Diez años atrás, Christina Baal visitó Nosara por primera vez para vacacionar y despejarse del ajetreo de Nueva York, ciudad de donde es oriunda. Durante su estadía, le sorprendió ver cómo, a pesar de los grandes talentos de muchos nosareños, estos tenían pocas oportunidades para superarse.
Baal es trabajadora social de profesión y siempre quiso ver la forma en la que podía derribar las barreras que existen entre la comunidad extranjera de Nosara y los pobladores. Con esa misión en mente, lanzó el proyecto “Vive el sueño” a finales del 2015, arrancando con 12 personas.
El programa reúne a diferentes lugareños y los capacita para que emprendan negocios en la zona, o bien, perfeccionen los proyectos que ya tienen y puedan mejorar las áreas de estrategia, mercadeo, legalidad y hasta recibir talleres con psicólogos para enfrentar el miedo a comenzar un desafío.
De un taller a un sueño
Yisenia Rojas es oriunda de Nandayure, pero lleva 15 años viviendo en Nosara. Trabajó en hoteles y restaurantes como cajera y mesera. Sin embargo, algunos problemas con la columna la obligaron a dejar sus anteriores empleos.
Rojas fue una de la primeras en formar parte de Vive el sueño: “Nos empezaron a preguntar en qué éramos buenos y yo siempre he hecho piñatas para vender por encargos, entonces pensé que podía poner un negocio de artículos para fiestas. Sin embargo, nos dimos cuenta de que solo eso no sería suficiente, así que ampliamos la oferta con suministros de librería”, contó Rojas.
La guanacasteca aprendió cómo hacer un estudio de mercado visitando todos los hoteles de Nosara para consultar si comprarían sus artículos, cuáles eran sus principales necesidades y los precios que acostumbraban a pagar. Fue así que a partir de enero Rojas abrió, en los Arenales de Nosara, Creaciones Yesi, en donde vende todo tipo artículos para oficina y para fiestas y da servicio express.
“Siempre el mayor miedo de uno es la parte legal, pero ellos nos explicaron cómo registrarnos, me ayudaron hasta con el logo. También me enseñaron a hacer presupuestos y yo del negocio me puedo pagar un salario y eso me ayuda en la casa”, dijo Rojas.
De lo empírico a lo profesional
Isabel Obando tenía cuatro años de tener Panadería y Repostería Isa en el centro de Nosara. Con la asesoría legal recibida, logró registrar su marca, cumplir con todas las obligaciones tributarias y ahora hasta amplió su clientela.
“Antes solo me compraban vecinos y gente de aquí (Nosara centro), pero ahora vienen muchos extranjeros del Proyecto Americano que se enteraron, porque me abrieron un Facebook y se enteraron también del proyecto”, comentó Obando.
Ante las mejoras en las ventas, Obando emplea ahora a su hija Kim y juntas hacen todo tipo de panes, queques pequeños y grandes para fiestas y reposterías para cualquier actividad.
Vive el sueño funciona con apoyo de patrocinio y donaciones de diferentes empresas privadas en la zona. Además, gracias a la divulgación en redes sociales, el proyecto ayuda a entrelazar a los locales con clientes extranjeros, para que aumenten sus ventas.
Baal planea seguir ayudando a más nosareños que quieran salir adelante. Es por eso que, para septiembre de este año, quiere dar dos cursos divididos para gente que quiere comenzar desde cero y para otros que ya llevan camino adelantado.
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