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Editorial: Supervisando fuentes de agua contaminada

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El precio por un litro de gasolina oscila entre los 600 y 700 colones, La gasolina pone en marcha los motores y otras máquinas que nos hacen la vida más fácil, y hemos llegado a depender de ella, valorándola altamente.

Pero la gasolina no es vital para la sobrevivencia. Dependemos del agua mucho más. Con tres días sin agua, tendríamos serios riesgos en nuestra salud, y luego de una semana o 10 días, moriríamos sin este líquido vital. Sin embargo, muchos de nosotros creemos que la disponibilidad de agua esta dada y pasamos mucho menos tiempo pensando en lo que cuesta. Tal vez esto se debe a que un litro de agua que sale del tubo cuesta sólo 0,11 centavos, ni siquiera 1 colon, según los datos de la ASADA de Nosara. El costo se mantiene lo más bajo posible ya que el agua es considerada un derecho humano.

El principal organismo público responsable de garantizar la seguridad de nuestra agua es el Ministerio de Salud, pero otras entidades también ejercen un papel. Acueductos y Alcantarillados (AyA) administra y opera los sistemas de saneamiento de agua, en colaboración con las distintas asociaciones de acueductos rurales (ASADAS). Además, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) administra los recursos de agua de acuerdo con las leyes ambientales de Costa Rica y se encarga de la supervisión de los permisos para la explotación de los ríos, y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) regula las tarifas de agua (así como los precios de la gasolina).

Lamentablemente, a algunas personas sin escrúpulos no les importa proteger nuestra agua. Ellos quieren hacer las cosas lo más rápido, lo más fácil y lo más barato posible y no toman en cuenta cómo esto podría afectar nuestro ambiente y nuestra salud. Agroquímicos y sistemas de aguas residuales insuficientes frecuentemente son los culpables de la contaminación de este recurso vital. En abril del 2012, informamos sobre cientos de peces muertos en el río Nosara, como consecuencia, al parecer, de personas que ilegalmente utilizan las pesticidas para pescar camarón.

En esta edición, seguimos vigilando cuatro casos actualmente de preocupación en nuestra zona, y en el transcurso de las investigaciones descubrimos algo interesante: En Costa Rica en general no se analizan los niveles de coliformes fecales en los aguas residuales vertidos en los ríos y otros cuerpos receptores. Solo examinen las calidades físico-químicas. Sin embargo, la presencia de coliformes fecales en agua es un indicio de que el suministro de agua puede estar contaminada con aguas negras u otro tipo de desechos en descomposición.

En junio del 2011, La Voz informó sobre la preocupación de que el agua contaminada de la laguna de oxidación de Nicoya está llegando al Río Grande. Ahora, dos años más tarde, la contaminación continúa y el plan para remediar la situación, esta agendado para entrar en funcionamiento hasta el 2015.

Una madre preocupada por un brote de enfermedades en los escolares de Nosara contactó a La Voz en noviembre del 2012, con la sospecha de que la fuente era el agua en la  escuela Serapio López, y aunque las enfermedades pueden haber sido simplemente un virus que estaba afectando en aquel entonces, esto trajo bajo el microscopio la calidad de agua. Aquí damos seguimiento al estado de la ASADA de Nosara, y también informamos sobre la posible contaminación de la boca del Río Nosara, que actualmente está siendo investigado por el MINAE y, sorprendentemente, por el OIJ, la policía investigativa.

En Samara, varios vecinos han denunciado su preocupación por el mal olor proveniente de las aguas residuales que se vierten en el Río Lagarto. Sospechan que el agua proviene de supermercado Palí, pero hasta el momento el tema no ha tenido resolución. La Voz decidió llevar una muestra de agua directamente de la tubería del drenaje al laboratorio de la Universidad de Costa Rica para análisis, y es innegable que está contaminada con coliformes fecales. La pregunta sigue siendo, ¿de dónde proviene esta agua y quién se hará cargo?

Otra preocupación reciente en Guanacaste, es la presencia de arsénico en el agua en cuatro cantones de Guanacaste, incluyendo Cañas, Bagaces, El Jobo y La Cruz, lo cual posiblemente afecta la salud de muchas personas en esas áreas. Esta es una noticia preocupante para esas comunidades, pero Darner Mora, del laboratorio de AyA, ha asegurado a La Voz que el arsénico no es un problema en el agua del cantón de Nicoya.

Instamos a nuestros lectores a no caer en la complacencia y no pensar en la protección de nuestros recursos hídricos como el trabajo de otra persona. La protección de nuestra agua es responsabilidad de todos. Denuncien casos de contaminación, sean persistentes y hagan que se escuche su voz hasta que se tome acción. 

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