Para muchas personas ninguna criatura provoca tanta repugnancia y terror como las serpientes, y este país tiene gran cantidad de serpientes deslizándose por todas partes que son conocidas por sus dentaduras mortales.
Pero en realidad las mordeduras de serpiente son pocas e infrecuentes. Un promedio de 504 personas son mordidas por serpientes al año en todo el país, esto de acuerdo a una revisión de datos provenientes de centros médicos que fue realizada por Mahmood Sasa de la Universidad de Costa Rica. Gracias a la llegada de antídotos sumamente potentes y tóxicos, la mayor parte de quienes sufren mordeduras de serpiente sobreviven a la experiencia, como la residente de Pelada Sophie Ballegeer.
En junio de 2009, Ballegeer llegaba a la casa de un amigo cuando sintió un ligero roce en el dedo pequeño de su pie y reconoció la sensación de dos dientes que la mordían. Un amigo la llevó al hospital de Nicoya en donde un médico, en base a las pequeñas marcas de la mordedura y a los síntomas que presentaba, determinó que había sido mordida por una coral. La serpiente coral es una de las más venenosas, pero a la vez es muy pequeña y en la mayoría de los casos retrocede al provocarla en lugar de morder.
“Podía sentir el dolor conforme se extendía”, recuerda Ballegeer, señalando el origen del dolor a lo largo de su pierna. “Comencé a sentir un dolor intenso y terrible, como las contracciones de parto; fue horrible. Hasta me dieron morfina, pero no funcionó”.
Le siguió un tratamiento con un antídoto, una preparación potente y efectiva hecha a base de veneno de serpiente y suero de oveja. También recibió inyecciones de penicilina para prevenir cualquier infección. Presentó parálisis en su pierna por varios días después del primer tratamiento con el antídoto. En total fueron tres semanas de tratamientos, reacciones alérgicas y hospitalizaciones antes de poder volver a la normalidad.
Así que, si no desea pasar por la experiencia de Ballegeer, intente evitar situaciones en las cuales las mordeduras son más probables. Andrea Prendas, representante del MINAET en Hojancha, explicó que por lo general las zonas con follaje seco, ramas de árboles caídos y otros objetos que crean áreas con sombra y humedad son las más buscadas por serpientes hambrientas que las utilizan como escondites desde los cuales observar y capturar a su presa.
“Recomendamos no acercarse mucho a los ríos, árboles muertos o follaje”, explicó. “Trate de no tocar los árboles sin ver lo que toca. Abra los ojos. Si ve una serpiente y esta se encuentra muy cerca, no intente correr ni pararse sobre ella”. Además, es necesario utilizar pantalones hechos de tela gruesa durante caminatas y excursiones, ya que la mayoría de las serpientes pequeñas no pueden morder a través del cuero, la mezclilla y otras telas gruesas fabricadas especialmente para exteriores.
Que hacer ante una mordedura de serpiente
Pero ¿y si lo inimaginable realmente sucede? “Mantenga la calma”, aconsejó la Dra. Kattia Porras Chacón, quien es médico privado en Nosara. “Si lo muerde una serpiente, vaya al hospital de inmediato. No intente chupar o aplicar presión sobre la zona de la mordedura. Sólo los hospitales tienen el antídoto disponible ya que este tiene efectos secundarios negativos, por lo que debe administrarse en un sitio adecuado en donde se puedan monitorear y controlar sus efectos”.
Según la Dra. Porras, las víctimas de una mordedura tienen una ventana de seis horas en la cual deben buscar atención luego de recibir el veneno.
El jefe de los Bomberos de Nosara, Ryan Bombard, aconseja tomar una foto de la serpiente o por lo menos una nota mental de cómo es, para saber qué tipo de serpiente lo mordió.
Sin embargo, el envenenamiento a causa de una mordedura de serpiente es un evento raro. En sus 13 años de práctica médica, la Dra. Porras afirma haber visto únicamente cinco casos de mordeduras de serpientes venenosas. “Tres de ellos fueron personas que intentaban agarrar la serpiente mientras estaban ebrios o porque intentaban demostrar su valentía”, explicó. “Otro fue un jardinero que fue picado mientras trabajaba, y el último una persona que se encontraba cruzando un puente sin prestar atención. Se paró sobre la serpiente y esta lo mordió”.
Serpientes venenosas de la zona que debe evitar
Coral – Con anillos negros, amarillos y rojos en todo el cuerpo, la serpiente coral es extremadamente venenosa. Tiene dientes muy pequeños y es de temperamento manso, pareciendo que rara vez mordiera. Además, no puede atravesar el cuero y otros materiales duros.
Terciopelo – Su nombre en francés, Fer-De-Lance, significa “punta de lanza”. Es de color negro, café y verde moteado con manchas oscuras a lo largo de su espalda. Es considerada como una de las serpientes más peligrosas de Costa Rica.
Bocaraca – La bocaraca puede tener distintas variaciones de color y combinaciones en colores rojo, amarillo, marrón, verde y rosado. Es una serpiente pequeña que habita en los árboles, de aproximadamente 2.5 pies (76 cm) de largo, pero no deje que su tamaño lo engañe— ¡su mordedura sigue siendo peligrosa!
Cascabel – Se conoce como “cascabel” por el sonido que produce al molestarla. La serpiente cascabel es una de las especies venenosas más grandes de Costa Rica. Su veneno es neurotóxico, siendo sumamente potente y produciendo efectos sobre la vista – algunas víctimas de su mordedura presentan ceguera permanente a causa de un tratamiento tardío o inadecuado.
Matabuey – La reina de las serpientes venenosas en Costa Rica puede alcanzar una longitud de hasta 8 pies (2.4 metros). Es muy probable que se trate de la serpiente venenosa más grande del país y, como peligro agregado, es capaz de atacar con mordeduras múltiples. Afortunadamente, es un depredador nocturno y por ese motivo, sus encuentros con personas son poco frecuentes.
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