Habiendo vivido 12 años en Nosara, constantemente me preguntan si planeo vivir aquí para SIEMPRE. La pregunta siempre me parece tan dramática. Sé lo que la gente quiere decir, pero, ¿de verdad…? «¿Para siempre?» Osea, «¿hasta que me muera, para siempre? Es decir, Dios, estoy tratando de tomar mi jugo de kale, déjenme respirar un poco…
Sin embargo, generalmente solo respondo con algo genérico como «Mientras este contento aquí,» o “hasta encontrar un lugar mejor,» etc etc.. La verdad es que nunca lo he pensado mucho.
He vivido en Nosara durante la mayoría de mis 20 años y nunca he sido una persona que haya realmente planeado su futuro. Sólo he estado corriendo a toda velocidad. Trabajando, criando a mis hijos, sobreviviendo la crisis económica, surfeando, tratando de encontrar ese equilibrio que busca la mayoría de nosotros. El equilibrio entre trabajo y diversión, entre deseos egoístas y responsabilidades familiares, entre amar mi estilo de vida salvaje y volverme loco por vivir en la misma burbuja del tamaño de tres kilómetros cuadrados durante la mayor parte del año.
He tenido mis altibajos con Nosara porque ella es una perra inconstante.
Siempre consciente de que mi estilo de vida es bueno, pero, Hey! la vida es dura donde quiera que estemos y Nosara tiene su cuota de desafíos. De típico pueblito polo, a carreteras terribles, a exceso de polvo y luego barro y polvo otra vez. No hay que viajar lejos para sentirse en un pueblo loco, Gente: ¡Sáquenme de aquí!
Tuve que viajar a la otra mitad del mundo, lleno de expectativas vertiginosas que en última instancia se desvanecieron en los concurridos descansos de una remota isla de Indonesia, para adquirir la perspectiva de apreciar donde vivo. Para entender verdaderamente lo que significa para mí Nosara. Pero luego del tercer día de estar sudando fiebre y contemplando otro viaje al baño, me di cuenta que Nosara es especial para mí, no porque sea perfecto, sino porque no lo es.
Porque sepan que la perfección existe. Hay quienes discutirán esto, pero yo apostaría a que nunca han saboreado un margarita de $50 en la piscina del Four Seasons luego de recibir un tratamiento de 3 horas en el spa. Exfoliado, aceitado, masajeado, perfectamente perfumado y arreglado y apenas ebrio gracias al mejor Porfidio, eso es la perfección. Se los juro. De hecho, toda la experiencia le espera a tan sólo 2 horas de aquí. Muchos piensan que es alguna experiencia exclusiva reservada para los pocos especiales, pero la verdad es que son putas por dinero como el resto de nosotros, y si tienes unos $500 para la habitación y unos cientos más para el bar, se tiran a abrir las puertas y le dan la bienvenida con un paño fresco y una sonrisa.
La perfección esta solo una reserva de Internet y un cheque de varias semanas de sueldo. Pero el exceso en todo su esplendor es aburrido. Sin preocupaciones, sin estilo, sin ninguna aventura. No me malinterprete. Una o dos noches, no va a apestar, pero ¿cuánta miel puedes comer antes de comenzar a vomitar?
Esta historia comenzó como una lista de 10 razones de por que Nosara es el mejor lugar del mundo. Yo tenía todo resumido y estaba listo para publicarlo, pero me di cuenta de que para mí es más profundo que sólo las actividades disponibles. Más que el gran surf, la loca cantidad de buena comida, el creciente número de cursos y clases disponibles. Es más profundo que sólo la típica publicidad de marketing. Hay algo en este lugar que atrae a la gente y les hace volver una y otra vez, y creo que sé lo que es:
Nosara se siente como una segunda oportunidad.
Un lugar joven, inocente, saludable y lo suficientemente pequeño como para que aquellos de nosotros que somos lo suficientemente afortunados como para vivir y regresar aquí, tengamos la oportunidad de sentirnos vivos otra vez. Vivos como si sólo les dieran una segunda oportunidad. Una sensación de que todo es posible. Que tal vez debería ser un vagabundo de playa marihuanero y pasar sus días surfeando. Que tal vez, sólo tal vez tenga un yogui latente dentro suyo que esta a solo a un asana de lograrlo. Es una oportunidad para decir «al infierno,» vender los chunches de su casa, saltar a la batalla y ver como le va.
Y es aquí donde aparecen las fallas, en toda su perfección universal. Los retos de Nosara trabajan en múltiples niveles. Eliminan a aquellos que no son dignos. Obligan a tener sentido del humor. Quien ha sobrevivido un día en Migración o en la oficina del ICE sabe que tiene que ser capaz de reírse en este loco lugar o…, bueno, podría irse más loco que lo que llegó.
En Nosara se debe tomar responsabilidad de sí mismo en una forma que no se hace en los países más desarrollados. Llamar al 911, tener servicio de grúa, y cualquier número de comodidades de América del Norte simplemente no existen aquí. Y eso es algo bueno. Porque cuando usted tiene una emergencia llama a su vecino y al médico local. Cuando tiene una goma pinchada, le hace señas a un completo extraño y le pide ayuda. Nosara nos obliga a convertirnos en una comunidad otra vez. Nos fuerza a reconocer que cada casa que construimos, que vendemos, lote o negocio que abrimos o amigo al que le contamos, nuestro rinconcito cambia un poco. Todos tenemos el poder para hacer un cambio en este pedacito de selva. Todos tenemos un segunda oportunidad de hacerlo bien en Nosara. Para ser mejores en nuestros propios términos.
Entonces, ¿es Nosara perfecta? Yo diría que si.
Pero solo si esta buscando a una comunidad que lo desafía a ser el mejor en quien sea que usted decida ser aquí. Nosara es una perra inconstante y le hará saber rápidamente si esta contenta o no con usted. A algunos de nosotros nos gusta, y a otros no.
Puede que no viva en Nosara para siempre, pero Nosara siempre vivirá en mi.
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