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El gigante aurinegro de la pampa: Douglas Forvis Espinoza

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El pasado 13 de junio Guanacaste volvió a tener representación en la máxima categoría del fútbol nacional con el ascenso de la Asociación Deportiva Municipal Liberia, tras ganar la final frente al Puntarenas F.C.

Esa noche será recordada por los liberianos por el reencuentro con su identidad e historia deportiva. A su vez, la serie tuvo sus héroes y protagonistas que marcaron el campeonato y la vuelta a primera.

Uno de ellos, fue el guardameta Douglas Forvis Espinoza, quien se consagró como figura, siendo decisivo con sus intervenciones; la principal, la atajada en el penal al delantero puntarenense Luis “El Chicharón” González, la cual terminó de consagrar su buena actuación en la final. 

De unos 1.90 m de estatura y manos como las de un león, Forvis es el jugador más alto y fornido del conjunto aurinegro. En sus guantes la número cinco parece pequeña, en realidad está protegida, es su consentida.

Aunque el reconoce que su apellido está más cerca del caribe que de Guanacaste, (su abuela paterna era de Jamaica), su amor por la provincia lo lleva en la sangre. Su cédula 5 así lo evidencia, nacido en Nicoya y criado en El Llano de Santa Cruz, con 23 años de edad, el “Gigante” que usa la 22 en su uniforme, se ganó la titularidad en el equipo de Liberia.

Sus orígenes futbolísticos se remontan cuando tenía 16 años y debutó en el equipo Saprissa de Corazón, en la Liga de Ascenso. Fue en este club donde Forvis conoció de cerca a excelentes porteros, como Esteban Alvarado y Keylor Navas, y de quienes asegura aprendió mucho y son modelos a seguir en su carrera profesional.

“Los compañeros de allá (Saprissa) me decían que era del mismo físico y estilo de juego de Esteban Alvarado y me gusta como ataja él”, dijo el nicoyano. 

A los 21 años de edad, arribó al equipo Liberiano. El confiesa que sus claves han sido el esfuerzo y la humildad. Aunque reconoce que el camino no ha sido fácil, sobre todo por la reciente muerte de su papá Winsthon Forvis Wualton, quien falleció hace unos siete meses por una trombosis en los intestinos.

“Siempre lo llevo en mi corazón y el día que ascendimos le dediqué el título a él”, recordó emocionado.

El guardameta se define como una persona tranquila y hogareña, “no me gusta salir, me gusta compartir con mi familia, mi novia, mi mamá y venir a entrenar”, afirmó Forvis Espinoza. 

Su mamá Reina María Espinoza Marchena, vive en Santa Cruz y ha sido un ejemplo de humildad y trabajo, que lo motiva a superar los obstáculos: “Mi mamá vende números (de lotería), vende pan humildemente para salir adelante, ya no quiero ver a mi mamá trabajando, [por eso] voy a sacrificarme por ella”, aseguró.  

Con autocrítica, reconoce que todavía tiene mucho por mejorar, tal es el caso de su talla corporal, pues el preparador físico del equipo le dijo que debe bajar 10 kilos de peso.

Douglas Forvis Espinoza promete continuar dándolo todo en este nuevo reto y aventura que es la primera división: “Como portero joven, tengo que mejorar algunas cosas, yo mismo lo sé, voy a proponerme a ser uno de los mejores porteros”.

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