Apenas asumiendo su puesto, el presidente entrante del comité de deportes de Nicoya, Ernesto Baltodano, recibió una notificación: la Caja Costarricense del Seguro Social cerraría el polideportivo de Nicoya por una deuda de ¢2,8 millones. Era el 11 de diciembre del 2018 y Baltodano solo llevaba 10 días en el cargo.
“Fuimos a la Caja e hicimos un re-arreglo de pago —porque había uno previo— de más o menos ¢90.000 mensuales, que vence hasta el 2021”, contó Baltodano.
Por más dramática que parezca, esta situación no es nueva ni rara para el Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Nicoya (CCDRN). Durante al menos tres años, las finanzas de la agrupación han sido escasas para sufragar los gastos. Por ejemplo, en el 2017 gastaron ¢11 millones más de lo que les ingresó y en el 2016, ¢8 millones más. Los gastos los asumieron a punta de adelantos de la muni.
Aunque apenas está empezando el 2019, Baltodano y el resto de los integrantes del CCDRN ya sufren la misma falta de recursos: pagos atrasados a los entrenadores y deudas de hasta ¢6 millones. Para asumir lo que debían, el comité pidió adelantos a la municipalidad, aunque al cierre de esta edición aún debían el 50% de los aguinaldos.
Los miembros de la junta directiva del Ccdrn, que trabajan ad honorem (sin pago), y los del Concejo Municipal de Nicoya alegan que el comité pasado debió informarles sobre esas deudas.
El expresidente del comité, Rafael Fonseca, le dijo a La Voz de Guanacaste que esos son problemas repetidos e irresueltos de comités anteriores.
La deuda de la caja estaba completamente paralizada [cuando ellos asumieron a finales del 2016] y más bien cuando nosotros llegamos hicimos un arreglo de pago”, dijo.
Un mantenimiento monumental
El polideportivo es un monstruo de 70.000 metros cuadrados con una pista de atletismo, una piscina olímpica, tres canchas de tenis, una cancha de fútbol y un gimnasio para baloncesto y volleyball. Se construyó en el 2002 con recursos del Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) para albergar los juegos nacionales de ese año.
Desde entonces, mantener las instalaciones es la lucha principal de cada junta directiva. El nuevo comité de deportes se reúne dos o tres noches por semana y hasta por cinco horas en las oficinas del polideportivo para organizarse. Su mayor preocupación es que la piscina olímpica consume un 38% del presupuesto del CCDRN y eso los deja con menos recursos para invertir en el deporte y recreación.
El comité anterior se enfrentó al mismo problema y un informe de auditoría de la municipalidad de junio del 2017 también lo recalcó.
Fonseca asegura que aunque la municipalidad le otorga al comité un 3% de los ingresos anuales (como lo establece la ley), la mayor parte del dinero se usa para pagar el mantenimiento de las instalaciones y no en generar actividades deportivas y recreativas.
«Ese desembolso puede ser a veces poco y a veces mucho, pero cuando hay ese faltante ahí, hay que priorizar algunos pagos”, explicó.
Por ejemplo, los comités anteriores solo le pagaban los primeros seis meses a los entrenadores para que prepararan a los atletas en eliminatorias y juegos nacionales. En los últimos seis meses, como no había dinero para los técnicos, los atletas no recibían más entrenamientos, aunque algunos técnicos sí continuaban ad-honorem. El nuevo comité promete que cambiará esa práctica.
Buscando salidas
Antes de dejar el comité de deportes, la antigua junta estuvo elaborando un reglamento interno que está a punto de ser publicado en La Gaceta y entrar en vigencia. El documento obliga al comité a gastar solo un 10% del dinero transferido por la muni en salarios y mantenimiento del poli. El resto deben invertirlo en deporte y recreación.
La pregunta ahora es cómo logrará el comité nuevo generar los ingresos para mantener la planilla, las deudas y las instalaciones.
Estamos tratando de que el comité se adueñe de cursos de natación y actividades recreativas para generar ingresos. Hacer torneos, tocar la puerta de escuelas para ver si se arma un campeonato de instituciones para niños”, explicó Baltodano.
Antes, quienes utilizaban el poli para dar cursos privados no le pagaban nada al comité. Ahora deberán entregarle un 10% de esos ingresos.
Tanto el entrenador de natación Diego Fajardo como el de baloncesto Julio Morales están de acuerdo con ese cambio. “El polideportivo antes era tierra de nadie. La gente lucra y al final eso es un problema porque se ve reflejado en el mantenimiento de la piscina, por ejemplo”, dijo Fajardo.
“Han sido cambios positivos porque han tratado de ‘ordenar la casa”, agregó Fajardo.
Además, la alcaldesa Adriana Rodríguez dijo en una sesión del concejo que la municipalidad invertirá ¢13 millones para hacer mejoras en la piscina y en reconectar un pozo que estaba sin usar. “Eso nos va a permitir desahogar un poco las cuentas del pago del agua”, consideró.
La nueva junta pretende revivir las finanzas del CCDRN con esa inversión, las actividades para generar ingresos y los cambios en los cobros a los instructores privados.
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