Identidad

Guanacaste desde las alturas

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Cuando estaba en la escuela nunca faltaba el grupo de amigos que desafiaba las alturas lanzándose desde un árbol o una escalera para ver si en el trayecto hacia el suelo lograban volar.

Yo hasta me lancé de un columpio en movimiento para sentir ese cosquilleo de estar suspendida en el aire por algunos segundos, pero fue hasta una mañana soleada y ventosa de principios de enero en playa Sámara que pude sentir lo más cercano a volar.

Ese día me subí a un girocóptero o autogiro, el antecesor del helicóptero. Su creación data de 1923 y los expertos dan fe de que es el aparato más seguro para viajar por los aires.

Jorge Müller, mi piloto durante la experiencia y parte del staff de Auto Gyro América, me repitió decenas de veces lo mismo antes de salir a pista y sobrevolar las playas de Sámara, Carrillo y Barrigona. “Es lo más seguro” se convirtió en mi mantra durante todo el viaje.

El girocóptero tiene un motor que impulsa sus hélices, pero también cuenta con una pieza mecánica en la parte superior, llamada rotor, que no depende de él y le permite a las hélices girar libremente gracias al viento. Es decir, si el motor falla, el girocóptero tiene la capacidad de planear y comenzar a descender sin sobresaltos.

Volé por unos 20 minutos aproximadamente y créanme, fue tiempo suficiente para admirar un paisaje que por mucho fue lo que más valió la pena de todo el tour.

Müller, con 19 años de ser piloto en Costa Rica, se conoce la zona al dedillo y explica cada detalle. Vimos cocodrilos en los manglares del río Buena Vista, bancos de peces en el mar y cientos de árboles corteza amarilla que cortan la monotonía verde de las montañas. Desde las alturas, Guanacaste es todavía más impresionante.

El girocóptero solo tiene dos plazas y la comunicación con el piloto es posible a través de un casco con intercomunicador.

 

También tiene una versatilidad que le permite volar casi tocando el mar o a una altitud de más de 300 metros. Puede ser rápido (240 km por hora) o lento (a 25 km/h). Puede detenerse de repente, hacer virajes, descensos rápidos. Puede ser todo adrenalina o pura paz. Müller me dio una prueba de cada cosa, pero porque así lo quise.  Cada pasajero puede crear su propia experiencia.

La nave en la que volé fue completamente abierta, así que es inevitable sentir el viento que golpea fuertemente por momentos en la cara o los brazos. Para mí, eso también 

fue parte de la aventura.

Durante el viaje llegué a pensar: si la niña que fui en la escuela hubiera sabido que iba a sentir en algún momento lo más parecido a volar, ¿me creería?

¿Afectación al ambiente?

Una vez publicada  esta nota en nuestro sitio web y compartida en nuestras redes sociales, varios lectores mostraron su malestar por considerar que el vuelo en girocoptero es una actividad que afecta el ambiente y la vida silvestre en las zonas que las diferentes compañías sobrevuelan.

Yeimy Cedeño, administradora del Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional, comentó que la Dirección General de Aviación Civil establece que la altura mínima para que los girocópteros sobrevuelen territorio costarricense es de 150 metros, y que en algunas ocasiones los vuelos de los girocopteros irrespetan esa disposición.

«También sobrevuelan las playas del refugio haciendo ruido, asustando a los visitantes y estresando a las tortugas» , comentó Cedeño.

Este medio consultó a quien fue nuestro piloto para la elaboración de este artículo, Jorge Müller, y aseguró que a nivel nacional los vehículos ultraligeros, como es considerado un girocóptero, no tiene restricción de altura mínima. Además, reiteró que la compañía a la que representa cuenta con todos los permisos de vuelo necesarios para practicar la actividad.

“Si algún vecino o alguna otra persona  tiene algún problema con esto (con los girocopteros) que nos contacte y cambiamos la ruta”, dijo Müller.

La Voz de Guanacaste está en la búsqueda de más información con la Dirección General de Aviación Civil y otras entidades para ampliar sobre las disposiciones legales que rigen a nivel nacional para este tipo de prácticas.

Nota del editor: El 5 de marzo a las 10 a.m la periodista Andrea Rodríguez agregó el apartado “¿Afectación al ambiente?” al reportaje con el objetivo de brindar información más equilibrada a nuestros lectores.

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