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“Nicas regalados”, el antiguo insulto que aún suena en los estadios de fútbol

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Traductora: Arianna Hernández

“Yo les decía: ¡no presten atención, no todos los aficionados son así! ¡Luchen, no van a descender!”, escribió una seguidora del Municipal Pérez Zeledón en una publicación en Facebook.

Esa frase la gritó desde la gradería el sábado 4 de febrero mientras la Asociación Deportiva Guanacasteca (ADG) jugaba contra el Pérez en su estadio, en San Isidro del General. La aficionada intentaba contrarrestar los insultos de otros aficionados de su equipo hacia la ADG. 

“‘¡Nicas váyanse a segunda!’ Empezaron a hacer sonidos de congos y nos empezaron a decir nicas regalados y todo tipo de expresiones xenófobas y de discriminación”, recuerda el encargado de prensa de la ADG, César Blanco. Tras el partido, el equipo presentó una queja por las ofensas ante la Unión de Clubes de Fútbol de la Primera División (Unafut).

El comentario de la aficionada de “los guerreros del sur” está en la publicación del comunicado oficial que el equipo compartió donde “repudia los actos de discriminación que ocurrieron” y pide a su hinchada evitar que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir.

La Unafut sancionó a Municipal con una multa de ¢500.000. Si la afición repite las ofensas en el estadio, el equipo deberá jugar sin público el siguiente partido. 

“Nuestra queja es para sentar un precedente de que no se puede seguir en estas situaciones en el año 2023. No puede haber racismo, ni xenofobia ni homofobia”, enfatiza Blanco, y también aclara que estos comentarios los han escuchado también en otros estadios.

Esos insultos no son nuevos, no ocurren en un estadio en específico y tampoco los reciben únicamente los jugadores.

La seguidora del ADG, Silvia Guevara, explica que la afición padece ese tipo de ataques desde hace mucho tiempo.

Como nicoyana que soy orgullosa, no siento nada, la verdad no me afecta que nos digan nicas o paisas, porque no es un insulto. Pero ellos sí lo hacen como queriéndolo hacer sentir mal, o tal vez como para denigrarlo a uno”, explica.

¿Qué esconde el insulto de “nica regalado”? La Voz de Guanacaste se lo consultó al investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR) especializado en temas migratorios, Carlos Sandoval.

Un insulto añejo que no expira

“Detrás de ese insulto hay una historia que tiene mucho tiempo de circular”, explica Sandoval. Es la idea de que Costa Rica es el Valle Central y que por lo tanto, lo que no está ahí no es Costa Rica. El telón de fondo de esa expresión es una idea de dónde empieza y dónde termina la nación costarricense.

“Además del factor territorial está el histórico, que es la Anexión del Partido de Nicoya”, agrega el investigador. Como Nicoya decidió anexarse a Costa Rica, entonces existe la lógica de que Nicaragua “los dejó ir”, de ahí nace el término de “nicas regalados”.

La raíz del insulto es que Guanacaste no formó parte de la identidad social costarricense. “Aunque irónicamente, buena parte de lo que se supone es el folclor costarricense viene de Guanacaste”, subraya.

Por este motivo, Sandoval opina que la frase “Orgullosamente guanacastecos” que está pintada en todas las escuelas públicas de la provincia está cargada de resistencia, que hay un orgullo que prioriza lo que las comunidades tienen en común para cuestionar el discurso excluyente. 

Escuela Monseñor Luis Leipold en el cantón de Cañas.Foto: Ariana Crespo

“También la idea de ‘De la patria por nuestra voluntad’. Es decir, no fue que nos regalaron, es que nosotros decidimos anexarnos. No es una cosa gratuita o fortuita”, agrega.

El espejo que no queremos ver

En su libro Otros amenazantes: Los nicaragüenses y la formación de identidades nacionales en Costa Rica, Sandoval explica cómo a través de los siglos XIX y XX se difundió la idea de que Costa Rica es un país pacífico, democrático y de igualdad social. Pero los intelectuales y los políticos también sembraron la idea de que tenemos otros “atributos étnicos”. Por ejemplo: que somos la población más “blanca” de Centroamérica y que hablamos el “mejor” castellano de la región.

