Filadelfia tiene un nuevo tesoro hecho por manos guanacastecas que se llama Raíces, una cafetería que parece salida de una postalita de viaje, de una foto de Pinterest o de un sitio web de decoración. Es un pequeño oasis repleto de macetas, cactus y hamacas que nos salvan del ruido de la carretera y del agosto lluvioso.
¿Cómo es que todo combina tan bien? Andrés Badilla y Reiner Vásquez, sus dueños, nos cuentan que todo es hecho por ellos mismos: el menú, el logo, las pallets convertidas en sillones, las hamacas y todo lo demás.
Los visitamos un martes de poca afluencia y les pedimos que nos trajeran los platillos que más les gustaran. Entre las opciones venía un panini de carne mechada con queso mozarella y ensalada, acompañado por unas papas en gajo y sazonadas que los clientes, según Andrés, aman.
El pan ciabatta —tostadito por fuera y esponjoso por dentro— lo hace una panadera de Tamarindo. “No nos daría la vida para hacerlo nosotros”, me confiesa Andrés.
Cuando empezaron, no sabían nada de barismo, pero hoy nos hicieron dos especialidades distintas: un latte caliente y un cold brew latte. Este último es una técnica de extracción en frío del café que luego lo combinan con leche condensada y leche normal y lo sirven en una botellita de vidrio para poder revolver todos los sabores. Curiosamente, no es una bomba de sabores, sino una caricia suave y ligeramente dulce al paladar, refrescante y energizante. Para mí, combina muy bien con la torta chilena.
El café se lo compran a Tamarindo Coffee Roasters, que les traen el grano producido acá mismo en las zonas altas de Nicoya, aunque también alguno viene de Tarrazú. Lo de ellos es conectar y confluir con los emprendedores de la zona para potenciar no solo su negocio sino el de sus proveedores.
Reiner y Andrés han cultivado paciencia de santos desde noviembre, cuando iniciaron con el cafecito, que es realmente la segunda parte de su emprendimiento. La primera fue Guanalettas, un negocio de paletas heladas que se ha expandido por la provincia en tan solo dos años y que no se parece en nada a una cafetería.
A veces se cuestionan si dieron el paso de abrir la cafetería demasiado rápido. “Los clientes nos van conociendo, pero es más lento”, cuenta Reiner, que siempre está adentro preparando la comida mientras Andrés se encarga de atender a los clientes.
Mientras miden el mercado, se dan a conocer entre los clientes por sus ofertas especiales. Los fines de semana, por ejemplo, tienen churros con helados (que obviamente ellos mismos elaboran). Allí mismo venden las paletas heladas, que también salen a repartir en las mañanas, mientras el café está cerrado.
En las paredes cuelgan mensajes que riman con la música indie en español. “Que nunca falte el café”, dice uno. “Sin miedo a soñar”, recuerda el otro, como resumiendo la historia de Raíces, de Andrés y de Reiner.
En breve:
- Lo bueno: Aceptan tarjetas, excepto American Express
- Lo malo: Es normal que algunas moscas entren al lugar, pero sus dueños tienen varios métodos para solucionar el problema.
- Horario: De martes a Domingo de 10:30 a. m. a 7 p. m.
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