La avioneta empezó a descender sobre el aeropuerto de Nosara. Jimena venía de San José, y lo primero que vio por la ventana fue una bandera gigante azul, blanco y rojo. Cuando vio con mayor claridad, se sorprendió: la comunidad nosareña la esperaba alrededor de la pista de aterrizaje con alarmas, pitos, banderas, gritos, carteles y ovaciones.
La niña a la que el pueblo vio crecer domando las olas de Nosara con una prótesis en vez de pierna había hecho historia el día anterior. En diciembre del 2021 Jimena ganó una medalla de oro al representar al país en el mundial de surf adaptado de la Asociación Internacional de Surf (ISA, por sus siglas en inglés) en Pizmo Beach, California.
Una vez en tierra, abrazó a su mamá, que la cobijó con la enorme bandera mientras la comunidad gritaba una y otra vez su nombre. Jimena subió al camión de los Bomberos de Nosara y recorrió las calles del pueblo en una caravana con tuktuks, carros y motos.
“No me esperaba una llegada así”, cuenta Jimena casi tres meses después de ese día. “Fue muy emocionante porque estaban mis compañeros, personas que conozco y personas que no conozco esperándome para saludarme”. Lo que más la cautivó fueron los dibujos que estudiantes de su escuela habían hecho en su honor.
Jimena nació un 20 de octubre del 2006 con una malformación en su pierna izquierda, que obligó a los médicos a amputarle una parte de ella. Así de temprano, Jimena empezó a surfear las barreras que la vida le presentaría impulsada por su coraje y la de sus papás, Maricruz Rojas y Helberth Ruiz.
El surf en las venas
Cuando Jimena nació, sus papás rápido empezaron a enseñarle que lograría todo lo que se propusiera conforme trabajara por ello. “A los ocho meses le pusimos la primera prótesis. Yo lo que más quería era que caminara al año como una niña normal”, recuerda su mamá.
Impulsarla fue el primer paso. El segundo fue hacerle saber a la gente que las palabras y miradas de lástima no eran bien recibidas. “Siempre luchamos mucho en la familia para que ella no sintiera eso de ‘pobrecita’. No queríamos que creciera en un ambiente de lástima”, dice Maricruz.
La fórmula funcionó. Jimena caminó al año, prácticamente cuatro meses después de empezar a adaptarse a su primera prótesis. “Después anduvo en bicicleta y logró hacer todos los deportes sin problema, como una persona cualquiera”, recuerda su mamá. Lo que más le admiraron de pequeña era el gran balance que tenía.
Jimena no puede decir cuándo fue que se enamoró del surf. Parece que lo trajo consigo en el ADN, ese que heredó de sus papás, un par de enamorados del mar y las olas desafiantes nosareñas.
Esos son los primeros recuerdos que tengo”, dice Jimena con su sonrisa infaltable y sus ojos achinados. Son sus primeros recuerdos de toda su vida. “A mis papás les gusta surfear y les gusta el agua desde siempre”.
Pero hay un recuerdo que ella lleva como una marca, y fue el día en que supo que dominar las olas era lo suyo. “Fui con mi papá al mar, tenía como siete u ocho años, y fue la primera vez que mi papá me llevó adentro”, recuerda.
Nadaron y nadaron hasta lo más adentro y profundo de las aguas, hasta que logró navegar su primera gran ola. “Eso me marcó porque fue una experiencia muy linda que mi papá me llevara hasta adentro”, recuerda Jimena.
Cuando tenía 10 años, un entrenador de la Selección Nacional de Surf Adaptado la vio y le dijo a sus papás que la anotaran en el equipo.
“Yo les dije que no porque estaba muy pequeña. Que veríamos y que si ella después quería, la inscribía”, relata Maricruz. PeroJimena empezó a entrenar con su papá, su instructor de la vida y del surf, como si desde entonces fuera a competir.
Así lo hizo por tres años, hasta que cumplió 13, cuando empezó a cosechar medallas. Era como si hubiese nacido para eso..
A esa edad debutó en un mundial de Para Surfing y ganó la medalla de bronce en su categoría. En setiembre del 2021, con 14 años, ganó la medalla de plata en el campeonato Super Girl Surf Pro 2021.
En el US Open de Surf Adaptado, en setiembre del 2021, ganó el tercer lugar Junior en su categoría de lesión debajo de la rodilla. Y recientemente, en diciembre, logró su primer oro.
En ese último torneo, cuando ella estaba compitiendo, su mamá Maricruz no pudo evitar ver como una película frente a sus ojos todo lo que han navegado para llegar hasta aquí.
Me puse a pensar desde el momento en que ella nació y me invadió ese sentimiento de logro y esfuerzo que juntos logramos para criarla sin límites e impedimentos”, cuenta. “Ella me enseña un montón de cosas que yo ni sé de la vida”.
Jimena tiene ahora quince años y estudia a distancia. Es una adolescente disciplinada con sus horarios de estudio y de entrenamiento. No podría lograrlo de otra forma.
“El deporte que estoy haciendo no es fácil”, reafirma. “Pero yo siempre aprendí que tengo que superarme y nunca rendirme”.
Este perfil de Jimena Ruiz Rojas se construyó con una entrevista a Jimena, a su mamá Maricruz Ruiz y con información disponible en internet sobre sus logros en el surf.
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