Medio Ambiente

Nuevo plan busca saldar deuda de años con humedales de Guanacaste

Todos los días, Fabricio Obando se monta en su chapulín (una especie de tractor) y lucha contra la tifa, una planta que invade alrededor de 2.800 hectáreas del humedal Palo Verde, una amenaza para los espejos de agua y la biodiversidad del sitio.

El abandono de los humedales guanacastecos logró llamar la atención del Gobierno, por fin, y el próximo 19 de marzo se presentarán los resultados del inventario de humedales del Área de Conservación de Guanacaste.

El inventario detallará la cantidad de humedales en la provincia y los mapas que permitirán delimitar su extensión.

La información será una herramienta fundamental para la gestión responsable de los humedales, explicó Miriam Miranda, coordinadora del Proyecto Humedales del GEF/Pnud/Sinac, a La Voz de Guanacaste.

La urgencia tiene que ver con su importancia para enfrentar las condiciones del cambio climático que amenazan Guanacaste.

“Guanacaste es una región que, de acuerdo con los escenarios de cambio climático, va a ser altamente impactada.  Los humedales son una fuente importantísima de agua… en las épocas de inundación almacenan y colectan agua, y en la época de sequía la liberan, agregó Miranda.

Este recuento forma parte de la estrategia que establece la nueva Política Nacional de Humedales, presentada el lunes 6 de marzo, que procura la recuperación y conservación de los ecosistemas.

“Vamos a poder definir a cuáles humedales tenemos que priorizar en la rehabilitación”, comentó Fernando Mora, Viceministro de Aguas y Mares.

Para el viceministro, esta política viene a reforzar y consolidar su tarea en Palo Verde. El Gobierno ya ha intervenido unas 1.600 hectáreas contaminadas con tifa desde el 2010.

Participación ciudadana

La política también pone énfasis en la participación ciudadana para asegurar la regeneración de los humedales.

Para Leonardo García, Oficial de Conservación de la Asociación Costa Rica Por Siempre, es de suma importancia que la población de Guanacaste se involucre en el proceso de preservación y manejo de los recursos, pues es la misma gente la que se va a quedar sin posibilidades productivas y el desarrollo local se vería estancado sin humedales.

“Hay muchas formas en que la política puede traducirse y que la gente pueda desarrollar actividades productivas en los humedales. Como por ejemplo cultivo de pianguas, ostras, pesca sostenible, actividades turísticas, actividades productivas sostenibles, ganado y ganado con menor impacto sobre el ambiente”, concluyó García.

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