Que las Playas de Nosara sobrevivieran a la morosidad de Hutchinson es gracias a la tenacidad y el ingenio de los pioneros extranjeros. Nombres como Russell y Birenbaum y Jackson y Hartenstein y los Estep – en cuya propiedad, actualmente esta el bar de música «Shaman», donde estaban originalmente las cabinas del club Pacifico, y que son objeto de una gran aventura que voy a contarles más adelante-, y Hammond y Mills -Gordon está enterrado en el cementerio Guiones – y Muller y Dupla -quien trajo la raza de los perros Gran Danes, uno de los cuales se juntó con el perro Pastor Alemán de Pam y Don Davis, y criaron la raza mixta que aún vemos por toda la zona – y Baker -el de Playa Baker y las pelotas de tenis – y Jan Mclain, un cantante de jazz de Florida que me llevó a pescar bajo la luz de la luna, y Jan Scott, quien se casó con Gene Talboy y luego con Richard Buford con quien construyó «El Guilded Iguana,» el centro social de Guiones.
Y David y Bev Kitson, quienes llegaron en el ’71 y cuyo mobiliario arribó a Playa Pelada en balsa, y, aunque David se nos fue demasiado pronto, fueron y han sido una importante presencia en Nosara desde entonces. En realidad, Bev debería estar escribiendo este blog pero ella esta un poco ocupada dirigiendo la mejor biblioteca pública de Centroamérica.
Esta gente venía de todas partes, diferían en la cultura y en la política, pero de alguna manera trabajaron juntos y no sólo mantuvieron el lugar con vida, sino que lo movieron hacia delante.
Me olvido muchos de los nombres de los ticos que trabajaron en el proyecto, pero entre ellos estaban Rusvel Nogueira y Juan Bermúdez, quienes en su adolescencia trabajaron en el hotel Pacífico, y ahora son ciudadanos prominentes que poseen, respectivamente, el supermercado Súper Nosara y un empresa de construcción local.
Y Kike y Fofo, los extraordinarios chef, que trabajaban en el hotel y más tarde en el «Villaggio», el hotel italiano cerca de Garza – un lugar con una sórdida historia de crimenes y asesinato y quién sabe qué más -donde los gringos Nosara nos dábamos a un lujo de vez en cuando para cambiar de ritmo. Más tarde, KiKe y Fofo tenían la cocina del «Giardino Tropical» y ahora el éxitoso «Il Pepperoni» en Pelada.
Pero ninguna lista de los ticos de ese período estaría completa sin Antonio, el carpintero que se especializaba en puertas maravillosamente talladas a mano, y su gran proyecto para la comunidad de pescadores de Playa Pelada.
No estoy seguro del origen de la comunidad pescadora de Pelada y algo de lo que sigue no es del todo claro, pero la historia es buena y verdadera:
Alrededor de 1980, una «nave nodriza» fue ordenada para usarse fuera de Playa Pelada. Quién o qué entidad fue responsable de la empresa no está claro. Me dijeron que era el gobierno de Canadá.
Juanita Avilés, la eterna administradora de los Condominio de las Flores, que conocía y conoce a todo el mundo en Nosara, cree que La Cooperativa de Pesca fue quienes lo lograron gracias a mucha madera que en gran parte fue donada, o, como Bev Kitson lo recuerda, Joe Hammond pagó por ella. En cualquier caso, el proyecto se construyó detrás del actual restaurante La Casona (Freddys), y Antonio, un hombre físicamente fuerte y muy carismático, dirigió un equipo de trabajadores a tiempo parcial, en su mayoría pescadores, que completaron el buque en tres años.
Fue probablemente la cosa más grande que jamás se ha hecho en Nosara, al menos hasta que apareció el edificio blanco de John Fraser. Era de unos 50 pies de largo, tenía una habitación para el capitán, y grandes frentes y un motor y era precioso, Terry y yo tuvimos la suerte de haber estado en Nosara el día en que fue transportado a Pelada. El barco fue montado en grandes ejes y ruedas de madera y todo el pueblo llegó para ver al gigantesco barco ser tirado y empujado a la playa. ¡Qué escena! Fue totalmente maravilloso a excepción de nuestro temor de que un accidente podría herir fácilmente a muchos de los niños que estaban dando vueltas.
El coloso finalmente llegó a Pelada, la multitud era enorme y festiva y centímetro a centímetro el buque fue trasladado a la mar. El triunfo estaba en la mano y luego algo salió muy mal. No estoy seguro de cómo sucedió, pero la nave fue lanzada con fuerza y la quilla se aplastó y el espíritu de fiesta estalló como un globo.
Impresionante.
En cualquier caso, la «nave nodriza» fue remolcada a Puntarenas para su reparación. He oído que hizo dos viajes a Pelada y luego, después de que el motor explotó, se estrelló contra un arrecife y se hundió. Fin de la historia, excepto que el eje y las ruedas se mantuvieron delante de Olga´s Bar por muchos años antes de que se desintegraron, y que los pescadores todavía salen al mar desde Pelada.
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