como dink (double income no kids o doble salario y sin hijos, en español). Es decir, el dinero de la pareja se lo dedican en ellos mismos para pasear, consentirse y hacer turismo, explicó Calvo.

Los primeros esfuerzos son apenas una línea del gran arcoiris que podría surcar el cielo guanacasteco si sus pobladores lideraran sus propios procesos de inclusión en la sociedad. La lucha es de todos, pero alguien debe levantar la bandera primero, con acciones concretas y palpables, coincidieron los entrevistados.

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