La salud es un derecho fundamental, no es solo por capricho, sino porque así se establece en la Constitución Política de Costa Rica.
Para los pobladores de Sámara, lugareños de unos de los sitios más bellos y turísticos de Costa Rica, el acceder a atención médica es a veces tan difícil como ganarse la lotería.
Actualmente el EBAIS que dispone Sámara debe asistir a una población de más de 3000 habitantes y ya no da abasto, esto, sin agregar que su edificación fue construida en 1974 y aunque se le han hecho algunas remodelaciones, el inmueble no cumple con las condiciones óptimas para operar.
Ante este escenario lamentable, en La Voz de Guanacaste nos parece aplaudible la actitud de la comunidad, en persuadir que el terreno que fue donando en el 2014 por la familia Castillo a la Municipalidad de Nicoya, sea donado a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para construir una clínica.
Sin embargo, nos sienta desalentador la posición de la CCSS de negar que se pueda construir una Clínica, sino un Ebais, ignorando el incremento de población que tienen la zona. No solo el ascenso demográfico es una razón de peso, sino que con una clínica abrían muchas especialidades que se podrían atender ahí, y los vecinos de la zona no tendrían que desplazarse hasta el Hospital de La Anexión de Nicoya a 30 km de distancia.
El actual Ebais de Sámara también carga con suficientes líos legales, ya que el terreno en el que está construido está a nombre de la Municipalidad de Nicoya, por lo que la Caja no puede invertir en reparaciones o inyectar dinero en la estructura, pues no está a su nombre, y para hacer el problema más grave, el terreno forma parte de la Zona Marítima Terrrestre.
Las mejoras que se han hecho en el centro médico han sido porque la comunidad se ha organizado con fiestas y actividades que les ayudan a recaudar fondos, pero no porque la Caja o la Municipalidad haya financiado.
Lo triste es que, según una investigación de La Voz de Guanacaste, Sámara es el tercer distrito de Nicoya en retribuir más fondos a las arcas municipales y, sin duda, uno de los principales motivos es por la cantidad de turistas que visitan el cantón.
Si bien los importantes son los de la casa, Sámara tampoco puede descuidar a los miles de turistas que visitan la zona, y quienes frente a un accidente o enfermedad temporal, también tienen que utilizar las instalaciones médicas: eso también es cuidar la imagen.
Esperamos que los vecinos altruistas, emprendedores y valientes del distrito no pierdan la esperanza de poder construir una clínica médica en la playa, que seguro será de utilidad para otros pueblos vecinos.
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