Opinión

El poder de las mujeres en la lucha por la naturaleza

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Las mujeres desempeñamos un rol esencial en la conservación de los recursos naturales. Somos líderes con el potencial de lograr una transformación trascendental en la protección de la naturaleza, asegurándonos el bienestar de nuestras comunidades y el planeta. 

En Costa Rica un gran número de mujeres lidera iniciativas que están transformando la sociedad. Christiana Figueres, impulsó el acuerdo de París sobre el cambio climático; Karla Chávez lidera el programa latinoamericano de reciclaje ecoins; Alejandra Monge dirige la Fundación Corcovado, que protege la península de Osa, uno de los lugares más biodiversos del planeta y Zdenka Piskulich es la fuerza detrás de Costa Rica por Siempre, una de las ONG de conservación de mayor consolidación del país. 

Nuestra educación formal, sobre todo durante los primeros años de infancia, es liderada en su mayoría por mujeres. En mis tres años dirigiendo Guardianes de la Naturaleza he notado el extraordinario poder que tienen las maestras de inspirar y educar una nueva generación de niños y niñas guardianes de los recursos naturales. Al brindarles las herramientas necesarias, las docentes tienen en sus manos la llave para educar a las presentes y futuras generaciones sobre la necesidad de vivir en paz con la naturaleza.

Las mujeres costarricenses solemos tener un rol de liderazgo en nuestro hogar también. Aunque los tiempos han cambiado, muchas todavía nos encargamos de la alimentación de nuestros hijos, escogemos los productos que beneficien su salud y la del ambiente, y educamos a la familia sobre el uso adecuado de los recursos.  Aún más, somos un motor esencial en el mercado y podemos influenciar la oferta de productos y servicios con nuestro propio consumo.

A nivel mundial también hay una gran cantidad de mujeres que inspiran cambios globales como la primatóloga y conservacionista Jane Goodall; Gretta Thumberg, la niña que ha conmovido al mundo con sus huelgas por el cambio climático; y Berta Cáceres, líder indígena hondureña quien fue asesinada por la defensa del agua y el medio ambiente. 

En cuestión de conservación de la naturaleza, no hay duda de que estamos en una carrera contra el tiempo en la que mujeres y hombres tenemos que ser parte de la solución. Debemos redoblar y acelerar nuestros esfuerzos en políticas públicas, educación y conservación por la propia supervivencia del ser humano. 

Es gratificante saber que las mujeres estamos liderando esta transformación y estoy segura que, poco a poco, habremos muchas más guardianas de la naturaleza ejerciendo una gran influencia desde nuestros hogares, trabajos y círculos sociales. Gracias a todas las niñas, mamás, trabajadoras del hogar y profesionales que día a día hacen ya esa diferencia. 

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