La Enfermedad Renal Crónica (ERC) afecta el funcionamiento de los riñones progresivamente, hasta el punto de que el órgano pierde la capacidad de producir orina y de eliminar las toxinas de la sangre.
Quienes son diagnosticados con este padecimiento suelen acercarse a los centros de salud cuando ya la enfermedad ha avanzado, y deben someterse a terapias diarias de sustitución renal que demandan horas de procedimiento. Detrás de cada paciente existe una única opción: un trasplante de riñón, pero en la mayoría de casos ese transplante nunca llega.
El médico encargado de la unidad de diálisis del Centro de Salud de Nicoya, Hugo Delgado, conversó con el Semanario Universidad acerca esta enfermedad, los procedimientos y parte de la problemática que existe detrás de este mal. Este es un extracto de la entrevista publicada por el Semanario originalmente:
¿Qué es la Insuficiencia Renal Crónica?
Es cuando los riñones dejan de funcionar. Básicamente lo que sucede es que los riñones dejan de cumplir su función y a partir de ahí empiezan una serie de síntomas –entre ellos cansancio, cambios en la orina, picazón, vómitos, dificultad para respirar, entre otros– que llevan a los pacientes a consultar a los servicios de salud de urgencia, generalmente.
Guanacaste es una de las provincias con mayor cantidad de casos. ¿Por qué?
Se debe a la exposición a las altas temperaturas sin hidratación. Los casos vienen en aumento desde el 2000-2002. En el caso de Guanacaste la mayoría son hombres entre los 20 y 40 años, trabajadores agrícolas.
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Una vez que se detecta la enfermedad, ¿cuál es el tratamiento que reciben los pacientes?
Depende de cual sea la etapa en la que estén de la enfermedad. En el caso de los pacientes que acuden por la causa de la Nefropatía mesoamericana –enfermedad renal crónica en habitantes de la región centroamericana principalmente jóvenes trabajadores en plantaciones, por la exposición a altas temperaturas– llegan en una etapa avanzada y se les aplica terapias de sustitución renal, hemodiálisis o diálisis peritoneal.
¿En qué consiste cada una los procedimientos?
En la diálisis peritoneal lo que hacemos es colocar un catéter en el abdomen, que es un catéter permanente, y mediante ese catéter se coloca una solución especial en la cavidad abdominal del paciente. Esa solución se deja ahí por al menos unas seis horas. Esta sustancia va a funcionar como un filtro de las sustancias del riñón y le va a permitir el paso de sustancia de la sangre hacia esa cavidad. Se realiza cada seis horas, unas tres o cuatro veces al día. El procedimiento se realiza en la casa, también se puede realizar en los centros médicos. La meta es poder hacerlo en la casa.
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¿Y la hemodiálisis?
Solo se aplica en los hospitales a nivel central, donde hay nefrólogos. En Liberia no hay. Es una máquina que funciona como un filtro, como un riñón externo. Al paciente se le extrae la sangre del brazo, esa sangre va pasando por una serie de filtros y regresa filtrada nuevamente a la circulación de los pacientes. Normalmente se hace tres veces por semana y generalmente por un periodo de tres horas.
¿Por cuánto tiempo deben realizarse los pacientes estos tratamientos?
La meta es que esos pacientes puedan acceder a una donación de riñón, ya sea de algún familiar o paciente cadavérico; pero las opciones son realmente bajas, para ellos existe una lista nacional, así que tienen que esperar mucho. En el caso de Nicoya, nosotros tenemos cuatro años de atender pacientes con diálisis peritoneal y solo se ha trasplantado uno en todo tiempo, de aproximadamente 80 pacientes.
¿Cuál es la esperanza de vida una vez que son diagnosticados?
Varía mucho dependiendo de los pacientes y de factores como la edad o de enfermedades que tengan. No obstante, con estos tratamientos los pacientes podrían tener una esperanza de vida de unos cinco o diez años, la realidad es que muchos se complican tempranamente con peritonitis, infecciones u otras complicaciones.
¿Tienen calidad de vida?
Aquí, a nivel regional, lo que les complica mucho la situación es la problemática del empleo, muchos de ellos son empleados y trabajan cortando caña, en construcción o en el campo, y tras el diagnóstico no pueden regresar a ese tipo de trabajos. Tampoco tenemos muchas opciones laborales para que ellos puedan acceder a otro tipo de empleo.
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