Comida

La casa de Calá, la historia de Liberia en su salsa

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No puedo dejar de saborear esta deliciosa costilla frita. Está bien cocida y tiene un punto extra, más carne que hueso. Al empaparla con la salsa de barbacoa casera hecha a base de frutas, su textura se vuelve aún más jugosa. Imposible no chuparse los dedos. 

La costilla es el personaje estrella de este casado que tiene como actores de reparto: arroz, frijoles, maduro, ensalada verde y picadillo con vegetales. Las hojas de plátano y la madera en la que está servido, le dan un toque típico al plato que cuesta ¢3.500. Mi apetito y mi billetera están contentos. 

Ya había pasado varias veces al frente del restaurante La Casa de Calá. Y es que ¿cómo no hacerlo si está en el corazón de Liberia (al costado suroeste del parque central Mario Cañas Ruiz)? De este edificio histórico siempre me llamó la atención lo bien que luce luego de las mejoras que hizo el Centro de Patrimonio Cultural en el 2016.

La casa conserva el patio central, propio de este tipo de edificaciones. Foto por: César Arroyo.

Hoy finalmente lo compruebo. Las paredes de barro con bejucos entretejidos de la histórica casa están renovadas.

Uno de los socios del restaurante, Alberto Morales, me cuenta que su meta es darle a sus clientes comida típica de calidad, a un precio accesible y con la mejor atención. Honradamente creo que lo lograron.

La conversación con Alberto sigue con una buena taza de café de exportación, acompañado de un delicioso cheesecake de pitaya (¢2.800), que es cremoso al paladar. 

El cheesecake de pitaya es cremoso al paladar. Foto por: César Arroyo

El Chocolate Calá (¢2.500) lleva el nombre del personaje liberiano que vivió en esta casa. Esta bebida se sirve fría y es una combinación de tres tipos de leche, chocolate en polvo y topping de crema chantillí. Pura energía y sabor.

El Chocolate Calá es pura energía y sabor. Foto por: César Arroyo

El menú no discrimina a los vegetarianos. El casado vegetariano (¢3.000) ofrece arroz, frijoles, brócoli, aguacate, vainicas, calabacín, maduro, (salteados o hervidos), y tortilla palmeada.

Una de las encargadas del negocio, Ileana Ávila Benavides, me dice que tienen el objetivo de establecer alianzas con productores guanacastecos. Por eso compran el queso y la natilla a locales de Tilarán, y la cuajada es 100% liberiana.

Si se apunta a esta experiencia gastronómica, el horario es de lunes a sábado de 8:00 am a 8:00 pm. A partir de este mes el horario se amplió a domingos de 8:00 am a 10:00 pm.

También puede llamar para recoger o al servicio express al 4700-2562.

Lo bueno:

  • Hay precios que se ajustan a casi todas las billeteras.
  • Aceptan mascotas.
  • Ambiente familiar y acogedor.
  • Aceptan tarjetas de crédito y débito.
  • Internet wifi gratis.

Lo malo:

  • Usan pajillas de plástico.
  • No tiene parqueo. Debe dejar el carro alrededor del local.

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