Las próximas campañas benéficas en Playa Nosara abrirán su corazón y buscarán beneficiar a los niños que viven fuera de Costa Rica; específicamente, buscarán aliviar al apuro que pasan los niños en la isla caribeña de Haití y ayudar al orfanato Devoted to Children (D2C), fundado por la residente de Nosara Kristin O’Connell.
El próximo 1 de marzo se llevará a cabo la segunda edición de la campaña benéfica anual de Devoted to Children, en el recién construido Instituto de Yoga Ashram en Playa Nosara. El evento comenzará a las 7 p.m. y habrá un concierto con el grupo Santos y Zurdo, así como un ligero refrigerio. El precio de las entradas es de $30 (15,000 colones) en preventa y $35 (17,500 colones) el día del evento.
Ese mismo día también se celebrará la final de la competencia de Surf Triple Crown en Guiones, evento organizado por Tico Surf School de Nosara. Este comienza a las 7 a.m. y se ha decidido donar a la fundación D2C todas las ganancias, incluidas aquellas conseguidas con la venta de camisas y sombreros.
Después del devastador terremoto que azotó Haití en julio del 2010, 220,000 personas fallecieron y casi un millón de niños quedaron huérfanos o fueron abandonados. Mientras trabajaba como enfermera y obstetra en Haití durante el 2010, O’Connell conoció a un haitiano que le comentó que su sueño de toda la vida era abrir un orfanato para ayudar a los niños de su pueblo, Cayes Jacmel, el cual se encuentra en la región sureste de Haití. La comunidad posee un vibrante mercado artesanal que representa lo mejor de la cultura haitiana, así como pintorescas playas y artistas, lo que crea un claro contraste frente a la pobreza y la desesperación.
Luego de esta reunión fortuita, O’Connell regresó a su casa en Nosara y con la ayuda de sus más cercanos amigos, planeó una campaña benéfica que logró recaudar más de $13,000 en 30 días. O’Connell fundó Devoted to Children (D2C) en julio del 2012: un orfanato en la comunidad de Cayes Jacmal en Haití, el cual es atendido por mujeres de los Estados Unidos que viven, o solían vivir, en Playa Nosara. Mucho del apoyo que mantiene a D2C vivo y floreciente tiene sus raíces en Nosara.
Más que conformarse con ser una organización que ofrezca comida, techo y educación, O’Connell quería garantizar que estos niños no sólo pudieran tener cubiertas sus necesidades básicas, sino que también crecieran emocional y espiritualmente en un ambiente familiar. Además de la escuela y la tarea, los niños de D2C cuentan con mucho tiempo para jugar. Estos también practican yoga y, eventualmente, cuando la fundación cuente con los fondos suficientes, profesores de surf nativos de Playa Nosara les enseñarán a nadar y a surfear.
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