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Editorial: Ser madre es asunto de todos

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Las tres mujeres que acompañan las páginas del artículo de portada de la edición de agosto quedaron embarazadas cuando estaban solteras y no habían completado su educación, pero hoy llevan vidas muy diferentes.

Dos de ellas (Karen y Heilym)  lograron completar la universidad y tuvieron una red de apoyo en la que figuraba el padre del niño. Greylim, por el contrario, apenas logró sacar el colegio después de tener a su bebé y ahora estudia un técnico medio mientras es miscelánea de una cooperativa. El padre del niño se esfumó.

Las historias de Karen y de Heilym son el ejemplo de lo que sucede cuando la maternidad es un asunto de padre y madre y no solo de la mujer que cargó con la panza encima nueve meses. Eso, sin embargo, parece que no lo tenemos claro ni los ciudadanos ni las autoridades.

El dato de que un 80% de las madres guanacastecas no completaron la secundaria es alarmante y se abraza tristemente con otras realidades como la violencia doméstica y la agresión verbal callejera en contra de las mujeres.

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Por eso es que esta discusión no se trata solo de empoderar a las mujeres sino de educar bien a los hombres: de insistir en la educación sexual y afectiva en los colegios para que los muchachos, desde muy jóvenes, aprendan a responsabilizarse también por los seres humanos que procrean.

Si usted repite frases cajoneras como: “Ella quería meterle una panza”, o “Nadie la tiene de zorra” cuando una joven queda embarazada, está eliminando todo rastro de responsabilidad de un hombre que tuvo exactamente un 50% de participación en el acto y que debería tener el mismo porcentaje de compromiso por el resto de la vida.

También es cierto que instituciones como el Ministerio de Educación Pública, el Instituto Nacional de las Mujeres y las universidades deben prestarle atención a esta carencia en la educación de las madres y seguir ejemplos como el de la Universidad Nacional, con guarderías cercanas y horarios alternativos para las mujeres que son madres.

Las estadísticas ya han demostrado que mientras más mujeres se inserten en el mercado laboral, más próspera es la economía de los países, pero discriminarlas por ser madres no ayuda en nada al sistema: la maternidad no es un asunto individual, es cosa de todos.

Nota del editor: Este artículo fue editado el 21 de agosto, pues se dijo que el 80% de las madres guanacastecas completaron la secundaria. El dato correcto es que el 80% de las madres guanacastecas no terminaron el colegio. 

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