Nicoya

Atraso en reconstrucción deja sin gimnasio a la Escuela Cacique Nicoa

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Las y los estudiantes de la Escuela Cacique Nicoa en Nicoya aún sufren las secuelas del terremoto de Sámara que ocurrió hace casi 11 años. Basta con entrar por el portón de la institución para toparse de frente con una fisura en una de las paredes del edificio y un hueco en una de sus columnas. 

No es el único ni el más evidente daño. Hay zanjas en las paredes, levantamientos en el suelo, piezas de cielo raso desprendidas y varillas desprotegidas.

“La escuela no soportaría otro evento sísmico”, considera la presidenta de la Junta Estudiantil, Laura García, quien mueve las paredes para demostrar la fragilidad de la infraestructura.

La escuela debe ser reconstruida por completo, una noticia y promesa que el Ministerio de Educación Pública (MEP) hizo desde al menos el 2015

El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) de Costa Rica aprobó el plano del nuevo centro educativo en el 2018 y el presupuesto total de la obra está listo desde el año 2020, confirmó la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE) del MEP. Sin embargo, los años pasan y la obra no inicia.

La directora de la DIE, Lourdes Sáurez, admite que es urgente construir el nuevo centro educativo. 

“Aparte del terremoto, también por la antigüedad del centro educativo [la institución presenta] daños estructurales que pueden poner en compromiso la vida de la población estudiantil”, admite la directora de la DIE.

El atraso en la construcción de la nueva escuela ocasionó que el costo de la obra cambiara. Por eso, ahora el dinero presupuestado no alcanzará para construir la soda ni el gimnasio de la institución, dos secciones contempladas en el plano original.

El gimnasio techado con gradería estaba contemplado pero, al pasar tanto tiempo, la ingeniera [encargada del proyecto] dijo que había que recortar costos porque los materiales habían subido mucho [de precio]”, la presidenta de la Junta Estudiantil del centro educativo, Laura García.

Desde el terremoto, el gimnasio de la escuela quedó inhabilitado y fue demolido en 2019. Desde entonces, los y las estudiantes reciben las clases de educación física en las ruinas o en una pequeño terreno al aire libre contiguo a la escuela, según García. 

“El gimnasio es esencial por el sol que reciben los estudiantes durante las clases de educación física. Recibir clases bajo el sol es muy complicado”, dijo.

A los alrededores del antiguo gimnasio quedan restos de bloques de cemento que significan un riesgo para las y los estudiantes.

A los alrededores del antiguo gimnasio quedan restos de bloques de cemento que significan un riesgo para las y los estudiantes. Foto: César Arroyo Castro

La directora de la DIE expresó que ante los cambios en los costos de la obra, la institución tuvo que priorizar la construcción de lo necesario para el desarrollo de las clases y dejar el gimnasio por fuera. 

“Le haríamos un daño a la población estudiantil si nos echamos para atrás y paramos todo para ver esta obra [el gimnasio] que está quedando por fuera”, consideró Sáurez.

La funcionaria no descarta la posibilidad de formular un nuevo proyecto para construir un gimnasio en la escuela después de la finalización de la nueva infraestructura, pero reconoce que solamente es una idea tentativa. 

“El espacio techado, aparte de que permite que los niños jueguen en una zona saludable, y que no se expongan ni al agua ni al sol, también genera un espacio para poder realizar su educación física, sus actos cívicos y sus bailes”, expresó.

El Ministerio de Salud clausuró tres aulas en el 2018 y demolió el gimnasio en el 2019, pero hay más zonas que arriesgan la seguridad de la comunidad estudiantil.Foto: César Arroyo Castro

Una nueva promesa 

El nuevo centro educativo podría estar lista a mediados del 2024, según afirmó la directora de la DIE, Lourdes Sáurez. 

Esta semana, la institución adjudicó el proyecto a la empresa que construirá la escuela. Ahora las otras empresas interesadas tendrán hasta el 12 de julio para presentar apelaciones. 

Si nadie apela, Sáurez calcula que los movimientos de tierra iniciarán en agosto de este año. La obra, con un valor aproximado de ¢1.500 millones, tendría una duración aproximada de 10 meses.

“Yo le pido a Dios que si esto se cae que sea cuando no estamos porque aquí están los más pequeños”, expresó la profesora de preescolar Cynthia Marchena. Foto: César Arroyo Castro.Foto: César Arroyo Castro

“Hasta que tengamos una fecha definida del inicio de la obra, vamos a comunicarnos con ellos [la escuela] para explicarles cómo se va a hacer todo el proceso de construcción y la ubicación de los estudiantes”, dijo Sáurez.

Además, comentó que es probable que construyan la escuela sin necesidad de intervenir en las clases. La idea sería dividir la obra en dos etapas y acomodar las lecciones en la parte del centro educativo que no esté siendo intervenida.

El ingreso constante de trabajadores, los escombros y la presencia de maquinaria preocupa a la presidenta de la Junta Estudiantil, Laura García. 

Por seguridad no conviene. Tienen que hacer algo muy firme para que los estudiantes no puedan acceder al espacio en construcción”, expresó García.

No vamos a alcanzar en este pedacito. Como junta hemos dicho que no nos parece viable ni seguro. Pero en la DIE nos dijeron que hay que hacer sacrificios”.

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