¿Cuántos de nosotros nos hemos visto en la calle, olvidando nuestras linternas en una noche sin luna tratando de llegar a casa? Como todos sabemos, el Refugio de Vida Silvestre Ostional en Costa Rica fue creada en 1984 para proteger uno de los sitios de anidación más importantes del mundo de la tortuga lora. Pero lo que mucha gente no sabe es que las luces de la tierra a lo largo de la costa desorienta a las tortugas, creando un riesgo significativo para el Refugio.
Mientras que el Refugio es administrado por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) del Ministerio de Ambiente (MINAE) los ticos que históricamente han pescado y viven en Playa Pelada y Ostional se ven amenazados por el desalojo por parte del SINAC, y actualmente se encuentran organizados en el proceso de creación de nueva ley en conflicto con la regulación SINAC.
La nueva ley es el resultado de la intensa presión de los Territorios Costeros Comunitarios (TECOCOS) que se reunieron en Sámara este mes para discutir la movilización de las comunidades costeras que han sido desplazadas o amenazadas por el desarrollo turístico. Este conflicto social ha sido caracterizado por TECOCOS como una lucha entre ricos y pobres o gringos contra ticos, un retrato injusto y destructivo de un problema complejo que se da también en comunidades costeras desde Sri Lanka a Honduras.
En Guiones y Pelada no hay alumbrado de alta intensidad o de neón, canchas de tenis iluminadas u otras distracciones para desorientar a las tortugas. La situación en Sámara, por ejemplo, es diferente, ya que no hay refugio biológico, sólo propiedad inmobiliaria que, o bien puede ser protegida del desarrollo o dedicada a la explotación de nuevos proyectos turísticos y residenciales.
Mientras escribo estas líneas, la asamblea legislativa aprobó en primer debate el proyecto TECOCOS, pero varios diputados han desafiado a la nueva ley, que eventualmente se dirigió a la tercera rama del gobierno, la Corte Constitucional para arbitrar el conflicto.
El punto es que la retórica incendiaria en torno a este asunto tiene poco que ver con la realidad aquí en Nosara o comunidades costeras cercanas. El gobierno de Costa Rica ha dado permiso a grandes compañías de pesca taiwaneses para que surcan sus aguas, lo que dificulta la pesca de subsistencia local, haciéndola casi imposible. Esto no tiene nada que ver con el turismo, excepto que hace que la pesca deportiva sea mucho más difícil.
La línea de fondo para nuestras comunidades es que el turismo de playa y residencial es nuestro motor económico, creador de empleos y oportunidades a pequeñas empresas que han sustituido a la ganadería y la pesca. La ley TECOCOS, en su forma actual, sólo perpetúa la pobreza y se olvida de la importancia de proporcionar capacitación para el trabajo, una mejor educación y mejor acceso a servicios sociales para los habitantes de los futuros territorios costeros, dejando un vacío ahora inundado con un discurso que con grandilocuencia es egoísta en su ataque al desarrollo turístico que ha soportado el peso de la zona.
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