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Mujeriego y peleador, ¿son así los hombres guanacastecos?

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Hay una canción infaltable en las celebraciones de la Anexión, las Típicas de Santa Cruz o en las fiestas patronales de los pueblos: Puro guanacasteco, de German Arredondo

Su letra deja ver cuales son los encargos que los hombres de la provincia empiezan a recibir desde que están en la escuela.

Soy puro guanacasteco, sabanero y montador

Soy puro guanacasteco, como no hay otro mejor

Soy puro guanacasteco, mujeriego y peleador

¿Son así los hombres guanacastecos? En La Voz queríamos conocer la opinión de la audiencia y por eso la planteamos en nuestra cuenta de Instagram. El resultado: una gran cantidad de respuestas que van desde hipócrita, violento, machista y tomador hasta trabajador, valiente y amoroso. 

A lo largo de tres décadas, el psicólogo santacruceño Marco Vidaurre ha brindado terapias con enfoque en masculinidades alternativas a hombres de la provincia. Según su experiencia, ese perfil de macho guanacasteco se constituye a partir de la forma en que la sociedad se relaciona y que nace desde la familia, que reproducen ideas que vienen del patriarcado: un patrón ideológico mundial en el que los hombres son criados con ciertas ventajas en relación con el género femenino.

Como por ejemplo, los hombres gozan de más influencia en el campo político y económico, y en el día a día no viven preocupados por ser acosados sexualmente cuando caminan por la calle.

Además de estas ventajas, también implica asignarles encargos y rituales de iniciación para construir una masculinidad hegemónica, es decir, ese conjunto de características que lo definen como un “hombre de verdad”. 

Las borracheras, ponerse en situaciones de riesgo o tener que lucir muchas mujeres son ritos de iniciación en el cantón de Santa Cruz, según una investigación llamada “Rituales sociales y procesos de construcción de identidad masculina en jóvenes de Santa Cruz Guanacaste” realizada por las psicólogas Kristy Barrantes y Sonia Alvarado.

Otros rituales de la masculinidad en Guanacaste se han construido alrededor de la historia ganadera y de haciendas de la provincia, explica Vidaurre. 

Yo he trabajado con jóvenes desde el 2007 hasta la fecha y cuando preguntamos qué es ser un macho en Guanacaste, todos los grupos coinciden que son cinco encargos: ser trabajador, ser borracho, ser mujeriego, ser peleador y ser montador de toros”, describe el psicólogo.

Y en las fiestas, las comunidades y las propias familias se reproducen todas esas características de generación en generación, arraigadas incluso en las expresiones artísticas como las bombas, las retahílas, bailes folclóricos o canciones como Puro Guanacasteco.

“El ideal que hay que seguir en Guanacaste tiene que ver con el tema de la fuerza, del dominio. ‘Pegar la monta’ es una forma de dominio y a esta gente se le refuerza, se le da dinero, se les hace estatuas. Si se muere es todo un funeral como héroes”, subraya Vidaurre.

No se trata de eliminar esas prácticas culturales, resalta el psicólogo, sino modificar su contenido para cuestionar todos esos encargos de la sociedad y generar masculinidades alternativas.

José Cisneros, famoso sabanero de Santa Cruz en el año 1964.Foto: Archivo Nacional

Un reto para nada sencillo, ya que Vidaurre comenta que la masculinidad se construyó históricamente a partir de lo opuesto a lo femenino. Mientras existan etiquetas para distinguir lo masculino de lo femenino, posiblemente por décadas o hasta siglos, esas creencias se van a seguir reproduciendo de generación en generación.

“Tienen un gran impacto a nivel de la constitución de la identidad masculina y realmente esto tiene un precio muy alto en los hombres guanacastecos”, enfatiza. Y también recalca que no es que el machismo sea mayor o menor en Guanacaste, porque esa actitud se manifiesta con características y manifestaciones muy propias de cada región del país y del mundo. 

