En los últimos dos años, la actividad narco en las costas Guanacastecas ha aumentado, específicamente el transporte de cocaína. Casos como la avioneta cargada con cocaína que despegó en marzo de este año desde una finca en Barco Quebrado para luego estrellarse, o de otra avioneta también cargada droga que despegó desde Playa Corozalito en Nandayure en el mes de enero, son algunos ejemplos de la presencia narco en la zona.
Solo en la costa del Pacífico, el Ministerio de Seguridad recientemente encontró 33 pistas de aterrizajes clandestinas, ocho de ellas en Guanacaste. Sumado al transporte aéreo, la Fuerza Pública publicó en un comunicado de prensa que “el tráfico de drogas se ha disparado por la vía marítima, principalmente por el océano Pacífico, mediante el uso de embarcaciones pequeñas de poderoso motores, que son abastecidas por pescadores locales, que a cambio reciben droga”.
Las pistas clandestinas están marcadas con color rojo. Mapa por Ministerio de Seguridad Pública.
Pero, ¿qué es lo que hace al Pacífico guanacasteco tan atractivo para el narco? Según el anterior Ministro de Seguridad de Costa Rica y experto en criminalidad, Álvaro Ramos, el talón de Aquiles es su falta de infraestructura vial y la gran presencia de playas aisladas.
Ramos indica que existen decenas de accesos a playas cuyos caminos están en pésimas condiciones y son de difícil acceso para las autoridades locales que realizan patrullajes.
“Yo apuntaría que una de las debilidades más importantes que tiene la costa de Guanacaste es que las playas están como aisladas las unas de las otras, no existe una carretera nacional que comunique toda la costa, eso impide a las autoridades hacer un mejor control”, comentó Ramos.
Aunado al aislamiento de playas, también hay fincas de grandes extensiones cuya vigilancia de parte de sus dueños o empleados es pobre.
De acuerdo con Gustavo Mata, Ministro de Seguridad Pública, para hacer una pista de aterrizaje rústica pero funcional se necesitan unas dos semanas de trabajo. La mayoría de estas pistas están enclaustradas en sitios montañosos y apartados de los centros de población, lo que permite a la red narco construir pistas de aterrizajes pequeñas, rusticas y discretas con el fin de burlar la seguridad.
De acuerdo con Mata, “la droga viene de Colombia y Ecuador por medio de lanchas rápidas que descargan en el Pacífico de Costa Rica. Una vez que el cargamento llega a tierra, existen personas que colaboran con el transporte terrestre y por medio de avionetas, generalmente de matrícula mexicana o estadounidense, la trasladan a Guatemala o México”.
Para Mata existe toda una logística narco que articula el transporte marítimo, terrestre y aéreo, con personas de diferentes nacionalidades que colaboran con lanchas pesqueras, vehículos en tierra, lugares que sirven como escondites y campos de llegada y salida para avionetas.
¿Es Guanacaste un mercado de esa droga?
Ramos dijo que las grandes estructuras narcos que operan en América del Sur y México no están interesadas en el mercado costarricense. Al territorio nacional lo utilizan únicamente como puente de paso o como “bodega”, pues el destino final de estas drogas es Estados Unidos o Europa. Sin embargo esa actividad genera el pago de servicios a los pequeños delincuentes de la zona.
Según el experto, los pequeños mercados de drogas en zonas costeras de Guanacaste no están ligados con las grandes estructuras de narcotráfico. La droga que viene a las costas guanacastecas, proviene de pequeños grupos que operan en el Gran Área Metropolitana (GAM) y que poseen algunas zonas de influencia, entre ellas las playas, debido a la actividad turística.
De esa manera los nichos de las drogas son aquellos sitios de diversión, salones donde se consume altas cantidades de alcohol, con venta de sexo casual. La presencia de turismo sexual, narco turismo y grupos de control es una realidad en Guanacaste, aunque de momento se podría considerar “leve”.
Policía de control de drogas incautó 350 kilos de cocaína la madrugada del 24 julio del 2015 en Santa Cruz. Foto contribuida Ministerio de Seguridad Publica.
Pese a la presencia de estos pequeños grupos delincuenciales, Ramos dijo que la provincia de Guanacaste es una de las más seguras del país históricamente y en la actualidad las autoridades ejercen “buen control” en términos generales. Alega que las autoridades tienen cierto control sobre pequeños grupos delincuenciales que operan en la zona, los cuales ya han sido identificados, pues involucra personas con amplio expediente delictivo.
No obstante, algunos acontecimientos han dado muestra que la provincia de Guanacaste está perdiendo su tranquilidad.
En octubre del 2015 algunos vecinos observaron el movimiento extraño de vehículos en el sector de la vieja pista de aterrizaje en Puerto Carrillo y el despegue posterior de una avioneta cuyo paradero nunca se supo, pese a que las autoridades le seguían la pista. El 13 de enero de 2016 una avioneta matrícula TI-ATR despegó con 89 kg de cocaína de una pista clandestina en Corozalito de Nandayure, misma que se estrelló horas más tarde al noroeste de Nicaragua.
El caso más reciente ocurrió el 7 de marzo en el sector de Las Delicias de Garza en Nosara, donde una avioneta monomotor que portaba cocaína se estrelló contra un bosque a tan solo un kilómetro del campo de aterrizaje de donde había despegado minutos antes. Los dos ocupantes murieron. En el lugar se encontró un vehículo abandonado, pichingas de combustible y armas de fuego.
Caseta del guarda en finca donde esta pista ilegal de aterrizaje y la Toyota Hilux negra. Foto por Betsy Chavarría.
Ramos aseguró que la debilidad que tiene la seguridad costarricense en general es que la policía cumple en capturar a los delincuentes, pero los tribunales fallan al dejarlos libres o imponerles penas demasiado cortas, por lo que poco tiempo después están cometiendo los mismo delitos.
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