La idea de transformar la antigua Comandancia de Liberia en el Museo de Guanacaste es simplemente bellísima. Sin embargo, luego de una reciente visita, da la impresión de que tan brillante idea surgió al calor de una campaña política, en papel, sin financiamiento, sin idea alguna de los pasos a seguir, y con completa carencia de una visión a largo plazo. ¡Nada más fíjese en la foto tomada este sábado 10 de enero 2015!
El Museo de Guanacaste es importantísimo y tiene un gran potencial. Desde su historia hasta su arquitectura, el edificio es bello y valioso. Además, está ubicado sobre la vía principal en la puritica entrada de la ciudad de Libera. Uno pensaría que no hay nada más que pedirle a la vida. Sin embargo, necesita un poquitico de amor.
Estamos seguros de que existen muy buenas intenciones para con el Museo, y que en cuestión de un mes la cosa habrá mejorado. Pero mientras se reúnen, deciden qué hacer y cómo hacerlo, nos permitimos hacer algunas recomendaciones básicas para que las tomen en cuenta, pero por favor no las archiven en el cuarto de la esquina, allá debajo de donde dice “Primer Pelotón”:
1. Planificación. Sería ideal contar con un plan de trabajo y uso del Museo con miras a, por lo menos, un año de aprovechamiento. Se podría contar con un mínimo de una exposición distinta cada mes, como la que ahora mismo tiene el ICE sobre la historia de la generación de electricidad en Guanacaste. Adicionalmente, una actividad al mes caería muy bien y le traería vida al Museo y, por qué no, ingresos. Con la planificación adecuada, un buen baile o un concierto se les llenaría una vez al mes. Hemos visto como la gente viaja hasta La Casona de Santa Rosa para un concierto en la noche, como el del 18 de diciembre pasado, para el concierto de Navidad. En este sentido el Museo de Guanacaste está mucho más privilegiado en términos de cercanía.
2. Señalización. Sencillísimo, se puede empezar con darle vuelta a la señal que en este momento está al revés y que lee “Museo de Guanacaste”. De verdad que, en este momento, ese detalle deja muy mala impresión.
3. Atención al Público. En lugar de preocuparse, es importante ocuparse en que la o las personas que atienden en la entrada estén en capacidad de responder preguntas, aunque sean pocas y básicas. Por ejemplo, ¿cuándo fue construido el edificio?, ¿para qué se usó y en qué años?, y ¿qué exhibiciones o actividades hay esta semana?, entre otras. A nuestra salida del Museo, cuando ya habíamos terminado nuestro recorrido, un señor venía llegando en bicicleta y amablemente nos ofreció un recorrido. Nos dijo que era de la fuerza pública, y que en ese momento iniciaba su turno. La actitud del señor nos pareció maravillosa, pero él solito ¡no puede!
4. Limpieza. Por ahora cualquier intento sería bueno. Una barrida al menos tres veces por semana, aunque sea solamente a las salas de exhibición y a los baños. Y si se puede pedir más, sería bonito que le pasen el gancho, aunque sea solo con agua.
5. Exhibiciones. Si las carencias del Museo de Guanacaste se sustentan en falta de fondos, pues sin duda las exhibiciones auto-guiadas podrían ser una buena opción (además de las actividades que sugerimos para recoger fondos).
6. Ayuda profesional. Es primordial contar con la guía de un museólogo para acicalar al Museo, eso es fundamental. Sabemos que el Ministerio de Cultura tiene profesionales en sus filas, así que por favor úsenlos, Guanacaste entera lo pide a gritos.
Fue muy difícil escribir esta nota con el orgullo dolido y a cuestas. Pero las condiciones en que nos encontramos el Museo de Guanacaste, inevitablemente le agrega zumo a nuestro teclado. Nuestro Museo de Guanacaste es una piedra en bruto que quiere convertirse en diamante, lo sabemos porque se lo dijo a nuestros ojos la semana pasada.
Por Roy Prendas Álvarez | [email protected]
Director-fundador de OLIVAfilms, empresa guanacasteca de comunicación para divulgación científica y cultural. Costarricense guanacasteco.
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