El uso del fuego es una práctica normal del guanacasteco para “limpiar” fincas, lotes y hasta el patio de la casa, y para muchos es considerada una costumbre cultural, pero en La Voz de Guanacaste le llamamos falta de concientización y aprecio al medio ambiente.
De acuerdo con las estadísticas del Sinac, del año 1998 al 2014, del total de zonas afectas por incendios forestales, el 78% pertenecían a la provincia de Guanacaste y todos los expertos dan la misma respuesta: por uso de fuego en la agricultura.
El gran problema es que en Guanacaste el fuego es considerado como una herramienta de trabajo más fácil y más barata que cualquier otro. ¿Por qué? A la hora que los campesinos deben “chapear” o “limpiar el potrero”, lo más fácil es prender fuego y luego empezar a preparar la tierra para comenzar una nueva siembra. El lío es que estas prácticas no son controladas y muchas veces se hacen sin el conocimiento necesario, por lo que cualquier viento puede desprender una chispa que termina arrasando con varias hectáreas.
Para el director de la campaña de Un Verano sin Incendios Forestales, Luciano Capeli, esta cultura responde a un momento histórico: el de la colonización del país, tiempos en el que el Estado pagaba con títulos de propiedad a quien botaba selvas o bosques, para transformarlas en parcelas productivas.
“Hoy los tiempos han cambiado. Ya no hay frontera que colonizar y los bosques que quedan están generando mucha más divisas que los grandes cultivos, pero las malas costumbres son difíciles de desarraigar”, dice Capeli.
No solo los vecinos tienen patrones difíciles de modificar, sino también todos nosotros como vecinos, que como solución fácil para eliminar la basura, la quemamos en nuestros patios. Aunque estamos viviendo los meses con las temperaturas más fuerte de año, los vientos no dejan de soplar y una hoja encendida podría volarse y convertirse en un bosque en llamas.
Aquellos que queman basura en sus casas dicen que lo hacen porque no reciben servicio recolección de basura y esta es la mejor forma de deshacerse de los desechos. Creemos que esa no es una excusa pero sí estamos seguros de que si los camiones recolectores entraran a todos los pueblos, estas prácticas se erradicarían o bajarían notablemente.
Desde una perspectiva integral, la cultura del guanacasteco es rica y destacable. El sentimiento de guanacasteco se lleva con orgullo en el pecho, pero como todo en la vida, hay cosas que se deben de cambiar y se deben transformar. Somos orgullosos de los campesinos, son quienes han forjado esta provincia por años, pero el uso que le han dado al fuego no ha sido el correcto.
Nos jactamos que tenemos la provincia más hermosa del país, pero poco a poco la vamos quemando. En el campesino, en el vecino, en usted y en nosotros está el cambio.
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