Al observar desde adentro y afuera el techo de la Escuela de Garza, en Nosara, cuesta creer que el Ministerio de Educación Pública (MEP) inauguró la infraestructura hace apenas siete años, luego de reconstruirla tras los impactos del terremoto de Sámara. El óxido, causado por la brisa marina y la falta de mantenimiento, carcome a un ritmo acelerado el techo del centro educativo, ubicado frente a la playa.
Hay goteras en el cielo raso de las aulas, huecos en el techo de la institución, y el gimnasio está clausurado por el desprendimiento del zinc que lo cubre.
“Es triste, la escuela está bastante nueva y el techo tan dañado”, comenta la cocinera de la institución, Karen Marchena, mientras acompañaba a La Voz en un recorrido por el centro educativo. “Hay demasiada destrucción por el salitre en las láminas de zinc. Este año presentimos que con el viento y las láminas un poco flojas van a haber más goteras y más ‘mojaciones’ en las aulas”.
La época lluviosa a la vuelta de la esquina amenaza con inundar los pasillos de la institución e interrumpir las lecciones.
Para aminorar el impacto de los aguaceros, la comunidad corre a recaudar fondos para arreglar lo urgente, el cambio del techo de la escuela, cuyo valor ronda los ₡21 millones, según el presupuesto estimado por el representante de la empresa Constructora Benmavides Castillo CR, Jader Benavides.
Yo diría que un 80% del zinc del techo está en mal estado. Además, un aproximado del 15% de los perlings (que sostienen las latas de zinc) están oxidadas”, explicó Benavides a La Voz.
La Junta de Educación de la escuela, junto a la fundación Dreamcatchers, recolectaron un aproximado de ₡2.400.000 con actividades recreativas y culturales como el Garza Fest, según la directora de proyectos sociales de la fundación, Cinthya Gonzáles. Además, llevan otros ₡4.600.000 recaudados a través de GoFundMe.
La presidenta de la junta, Katherine Villalobos, aseguró que ya tienen el dinero suficiente para comprar los materiales. Ahora les falta el costo de la mano de obra.
En los próximos días, la junta y la fundación planean organizar más actividades, entre las que están una carrera, para alcanzar la meta de recaudación.
Las latas del techo del gimnasio desprendidas en diciembre quedaron en media calle. Miembros de la Junta de Educación y docentes movilizaron el zinc para evitar accidentes.Foto: Cesar Arroyo
MEP promete intervenir
“Ohh wow …. ¿En siete años? Está totalmente oxidado. Eso es peligroso y está a punto de agujerearse absolutamente todo”, admitió la directora de la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE), Lourdes Sáurez, cuando La Voz le mostró fotos del estado del techo de la escuela durante una entrevista.
Sáurez expresó que, desde que asumió la DIE a inicios del 2023, no recuerda haber recibido ninguna solicitud o petición de ayuda por parte de la escuela. La funcionaria dice que el mantenimiento de la escuela deben asumirlo tanto la junta como el MEP.
“Es una responsabilidad mutua pero ellos [la junta educativa] deben informar, porque nosotros no tenemos gente en las regiones ni andamos viendo escuela por escuela para ver cómo están”.
Según la presidenta de la junta, alquilan el gimnasio para recaudar fondos y cubrir gastos de la escuela como el recibo de la luz, pese al peligro de que otra lata del zinc se desprenda.Foto: Anatoly Haindrava
Después de ver las imágenes del deterioro del centro educativo, la funcionaria prometió enviar a un ingeniero a inicios de mayo para concretar una ayuda durante los próximos dos meses.
“Me comprometo en las primeras semanas de mayo a enviar un ingeniero que los visite, haga una valoración para saber por qué se deterioró tan rápido y qué es lo que hace falta. Ya con la visita de él y la plata que tienen, se validan las mejoras que vamos a realizar entre junio y julio”, afirmó.
Si, pese a la promesa de Sáurez, la junta quisiera asumir el cambio de techo por su propia cuenta, la jerarca comentó que deben solicitar una autorización al MEP.
“Ocupan una autorización de nosotros para saber que material van a poner, no vaya a ser que le pongan una lámina de zinc de un calibre inferior o de una mala calidad que más bien va a ser peor. Entonces nosotros nada más conocemos el proyecto y pedimos un informe final de lo que hicieron”, explicó.
Clases continuarán con regularidad
El cambio de techo tendría una duración de 12 semanas, según el tiempo estimado por el representante de la Constructora Benavides Castillo CR.
La directora de la escuela, Evelyn Rojas, enfatizó que no suspenderá ninguna clase durante los arreglos del techo.
“La idea es no suspender ninguna clase. Los llevamos a los chiquitos a otras aulas de manera que ellos no pierdan clases”, comentó.
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