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¿Es su hijo muy selectivo o delicado a la hora de comer? ¿Le preocupa lo que él o ella come cuando está en la escuela? ¿Son las comidas un momento difícil del día, por decirlo suavemente? Para poner fin a esta lucha y hacer del desayuno, almuerzo, cena y merienda un momento más agradable, siga estos 10 consejos.
- Sea un buen ejemplo: los patrones de conducta alimentaria comienzan en la infancia y se mantienen durante largo tiempo; por lo que es fundamental que los niños estén en el camino correcto desde que son pequeños. Los niños observan a los adultos y siguen su ejemplo, especialmente cuando se trata de hábitos alimentarios. Por lo tanto, es importante que los adultos elijan una alimentación sana y equilibrada.
- Coma un arco iris cada día: ofrezca a sus hijos una variedad de proteínas, granos enteros, frutas y verduras de distintos colores para asegurarse que estén recibiendo todos los nutrientes que su cuerpo necesita.
- Sirva porciones pequeñas: cuando los niños prueban un alimento por primera vez, una cucharada de espinacas o brócoli al vapor es suficiente para proporcionarles una variedad de nutrientes y permitir que prueben el sabor de un alimento en particular.
- Limite las bebidas dulces o azucaradas: la mejor forma de asegurar que los niños coman sus alimentos es poniendo un límite estricto sobre las bebidas dulces que consumen. Para niños de 1 a 6 años, limite el jugo o fresco de frutas naturales sin azúcar a 4 a 6 onzas por día. Eso equivale a ½ a ¾ taza. Evite las gaseosas, los endulzantes artificiales y los jugos o frescos con azúcar agregado. Es mejor ofrecerles agua o fresco de frutas naturales.
- Hábleles acerca de los alimentos: el mostrar interés en los sabores, texturas y colores de los alimentos ayuda a aumentar la curiosidad de los niños acerca de lo que comen y les permite pensar en lo que está sucediendo en su boca. Dígales a que se parece y a que sabe su comida. Por ejemplo el brócoli parece un árbol, mientras que el queso es cremoso.
- Evite etiquetar al niño: cuando etiquetamos a un niño como “delicado o quisquilloso para comer”, por ejemplo, la tendencia es que eviten los alimentos y utilicen la etiqueta como excusa para rechazar la comida.
- Ofrézcales opciones: si su hijo o hija se niega constantemente a comer un determinado tipo de verdura, bríndele una alternativa.
- Cree una conexión entre los niños y su comida: lleve al niño al supermercado o, mejor aún, a la feria del agricultor. Al involucrar a los niños en el proceso, es más probable que quieran comer lo que escogieron o hicieron.
- Sea creativo: cuando damos nuestro toque personal a los alimentos, mostrándonos entusiastas con lo que vamos a comer, los niños también lo harán. Haga su propia barra de sundaes con helados de yogurt y toppings saludables o una salsa o dip especial para verduras. Tener a mano snacks o meriendas preparadas tales como frutas secas, nueces, semillas de calabaza tostadas, manzanas en rebanadas o palitos de zanahoria disminuye la tendencia a seleccionar alternativas procesadas cuando usted o sus hijos están apurados. Añada purés de verduras dentro de los alimentos preparados y salsas o preparesmoothies o batidos con un puñado de hortalizas como las espinacas.
- Dé gracias: El compartir palabras de agradecimiento, dar gracias por tener suficientes alimentos y reconocer a aquellos que tomaron el tiempo de cultivar y preparar los alimentos es una excelente forma de ayudar a los niños a apreciar los alimentos que van a comer.
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