Llenar las botas del sabanero

Cumplir con los encargos de lo que significa ser ese macho, no solo en Guanacaste sino en el mundo entero, tiene un impacto psicoemocional enorme en los hombres: reprimen emociones y se autoagreden abusando del licor, teniendo relaciones sexuales sin protección con múltiples parejas, y arriesgándose a accidentes de tránsito y a situaciones de violencia.

Algunos de los encargos del macho guanacasteco, son: ser trabajador, ser borracho, ser mujeriego, ser peleador y ser montador de toros.Foto: César Arroyo Castro

Estadísticamente son hombres los que asesinan a otros hombres y, mundialmente, los suicidios son muy altos entre varones en comparación con las mujeres.

En el 2022 Costa Rica registró la cifra más alta de suicidios de la última década: 429 casos totales, 347 de ellos fueron hombres. Hojancha apareció entre los cantones con mayor tasa de mortalidad por suicidio en los años 2021 y 2022. 

Vidaurre asegura que cuando ha trabajado en terapia con grupos de hombres generalmente han vivido “una historia de terror de la violencia” durante su infancia.

Desgraciadamente, los patrones de crianza se van reproduciendo y son las formas que aprendieron a hacerlo”, señala el psicólogo.

Todos estas consecuencias se pueden trabajar poniendo en práctica masculinidades alternativas, que permitan modificar actividades o situaciones dañinas a nivel físico y a nivel emocional en los hombres. Vidaurre ejemplifica que algunas son mejorar el control de impulsos, asumir equitativamente los oficios domésticos y expresar las emociones.

Hablando se sanan los hombres

Cuando José Morales estudiaba psicología en San José tenía que pasar frente al Instituto Costarricense de Masculinidad, Pareja y Sexualidad (Instituto WEM) y veía algo que le llamaba mucho la atención.

“Parecía un bar. Llegaban puros maes todos rudos ahí que tenían bigote, barba y yo [pensaba] ‘ah, qué interesante el montón de maes así que van a ir a hablar de emociones ahí adentro’”, recuerda.

Una vez que terminó la carrera, Morales regresó a su ciudad natal, Liberia, y desde hace más o menos un año decidió crear una propuesta similar a aquella que tanto le generaba curiosidad.

Daniel subió a la bicicleta, es el espacio que abrió para que, una vez al mes, los hombres de Liberia y alrededores puedan expresar sus emociones e intereses. Aunque lleva algunas preguntas generadoras, prefiere que sean los participantes quienes definan los temas que se conversan en las reuniones.

A veces hablamos cuatro o cinco horas parejo. Empezamos a las siete y terminamos casi a medianoche. Entonces sí hay una necesidad de hablar, solo que no la no accedemos a ella”, explica Morales.

En las reuniones hablan sobre distintos temas como problemas familiares, intentos de suicidio o conflictos de pareja. Es un paso en la dirección hacia una masculinidad más saludable, Morales asegura que es un recorrido que apenas empieza.

Sobre las respuestas a nuestra consulta en redes sociales sobre cómo son los hombres guanacastecos, Morales opina que el estereotipo “por desgracia, sigue respondiendo acertadamente” a la forma de ejercer la masculinidad de una gran mayoría de hombres en la provincia, pero ve ciertas luces de que las cosas pueden ser diferentes.

“Contrario a lo que yo creía, a muchos hombres cercanos a mi edad, de 28, 29 y para abajo, la imagen de tener que cumplir con un rol de ‘hombre guanacasteco’ nos está dejando de pesar”, comenta.

También reconoce que la lucha de las mujeres feministas los ha obligado a trabajar en ellos mismos y buscar otras formas de ejercer sus masculinidades.

“Al final estamos empujando por algo más saludable. A uno le beneficia, a la pareja, a los que están alrededor, a los hijos. Hay que plantearlo más entre compas, hay que preguntarnos cómo estamos”, enfatiza Morales.

Si tenés pensamientos suicidas podés llamar a la línea gratuita Aquí Estoy atendida por el Colegio de Profesionales en Psicología al 800-AQESTOY (800-2737869) o en caso de emergencias al 9-1-1

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