Vida y salud

Adolescentes de La Cruz aprenden a planificar con nuevo método anticonceptivo

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Cindy Peña tuvo a Franciny cuando tenía 14 años y estaba en el colegio. “Si a mí mis padres me hubieran puesto a planificar joven, tal vez no hubiera tenido un embarazo adolescente”, resiente ella, convencida de que lo mejor para su hija adolescente es comenzar a utilizar métodos anticonceptivos desde ahora.

Ella sabe que muchos padres “ven mal” que a sus hijas les coloquen un implante anticonceptivo siendo todavía menores de edad, pues creen que es “como darles su consentimiento para tener relaciones sexuales”.

Pero a ella le importa poco lo que digan los demás, pues cree que este método es un gran acierto de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) en su propósito de reducir los embarazos de mujeres adolescentes en La Cruz.

En el 2014, en este cantón, 26 de cada 100 embarazos atendidos por la Caja fueron de adolescentes. Una cifra superior al 16% que se reportó en ese mismo año a nivel nacional en partos de menores a los 20 años.

Una investigación de La Voz de Guanacaste mostró lo difícil que es reducir la incidencia de embarazo adolescente en la provincia, que en el 2004 fue de 22,4 mujeres por cada 1000 en edades entre los 10 y los 17 años y en el 2014, diez años después, esa tasa se redujo apenas a 21,8.

Lea también: Guanacaste es la tercer provincia con la tasa más alta de embarazos adolescentes

En mayo de este año, la CCSS inició un plan piloto en cantones vulnerables del país para colocar los implantes y así reducir los embarazos en menores de edad. Desde entonces y hasta agosto han colocado más de 400 implantes en La Cruz, su cantón piloto. 50 de ellos los han recibido guanacastecas adolescentes.

Mejor prevenir

Franciny Peña, la hija de Cindy, es una de las adolescentes que tiene un implante en su antebrazo izquierdo. A sus 14 años, hablar de planificación y métodos anticonceptivos con un extraño la hace sentir incómoda.

Alison Arias Huete vive en San Dimas, también en La Cruz. Su embarazo fue a los 16 y asegura que fue hasta ese momento que empezó a planificar con su pareja. En mayo de este año supo de la opción del implante y no lo pensó dos veces pues antes tenía que pagar en la farmacia ¢5.500 al mes por colocarse la inyección anticonceptiva.

Alison reconoce que su vida cambió con la llegada de Angelo -su bebé de dos años- pero esto no cambia sus metas de obtener su bachillerato y empezar a estudiar derecho en la universidad. “Yo recomiendo el implante, para mí es efectivo y siento que se va a hacer popular porque es gratuito, fácil de colocar, no se nota y dura tres años”, dijo Arias.

En su casa es distinto porque desde que tuvo su primer ciclo menstrual, su mamá le habló con claridad sobre el tema y de cómo llevar una vida sexual responsable.

Luego de leer, preguntar y repreguntar a los doctores y trabajadoras sociales del Ebais de su comunidad, Cindy se convenció y decidió no solo que Franciny se colocara el dispositivo para prevenir un embarazo sino también ella se animó a usarlo.

“El día que me lo puse (el implante) fui con tres compañeras más del colegio, todas estábamos nerviosas y lo que nos preguntábamos era si nos iba a doler”, recordó Franciny.

El proceso dolió un poco y los primeros días sintió un leve dolor de cabeza y ganas de vomitar pero, desde entonces, no ha sentido ningún dolor o efecto secundario, aunque algunas mujeres pueden experimentar la supresión de la regla o un poco de irregularidaad.

“Me siento más tranquila y segura con el implante y sí me lo volvería a poner”, afirma.

Cómo funciona

El implante anticonceptivo subdérmico contiene una hormona llamada etonogestrel que impide que el óvulo sea fecundado por el espermatozoide hasta por tres años.

Está hecho de plástico, mide cuatro centímetros y se coloca en uno de los antebrazos mediante un dispositivo que contiene una varilla en la que va el implante.  

El proceso de colocación del dispositivo dura menos de cinco minutos y se puede extraer cuando la mujer quiera.

Según la CCSS, el implante previene los embarazos en un 99,9% de los casos, pero no previene contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). La educación para que las muchachas usen tanto preservativo como este método es indispensable desde los hogares.

“El implante ha sido un Boom en La Cruz”, afirmó el doctor encargado del Área Rectora de Salud de la Caja en este cantón, Javier Coronado. Según él, cada día llegan más jóvenes al Ebais del centro de la ciudad a preguntar por esta opción.

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