La empresa Guanabeer nació en el corazón de Hojancha. En ese cantón de la pampa, José Roberto Gutiérrez y Andrea Leiva elaboran unas 6.000 botellas de cerveza artesanal al mes.
Producir esa cantidad implica utilizar unos 18.000 litros de agua. Por eso, desde el inicio del proyecto, sus creadores decidieron utilizar 12.000 de esos litros de agua, con lluvia recolectada. Ellos son los ganadores de la categoría Eco-Guanacaste de Creadores de Cambio 2019.
No queremos llevar un producto a la mesa de los costarricenses con un impacto ambiental negativo”, dice Gutiérrez. “Decidimos hacer un reservorio de agua e ideamos cómo reutilizarla y cómo procesar las aguas jabonosas que se producen en la elaboración de la cerveza para evitar la contaminación de nuestros suelos”, cuenta.
Guanabeer no desecha ni los residuos: los restos de la malta y la cebada se distribuyen entre diferente fincas de Hojancha que tienen ganado para que les sirva como alimento a los animales.
En palabras de su creador, su cerveza tiene un olor a miel de abeja y sabor a malta, cebada y trigo. Es muy poco amarga y tiene poco alcohol. Es una cerveza liviana pensada para el calor guanacasteco y se distribuye en 50 lugares en la provincia.
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