Comunidad

Tamarindo reactiva sus tierras abandonadas y las transforma en proyectos para la comunidad

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Lo que hace unos años era un lote baldío en la comunidad de Tamarindo en Santa Cruz, hoy es el lugar en el que emprendedores locales, vecinos y turistas se unen para realizar la feria del agricultor cada sábado.

Antes, la feria se hacía en una propiedad que la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) de Tamarindo pedía prestada, pero el año pasado la ADI logró que el gobierno local le diera un lote público para este fin. Se trata de un convenio en el que la muni acepta que la organización comunal se haga cargo de la administración y mantenimiento del terreno, pero no se la sede legalmente.

Ahora, mientras impulsan su economía local, los vecinos disfrutan de un espacio que les pertenece y que antes estaba completamente abandonado. Lo mismo lograron el año pasado con el parque Oneida, ubicado en el corazón de Tamarindo, y con la cancha de fútbol, donde también iniciaron una academia de fútbol para niños.

La asociación quiere ser «guardiana» de estos terrenos y la Municipalidad de Santa Cruz la apoya. El 10 de setiembre firmaron un convenio para continuar este proyecto con cinco lotes más.

Una vecina de la comunidad, Elineth Espinoza, dice que la recuperación de terrenos públicos le ha dado un giro a la satisfacción de la comunidad. Se sienten felices.

“Aquí no tenemos escuela pública, pero ahora, por ejemplo, los fines de semana se ven los niños en la plaza y los sábados muchas personas, hasta los turistas, van y hacen compras en la feria. Es un punto de encuentro de la comunidad, es accesible para todo el mundo y no discrimina”, dice Espinoza.

Para el presidente municipal de Santa Cruz, Omar Cruz, estos proyectos sirven justamente para que el desarrollo de las comunidades no dependa únicamente de la municipalidad, sino de los mismos distritos que conocen sus realidades internas.

“Cuando yo veo a las organizaciones con ganas de surgir y de presentar los proyectos que le tocarían a la municipalidad, uno siente que van por buen camino y que se van aprovechando los lotes”, agrega Cruz.

¿Cómo lo han logrado?

“Para desarrollar proyectos necesitamos terrenos. Ahí empezó la inquietud de identificar los lotes públicos municipales”, dice el asistente administrativo de la ADI, Leonardo Cascante, quien lideró el proyecto que ellos mismos llaman “Recuperación de espacios públicos”.

Los lotes municipales son propiedad de los gobiernos locales pero, en muchos casos, están abandonados porque los municipios no dan abasto manteniendo todos los que tienen a su cargo.

En diciembre del año pasado, la asociación topó con la suerte de conocer a funcionarios del Registro Nacional que estuvieron en el cantón de Santa Cruz haciendo un mapeo de zonas públicas. La ADI aprovechó la oportunidad para acercarse a pedir información de los terrenos de la municipalidad en el distrito.

“Hasta nos imprimieron un mapa cuenta Cascantelos demás los fuimos averiguando progresivamente a través de la página web del mismo Registro Nacional”.

Con solo los números de lote, cualquier persona puede averiguar en el sitio web del Registro Nacional quién es el dueño del terreno, el uso que se le puede dar según el tipo de suelo y la medida del lote. Basta con registrarse con un usuario y contraseña.

El departamento de catastro y topografía de la Municipalidad de Santa Cruz también se convirtió en una fuente de consulta para la asociación. Ahí se registran todas las propiedades de un cantón.

“Hubo que hacer muchas visitas pero siempre tuvieron la apertura y nos facilitaron la información  cuenta Cascante— ahí nos dieron el uso de suelo y el croquis (imagen) de los lotes”.

“Así fuimos armando un expediente en donde los identificamos lote por lote y ahora ya tenemos el ADN de cada uno: croquis, ubicación, límites y uso del suelo”, agrega.

Con este trabajo, la ADI logró realizar un inventario de unos 40 lotes municipales en el distrito de Tamarindo. De todos esos, pidieron a la municipalidad administrar cinco , que se sumaron a los otros cinco que ya tenían bajo su resguardo.

Los seleccionaron tomando en cuenta la capacidad económica de la asociación para mantener los lotes, la ubicación y el uso de suelo de cada uno, porque ese último factor indica qué proyectos se pueden desarrollar: parques, zonas verdes o áreas para construcciones como salones.

“Nosotros dijimos: la asociación tiene un proyecto para hacer parques públicos entonces nos sirven esos. El de área comunal para en el futuro hacer el centro comunal, por ejemplo”, dice Cascante.

Ahora la ADI administra diez terrenos municipales. Para la mayoría de ellos ya tiene proyectos planeados. Foto: Cortesía de ADI Tamarindo.

Un paso de responsabilidad

El 7 de agosto de este año, con los lotes identificados y seleccionados, la asociación tuvo una audiencia con el Concejo Municipal de Santa Cruz. En ella, le expuso a los regidores y a la alcaldía su proyecto de recuperación de espacios públicos.

Para la ADI fue importante demostrar el trabajo que han hecho con los otros lotes que previamente la muni les había dado para administrar: la academia de futbol, la feria y el parque Oneida.

Ellos mismos se encargaron de redactar el acuerdo en el que se estipulaba el convenio, que los regidores aprobaron y la alcaldía firmó.

Leonardo Cascante tiene claro que el panorama de su comunidad es ventajoso para poder desarrollar proyectos así: “La asociación hace un buen trabajo porque aquí hay apoyo de la comunidad y un crecimiento económico importante que permite que recibamos donaciones para desarrollar proyectos como estos”.

“Yo siento que las asociaciones de desarrollo son uno de las entes primordiales llamados a administrar lotes, pero hay que estar anuentes [a las capacidades económicas]. No es fácil y no es barato”, agrega.

Según Cascante, para ellos es primordial darle el uso correcto a cada lote. Por ejemplo, en uno de los que tienen catalogados como área comunal, piensan desarrollar un centro comunitario en el que haya aulas, salón para conferencias e incluso una oficina para la ADI. A los que se registran como parque, piensan darle el mantenimiento adecuado para embellecerlos.

“Es un desafío logístico”, dice. Un desafío que la ADI ha hecho suyo para darle un giro a los lotes que le pertenece a todos en la comunidad.

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