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Luis Guillermo Solís: “Guanacaste no es una región olvidada, está en el centro de la discusión”

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En el aula 01 de la escuela 27 de abril de Pinilla, en Santa Cruz de Guanacaste, el calor le brota por la frente al Presidente Luis Guillermo Solís.. La escuela es una de las seis que entregó el mandatario luego de que el terremoto de Sámara de septiembre del 2012 las destruyera por completo.

Con una carpeta llena de hojas a mano, aprovecha cada pregunta de La Voz de Guanacaste para echarle una mirada y recitar algún logro en la provincia. Durante 30 minutos, habló sobre agua, desarrollo económico, educación, migración, carreteras… conversó sobre lo que no va a suceder (la ruta 160 Nosara-Sámara y el alto a la inmigración de africanos que había prometido) y sobre lo que sí va a suceder (normativa para no expulsar a las familias originarias de la zona marítimo terrestre y una solución de corto plazo a la disponibilidad de agua).

Este es un extracto de la entrevista, realizada el 23 de junio pasado:

 

 

El desarrollo de Guanacaste se basa en ganadería, agricultura e inversión inmobiliaria. Todo depende del agua. ¿Qué alternativa tiene la región?

El desarrollo sin agua no es posible. Tenemos tres megaproyectos para traer agua. No se puede seguir solamente dependiendo del pozo. Hay que hacer trasvase, no queda de otra. Ya se han iniciado los estudios para el embalse del río Piedras, se requiere hacer trasvase del Río Liberia también. Si eso no se hiciera con prontitud, no habrá más inversión, ni siquiera hotelera. Ni vamos a poder mantener la actividad agrícola, ni tendremos posibilidades de construir más viviendas para la gente que venga a vivir a Guanacaste.

Esos megaproyectos no van a concretarse antes de tres años.

Tenemos proyectos que se construyen en siete meses, como el inaugurado en Colorado de Abangares y otro en Cañas. Tenemos un acueducto previsto para Nicoya y hay todavía posibilidad de trabajar con algunos pozos. Hay trece que en estos momentos habilitó Acueductos y Alcantarillados, y esos son de uso inmediato.

Pero a los empresarios siguen negándoseles permisos de agua.

Hay lugares donde no hay agua y no se podrá construir. Y probablemente no la habrá en los próximos tres años. Si seguimos al ritmo que llevamos, con la participación del ICE como gestor, los tiempos van a acortarse de manera significativa.

De todos los proyectos, el viceministro de Aguas apunta que el avance en realidad es de un 20%. La mayoría de estos proyectos grandes comenzarían a realizarse en el 2018, cuando ya usted no esté. ¿Cómo garantizará usted la continuidad?

No todo se puede hacer de una sola vez, pero la prioridad de Guanacaste es clara. Guanacaste no es una región olvidada, está en el centro de la discusión. No es únicamente el tema del agua. Por ejemplo, en el embalse de Río Piedras ya nosotros empezamos. Es un tema de compromiso y voluntad política. No puedo hablar por los próximos tres gobiernos, pero en este vamos a mantener el pulso en beneficio de la gente.

La ley de aguas está totalmente obsoleta. En su discurso del primero de mayo no la incluyó entre sus prioridades, ¿por qué?

Es absolutamente prioritario y lo estamos apoyando. El Gobierno le ha dado su aval. Había que modificar dos transitorios por contener inconstitucionalidades. Hemos hablado con el sector productivo y al final nunca están de acuerdo con ninguna de las posibilidades que tenemos para modificar la ley. Pero el pueblo merece una ley moderna de gestión del recurso hídrico.

Soluciones “de a poco” para las comunidades

¿Qué le puede prometer el Gobierno al pueblo de La Cruz de Guanacaste sobre la inmigración de personas africanas?

El tema de las migraciones es una situación global. El crimen organizado de trata de personas es más potente y más lucrativo que el tráfico de drogas. Yo no le puedo garantizar a nadie en este país que van a parar los flujos migratorios. Esperamos que lo hagan de a poco. Estamos tomando las previsiones para que entren y salgan y que estén en condiciones para que comunidades como La Cruz no sufran graves consecuencias.

¿Qué hará el Gobierno para garantizar que las familias que viven en la zona marítimo terrestre tengan  un lugar para vivir sin que se les expulse?

No podemos permitir que estas familias sean expulsadas. Esta Administración estaba comprometida con el proyecto Tecocos que no se aprobó, pero ya hay otro proyecto de los diputados de la provincia.

Pero esta población está desamparada en este momento. La moratoria de Laura Chinchilla se venció en setiembre del 2014. Ahorita, si alguna municipalidad quisiera, podría desalojarlas.

Los diputados tienen proyectos de ley, el Gobierno va a apoyar el proyecto y si hay que sacar un decreto, lo sacamos, pero estamos por una solución mucho más definitiva. Una solución que sea más que un decreto porque también hay recursos naturales que tenemos que proteger.

La ruta 160 para la comunidad de Nosara es un tema recurrente. Usted, en su primera visita, en el 2014, prometió que esta carretera se iba a asfaltar. ¿Eso va a suceder?

La ruta 160 es una de las más largas del país. Cuando yo visité la comunidad de Nosara, no dije que la iba a asfaltar, dije que trataríamos de asfaltar tanto como se pudiera porque esos $60 millones no existían.

Le preciso que tenemos la grabación del 23 de junio del 2014.

Bueno, supóngase que lo haya prometido. Estamos trabajando en eso, pero la ruta es larga. Empieza en la costa de la Península, le da la vuelta y sube a Nosara. Y de ahí para arriba todavía hay un montón. Se ha intervenido la ruta, se le ha puesto mezcla asfáltica, se sigue trabajando el tema de las expropiaciones, hay que levantar el terreno en algunas zonas, falta conseguir los $60 millones porque no están… pero se está trabajando.

¿Entonces los nosareños no van a ver carretera asfaltada al final de su Gobierno?

Le repito: la ruta completa no va a estar. Imposible. Nosara puede estar. Estamos dándole mantenimiento.

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