“Simultáneamente, los nicaragüenses se fueron convirtiendo en ‘el otro’ en el imaginario costarricense”, escribe el investigador.

Para Sandoval, que esos insultos se digan en este siglo XXI retrata una sociedad que no ha terminado de reconocerse en su multiculturalidad y en sus diversidades regionales.

Aunque uno de los primeros artículos de la Constitución Política dice que somos multiétnicos, el investigador considera que eso está solo en el papel porque nos negamos a recorrer el camino para hacer un cambio en el imaginario colectivo.

Es una sociedad a la que le da miedo verse en el espejo de las diferencias que la habitan”, añade.

Pero según Silvia, la aficionada de la ADG, ese no es el único insulto que han recibido.

“Les dicen Chibolo o les dicen Juan Vainas cuando los ven con el sombrero que es símbolo de aquí de Guanacaste”, asegura.

Sandoval explica que esa es otra forma de discriminación, pero esta se da entre el campo y el Valle Central.

“Tenemos como una especie de dicotomía. Por una parte decimos que somos hijos de labriegos sencillos, de campesinos. Y por otro lado, esos campesinos nos dan vergüenza”, asegura el experto, que explica que esta idea también viene construyéndose desde hace décadas.

Sandoval comenta que una de las obras que sustenta esta visión es el libro Las Concherías, escrito en 1909 por el poeta costarricense Aquileo Echeverría. Sus poemas retratan la vida, las costumbres y las creencias de los campesinos costarricenses.

Del libro salió la noción de que el “polo” es alguien que no sabe los códigos urbanos, que no sabe vestir o hablar, considera Sandoval. En pocas palabras, ser ‘polo’ es ser campesino.

El mundo campesino fuera del Valle Central es una especie de “otro interno”. El “otro externo” por excelencia son los nicaragüenses y aquí en Guanacaste se juntan esas otras dos identidades distintas a la de la meseta central.

“Es impresionante el calado que puede tener una historia en el imaginario social. Porque usted podría decir que entre Juan Vainas y las Concherías hay un hilo conductor”, enfatiza.

Una frase en fuera de juego

El fútbol y la identidad son dos temas sobre los cuales Sandoval ha escrito, por lo que considera que es muy relevante que estos insultos se hagan en un estadio.

“Porque justamente el fútbol constituye uno de los espacios colectivos en donde las identidades se validan, tanto internamente, como cuando se juega con selecciones de otros países”, explica.

El investigador considera que el fútbol es una herramienta didáctica muy importante para ampliar esa diversidad en la identidad nacional, ya que es un espectáculo que no le habla a especialistas, historiadores ni a la gente más preocupada por el tema.

“Ahí usted le habla al núcleo duro de la Costa Rica que le da miedo reconocerse en sus diversidades”, añade.

ADG fútbol

De acuerdo con el encargado de prensa, César Blanco, este fue uno de los momentos en los que la afición del Municipal Pérez Zeledón lanzó insultos al ADG.Foto: Cortesía ADG

Los comentarios xenofóbicos y racistas ocurren hasta en las mejores ligas. En el año 2021 la Liga Premier de Inglaterra presentó un plan llamado “Sin lugar para el racismo” con la intención de promover la inclusión, la igualdad y la diversidad.

Sandoval cree que el fútbol nacional debe tomar medidas más fuertes para erradicar esas frases de los espectáculos deportivos, ya que es una manera de construir exclusión social en el país. 

“El fútbol es vital para cambiar la cultura, esto no va a cambiar desde la universidad. Usted le quita tres puntos a Pérez Zeledón y pone en discusión el tema. Eso nos pone a pensar sobre el país de una manera más creativa, menos academicista y menos acartonada”, agrega.

El reto de una nueva historia

Una forma de empezar a cambiar esto, según el investigador, es organizar un acto en el cual los equipos envíen un mensaje contra la xenofobia, cuando Pérez juegue de visita en el estadio Chorotega.

El mayor reto, y el que va a tomar más tiempo, es construir una identidad nacional que incluya todas las diferencias, asegura Sandoval. 

Nosotros tenemos una narrativa que no guarda relación con la sociedad que vivimos. La sociedad imaginaria y la de carne y hueso no se parecen hoy”, explica.

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