Nosara tiene hermosas playas y ríos. Gracias a ellos tenemos turismo, biodiversidad, belleza natural y una fuente de agua dulce. Sin embargo, según el gurú de las aguas sucias, Nick McAlpin, estos cuerpos de agua están siendo contaminados debido al tratamiento inadecuado de las aguas residuales.
Nick dice que uno de los mayores problemas en el tratamiento de agua de Nosara es la mala construcción y mantenimiento de los sistemas sépticos. Según él, aproximadamente el 75% de las viviendas en Nosara tienen sistemas sépticos disfuncionales. Esto puede estar causando que los niveles de bacterias peligrosas aumenten en los ríos y costas de Nosara.
Un sistema séptico bien construido consta de un tanque, donde los sólidos se separan de los líquidos y un campo de drenaje, donde los líquidos se infiltran para una mayor filtración. Según Nick, muchos campos de drenaje locales están superpoblados o construidos incorrectamente. Algunos están hechos de piezas de madera, metales, llantas y piedras que son demasiado grandes.
Nick dice que la grava del campo de drenaje no debe tener más de cinco centímetros de diámetro, para que el agua se filtre lentamente y las bacterias tengan tiempo de descomponer la materia orgánica. Los campos de drenaje también se utilizan de forma inadecuada para otros fines, como garajes o jardines. Esto dificulta la capacidad del campo de drenaje para filtrar adecuadamente las aguas residuales.
Según él, todo esto causa un aumento en los niveles de bacterias fecales en nuestras vías fluviales. De hecho, un estudio realizado por el Observatorio Ciudadano del Agua R. Nosara encontró que en el Río Nosara, Barrio San Pedro, había 490 colonias de bacterias coliformes fecales por cada 100 mililitros de agua. Esto contrasta con el máximo de 200 colonias por recuento de 100 ml, recomendado en knowyourwater.com.
En el futuro, Nick recomienda que nosotros, los residentes de Nosara, tomemos medidas para construir y mantener nuestros sistemas sépticos. Esto significa construirlos con los materiales y tamaños correctos y bombear los sólidos al menos una vez cada tres años.
También existen alternativas, como los sanitarios composteros, que se utilizan en la comunidad Pachamama (San Juanillo), la Escuela Casa De Las Estrellas (Garza) y algunas residencias de la zona. Estos no requieren agua y son económicos de instalar. Cuidar de nuestros sistemas sépticos es nuestra responsabilidad cívica. Juntos como comunidad, podemos marcar la diferencia y mejorar la calidad de vida que nos brinda el agua limpia.
Diego Espinoza es vecino de Nosara y estudiante de octavo año en Del Mar Academy, en Nosara. Escribió este artículo en la clase de Ciencias de La Tierra, con la profesora Lissa Eidelman.
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